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Nuevo libro: Descorriendo el velo

Publicado Nov 16, 2022 por Danutasn Brown En Evangelio Eterno
1,034 Aciertos

¿Cuál es el plan de salvación? ¿Ha cambiado? ¿Y por qué ha tardado tanto? ¿Cuál es la relación entre las promesas de Dios y la respuesta del hombre?

¿Qué es el antiguo pacto y qué es el nuevo pacto? Una comprensión adecuada es crucial para entender todas las verdades de la Biblia; fundamenta el plan de salvación y nos permite verlo como un gran sistema interconectado. Si no se entiende, el plan de salvación se verá como fragmentado e incoherente. ¿Por qué antes la circuncisión y ahora no? ¿Por qué una teocracia antes, pero no ahora? Los seres humanos tienen culturas, mentalidades y desarrollos tecnológicos tan diferentes, ¿cómo se las arregla Dios con todo esto? Todo esto está ligado al estudio de los pactos.

Fundamentalmente, Dios se relaciona con el hombre según su fe. La falta de fe tiene la respuesta del antiguo pacto, mientras que la fe es el nuevo pacto. Pero por muy fácil que sea explicarlo, debemos entender cómo se ha desarrollado todo en la historia humana para comprender plenamente nuestra naturaleza y el carácter de Dios.

Si el hombre hubiera guardado la ley de Dios, tal como le fué dada a Adán después de su caída, preservada por Noé y observada por Abrahán, no habría habido necesidad del rito de la circuncisión. Y si los descendientes de Abrahán hubieran guardado el pacto del cual la circuncisión era una señal, jamás habrían sido inducidos a la idolatría, ni habría sido necesario que sufrieran una vida de esclavitud en Egipto; habrían conservado el conocimiento de la ley de Dios, y no habría sido necesario proclamarla desde el Sinaí, o grabarla sobre tablas de piedra. Y si el pueblo hubiera practicado los principios de los diez mandamientos, no habría habido necesidad de las instrucciones adicionales que se le dieron a Moisés.  {PP54 379.2}

El libro de Daniel Bernhardt "Descorriendo el velo" es el estudio más profundo que Maranatha Media ha publicado sobre este tema. Para todos los estudiantes de 1888, sabemos que este es un tema de importancia central. Para todos los que han tratado de compartir con los cristianos dominicales y los judíos, sabemos que la confusión sobre los pactos es la principal razón del abismo que nos separa. Para aquellos que luchan por tratar de explicar lo que sucede en el Antiguo Testamento, los pactos son cruciales.

Daniel ha tenido relativo éxito en compartir las fiestas y el carácter de Dios específicamente porque primero se enfocó mucho en hacer que los creyentes del Padre-Hijo en Argentina entendieran los pactos. Esto es una lección para nosotros. Necesitamos entender correctamente esto primero, establecerlo como un fundamento, y entonces muchos otros asuntos caerán naturalmente en su lugar. 

El libro lleva el nombre de este versículo:

12Así que, teniendo tal esperanza, usamos de mucha franqueza; 13y no como Moisés, que ponía un velo sobre su rostro, para que los hijos de Israel no fijaran la vista en el fin de aquello que había de ser abolido. 14Pero el entendimiento de ellos se embotó; porque hasta el día de hoy, cuando leen el antiguo pacto, les queda el mismo velo no descubierto, el cual por Cristo es quitado. 15Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a Moisés, el velo está puesto sobre el corazón de ellos. 16Pero cuando se conviertan al Señor, el velo se quitará. 17Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad.

El libro pretende quitar el velo sobre nuestros ojos en la lectura del Antiguo Testamento, que es la lectura de la historia humana, del corazón humano y de la mente de Dios hacia nosotros. La cuestión es que el hombre no atesora las palabras, ideas y promesas de Dios, y en cambio confía en sus propias palabras, ideas y promesas. Esto es lo que este libro pretende sacar a la luz. Señor Jesús, haz que comprendamos esta cuestión: la de nuestros corazones y el tuyo.

El hombre cuando viene a la vida, nace en estado carnal. Esa es la condición natural del ser humano. Ese es el primer hombre, que es de esta tierra. Sin embargo, la promesa está hecha a cada ser humano de esta tierra, de poder ser hecho a la semejanza del segundo hombre, el del cielo. Este hombre hecho a la imagen del segundo hombre, el celestial Jesús, atesora cada palabra de su Padre – así como el Hijo de Dios lo hace. Descorriendo el velo, página 72.

Lee el libro siguiendo el enlace:

https://maranathamedia.net/downloads/books/Descorriendo_el_velo_FINAL.pdf