El perdón es central en la experiencia cristiana. Sin embargo, con demasiada frecuencia nos resulta difícil perdonar a quienes nos hacen daño, así como sentirnos perdonados cuando lastimamos a otros. ¿A qué se debe esto? ¿Será por una relación confusa con nuestro Padre Celestial, que hace que nos cueste creer que nos perdona?

¿Cómo y cuándo nos perdona Dios? ¿Está enojado con nosotros y nos exige que reconozcamos adecuadamente nuestra pecaminosidad antes de perdonarnos? Este folleto pretende mostrar que Dios no es así: que en realidad Dios siempre está dispuesto a perdonar, si se lo permitimos. El problema no es de Dios, sino de nosotros al no permitir que Dios nos quite la carga de encima. Un estudio más profundo de lo que Jesús y los discípulos enseñaron sobre el perdón nos permite ser sanados de nuestro pecado, así como Jesús curó a las personas de sus enfermedades.