Llave para Potenciar el Mensaje del Tercer Ángel
Ha quedado bastante claro que la comprensión correcta de la secuencia del Mensaje del Primer Ángel contiene la clave para la caída de Babilonia y la exposición de la toxicidad de su vino. Este Primer Ángel no tiene un evangelio cualquiera, sino el evangelio eterno, y los que lo reciban no sólo cantarán el cántico del Cordero sino también el de Moisés, pues en el evangelio eterno se encuentra el mismo cántico. La seguridad de tal evangelio nos lleva a la conclusión de que lo que Cristo reveló en la tierra en su carácter completamente no violento es lo mismo ayer, hoy y siempre, y tal revelación nos hace darle gloria. Con la revelación de este carácter en Cristo estamos entonces capacitados para participar en la hora del juicio, y juzgar a Dios como santo y misericordioso y justo. Esto abrirá nuestros corazones para descansar en Aquel "que hizo el cielo y la tierra y los mares y las fuentes de agua" y adorarle en amor y verdad.
Los Adventistas del Séptimo Día han estado proclamando el Mensaje del Tercer Ángel desde 1844, pero sin una comprensión plena del carácter de Dios se produjo una expresión atenuada del mensaje del Segundo Ángel entregado en ese momento (Apocalipsis 14:8 no fue dicho "a gran voz"). La clave que da poder al Mensaje del Tercer Ángel es la gloriosa luz de la revelación del carácter de amor de Dios. (Véase Palabras de Vida del Gran Maestro, página 342). La puerta de entrada para recibir esta llave estaba en las manos del Hijo engendrado y en la verdad del pacto eterno dada en 1888 por los ancianos Waggoner y Jones.