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El Modelo Divino - 2 - La fuente dentro de la ley

Publicado Oct 30, 2012 por Adrian Ebens En El Modelo divino
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2. La Fuente dentro de la Ley

En el capítulo anterior exploramos el modelo divino revelado en 1 Corintios 8:6 que habla de la relación del Padre y el Hijo. Su relación misma revela este modelo divino. Esta relación incluye al Padre “de quién”, que es la fuente de todo y al Hijo “por quién”, que es el canal.

Hemos citado unos cuantos ejemplos de cómo este modelo divino ha sido duplicado en varios niveles de familia, iglesia y comunidad.

Un lugar donde este modelo divino se revela maravillosamente es en los Diez Mandamientos. Si estudiamos la ley cuidadosamente, encontraremos que 8 de los mandamientos contienen prohibiciones, mientras que 2 mandamientos, que están en el corazón de la ley contienen bendiciones positivas. Prestemos atención:

 Gén 2:3 Y bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en el reposó de toda la obra que él había creado y hecho.

 Ef 6:2-3 Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa, (3) para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.

Si organizamos los mandamientos alrededor de los dos mandamientos que contienen bendiciones positivas veremos algo que se asemeja a la fuente:

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Los otros mandamientos actúan como barrera de protección para guiarnos a la fuente que se encuentra en la observancia del sábado y el honrar a nuestros padres. ¿Podemos ver que el cuarto y quinto mandamiento siguen el modelo divino?

 

“De quién”

“Por quién”

Acuérdate del día sábado… porque en seis días el Señor hizo el cielo, la tierra y el mar, y todo lo que contienen… Éx 20:8-11 (RV 2000)

He aquí, herencia de Jehová son los hijos; cosa de estima el fruto del vientre. Sal. 127:3

Dios diseñó que a través de nuestros padres seríamos instruidos acerca de los principios de su reino, su ley y por supuesto su amor.

Deut 6:4-8 (LBLA) Escucha, oh Israel, el SEÑOR nuestro Dios, el SEÑOR uno es. (5) Amarás al SEÑOR tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu fuerza. (6) Y estas palabras que yo te mando hoy, estarán sobre tu corazón; (7) y diligentemente las enseñarás a tus hijos, y hablarás de ellas cuando te sientes en tu casa y cuando andes por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. (8) Y las atarás como una señal a tu mano, y serán por insignias entre tus ojos.

¿Sera posible que mientras nos acercamos a la Ley a través del modelo divino, el modelo que provee toda bendición, verdaderamente prosperaremos y seremos bendecidos? Observe cuidadosamente lo que dice Elena de White sobre el quinto mandamiento:

Este es, dice el apóstol, “el primer mandamiento con promesa.” (Ef 6:2.) Para Israel, que esperaba entrar pronto en Canaán, esto significaba la promesa de que los obedientes vivirían largos años en aquella buena tierra; pero tiene un significado más amplio, pues incluye a todo el Israel de Dios, y promete la vida eterna sobre la tierra, cuando esta sea librada de la maldición del pecado. Patriarcas y Profetas, p. 280.

Elena de White conecta el honrar a nuestros padres con tener vida eterna. ¿Cómo es posible eso? Cuando vemos que todas las cosas provienen del Padre como la gran fuente de todo [1], y fluyen a través de sus agencias designadas, entonces podemos ver que efectivamente, cuando honramos a nuestros padres, estamos honrando una autoridad establecida por Dios.

Honra a tu padre y a tu madre, para que vivas largos años sobre la tierra que te ha de dar el Señor Dios tuyo.” Se debe a los padres mayor grado de amor y respeto que a ninguna otra persona. Dios mismo, que les impuso la responsabilidad de guiar las almas puestas bajo su cuidado, ordenó que durante los primeros años de la vida, los padres estén en lugar de Dios respecto a sus hijos. El que desecha la legítima autoridad de sus padres, desecha la autoridad de Dios”. Patriarcas y Profetas, p. 280

Es a través de nuestros padres que nuestro Padre Celestial busca derramar su amor, su misericordia y su gracia. Nuestros padres son el canal que nuestro Padre celestial quiere utilizar para bendecirnos con sus palabras de afecto y ternura. Este principio es tan importante que Dios hizo que su pacto con Abraham dependiense del orden correcto de la familia según el modelo divino.

Gén 18:18-19 ¿… habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? (19) Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.

Dios dice que le daría a Abraham todo lo que le había prometido, siempre y cuando Abraham dirijiese su familia y su casa después de sí; quiere decir que él debía dirigir a su familia para que siguiese el modelo divino donde su esposa lo respetase como la cabeza del hogar y sus hijos fuesen enseñados a honrar y respetar a sus padres. Notemos esto cuidadosamente:

El pacto dependía del orden correcto de la familia de acuerdo al modelo divino.

Elena de White declara lo siguiente:

“La sociedad se compone de familias, y será lo que la hagan las cabezas de la familia. Del ‘corazón mana la vida’; y el hogar es el corazón de la sociedad, de la iglesia y; de la nación. La elevación o la decadencia futura de la sociedad será determinada por los modales y la moralidad de la juventud que se va criando en derredor nuestro’”. El hogar adventista p. 11.

A través de esa influencia en el hogar estamos destinados a aprender el modelo divino. Así como honramos a nuestro padre y a nuestra madre como reflejo del modelo divino del Padre y su Hijo, así también aprendemos a conectarnos con nuestro Padre Celestial. Si desobedecemos a nuestros padres y renunciamos al modelo reflejado en ellos, no podremos conectarnos con el Modelo divino celestial.

“Dios quiere que las familias de la tierra sean un símbolo de la familia celestial. Los hogares cristianos, establecidos y dirigidos de acuerdo con el plan de Dios, se cuentan entre sus agentes más eficaces para formar el carácter cristiano y para adelantar su obra”. Joyas de los testimonios, Tomo 3, p. 63

Ahora quiero que usted observe cómo este modelo divino en el hogar se extiende a una comunidad más amplia:

“El quinto mandamiento no solo requiere que los hijos sean respetuosos, sumisos, y obedientes a sus padres, sino que también los amen y sean tiernos y respetuosos con ellos, que alivien sus cuidados, que escuden su reputación, y que les ayuden y consuelen en su vejez. También encarga sean considerados con los ministros y gobernantes, y con todos aquellos en quiénes Dios ha delegado autoridad”. Patriarcas y Profetas p. 280.

Observe cuidadosamente que el quinto mandamiento incluye a ministros y gobernantes y todo aquel a quién Dios ha delegado autoridad. Por favor subraye este punto cuidadosamente:

 El respeto por los ministros y gobernantes

 es parte del quinto mandamiento

Hay voces que gritan, “¡Yo sólo necesito mi Biblia y no estoy sometido a ningún hombre!” Esta es una maniobra astuta de Satanás para quebrantar el modelo divino. Si verdaderamente no estuviéramos sometidos a ningún hombre, entonces las esposas no tendrían la necesidad de respetar a los esposos y los hijos no necesitarían honrar a sus padres. Muchos olvidan que la única razón por la que hoy tenemos nuestras Biblias es porque Dios instruyó a los profetas a que escribieran lo que él deseaba que se dijera y también inspiró a hombres a publicar y a imprimir la biblia.

Esta voz que exclama, “Tengo mi Biblia y no estoy sometido a ningún hombre”, es la reacción de la obra de Satanás para modificar al canal del “por quién” al mismo nivel de la fuente del “de quién”. Cuando los padres tratan de forzar la conciencia de sus hijos con relación a la adoración se ponen en una posición por encima de lo que Dios requiere. Así como lo indicó Elena de White, el quinto mandamiento también se aplica a ministros y gobernantes. Cuando estas personas que ocupan estas posiciones requieren de nosotros algo contrario a la Palabra de Dios, no podemos obedecer. Esto no quiere decir que dejaremos de honrarles y respetarles como el canal del “de quién”. Continuaremos honrándoles en la medida que la Palabra de Dios lo requiere, ni más ni menos. A medida que proseguimos en este libro, estudiaremos cómo Dios trata con autoridades delegadas que asumen cargos que solamente Dios puede ocupar. Sin embargo, hacemos hincapié que la intención de forzar nuestra conciencia por aquellos que tienen autoridad, no nos otorga el derecho a pasar por alto su autoridad y romper el modelo divino.

Cuando Satanás intenta mover a una figura de autoridad para unir el canal del “por quién” con la fuente del “de quién,” debemos recordar la amonestación de Jesús:

Mt 23:9 Y no llaméis vuestro padre a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en el cielo.

Sin embargo este consejo no niega lo siguiente:

 1 Tim 5:1 No reprendas al anciano, sino exhórtale como á padre: á los más jóvenes, como á hermanos.

Cuando nuestro padre o líder de iglesia busca nuestra sumisión en cosas que sólo le pertenecen a Dios, se está uniendo a Dios como una autoridad en nuestras vidas, y esto destruye la estructura de las personalidades del “de quién” y del “por quién”. No podemos obedecer mandatos que violen esto. Es el esfuerzo constante de Satanás el elevar aspectos del canal “por quién” al mismo nivel de posición del “de quién” a fin de destruir la posición de ambos. Veamos:

Busca elevar al Hijo de Dios al mismo nivel del Padre para así poder destruir al Hijo y al Padre.

Busca elevar a las esposas a la misma posición de sus esposos destruyendo así el matrimonio.Busca elevar a las mujeres a la misma posición que los pastores ordenados, confundiendo así el modelo de liderazgo del “de quién” y del “por quién”

Ha procurado elevar los escritos de Elena de White al mismo nivel que la Biblia con el fin de destruir sus distintas funciones de guías.

Ha procurado elevar la palabra del hombre al mismo nivel de la Biblia, dirigiendo a los líderes a disciplinar a los miembros con las 28 doctrinas fundamentales confundiendo y uniendo sus distintas funciones.

Cada vez que el pueblo de Dios percibe que aquellos en autoridad sobre ellos están tratando de exigir más de lo que su posición les otorga, Satanás dirige a los que están bajo esa enérgica autoridad a rechazarla completamente. A medida que se apartan de esa autoridad protectora, Satanás se encuentra en una mejor posición de arrasarles con vientos de doctrinas, falsos pastores y posiblemente la pérdida de la vida.

Recordemos al modelo divino en todos los aspectos de nuestra vida. Mientras observamos a Cristo como una persona distinta, sosteniendo una autoridad distinta sobre nosotros, como la autoridad definitiva del “por quién,” recordemos todas las otras autoridades del “por quién” que han sido puestas en nuestras vidas aun cuando Satanás las dirige a unirse con la autoridad del “de quién” que está sobre ellos. No permitamos ser seducidos a rechazar estas autoridades, más bien roguemos por ellas y pidámosle a Dios que las bendiga y las ayude a encontrar su verdadera identidad y posición como un reflejo del modelo divino.



[1] El Anciano de días es Dios, el Padre. El salmista dice: “Antes que naciesen los montes, y formases la tierra y el mundo, y desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios”. Salmos 90:2. Es él, Autor de todo ser y de toda ley… , El conflicto de los siglos, p. 471.