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Disculpa y confesión – Sumisión a la palabra/semilla de autoridad

Publicado Dic 09, 2011 por Adrian Ebens En Declaraciones
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Disculpa y confesión de Adrián Ebens, ex-pastor de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.

Salmos 51:1-2 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a lo inmenso de tu compasión, borra mis transgresiones. Lávame por completo de mi maldad, y límpiame de mi pecado.

Enero 19, 2010

Queridos hermanos y hermanas de la Comunidad Adventista del Pacto,

Me dirijo a ustedes con la convicción de la necesidad de disculparme. En mi posición como ministro de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y director de Maranatha Media, he mantenido una posición de influencia y he utilizado esta posicion para apoyar y promover enseñanzas que no son bíblicas.

En el año 2007, a través de una serie de acontecimientos providenciales, me convencí de que la doctrina de la Trinidad, como se expresa en las 28 Creencias Fundamentales de los adventistas del séptimo día no podía ser apoyada por las Escrituras y de hecho es una violación de los mandamientos de Dios, sobre todo los primeros cuatro mandamientos.

A través del estudio de las Escrituras y la oración encontré que Dios había establecido una base sólida para el movimiento adventista a través de la convicción de sus líderes de que Jesús es, de hecho, el mismo Hijo de Dios, no en símbolo, sino en la realidad. Aprendí que Dios es verdaderamente el Padre de Jesús y que Cristo ha recibido todo lo que él posee por herencia. Al tener este Hijo, me he encontrado con gran alegría por que tengo la vida y la tengo en abundancia.

También me convencí de que mi creencia en la Trinidad tal como se expresa en las 28 Creencias Fundamentales era ofensiva a Dios y me fue dado el espíritu de arrepentimiento para confesar mi pecado. Lloré por el pecado de violar los mandamientos del Padre. También me di cuenta de mi pecado en enseñar esta falsa doctrina a muchas personas tanto en las iglesias que pastoreaba como a través de los Sitios Web que he desarrollado.

Sinceramente les pido perdón por lo que creo que es un pecado muy ofensivo, y transgresión contra el Señor en enseñar y difundir la doctrina de la Trinidad. Me he dado cuenta que esta enseñanza es una herramienta peligrosa, espiritualista de Satanás para destruir la verdad salvífica del Padre y su precioso Hijo. También sienta el fundamento para la destrucción de varias otras enseñanzas entregadas a los fundadores de nuestra fe.

En los últimos dos años he estado en diálogo con el Comité de Investigación Bíblica de la División Pacífico Sur de Adventistas del Séptimo Día, apelando con ellos para que vuelvan a estudiar este tema y consideren las pruebas que puse frente a ellos. El comité no encontró luz en lo que les presenté y me pidieron que no circulara el manuscrito a la Iglesia en general.

Llevé sus recomendaciones y consejos al Señor y le pedí que me ayudara a prestar cuidadosa atención a lo que habían dicho ya que respeto su posición como líderes de la Iglesia. Le pedí al Señor que me ayudara a ver dónde podía estar equivocado. Yo no quería causar dolor innecesario y división en la iglesia de Dios. No encontré alivio en el consejo que me dieron, sólo sirvió para reforzar aún más mis convicciones. Yo apelé a los líderes de la iglesia para que resolvieran este problema. Les expresé mi incapacidad para cambiar mi conciencia a pesar de mis sinceros esfuerzos para hacerlo. Sentí que no podía renunciar puesto que reconozco a la Iglesia Adventista como el pueblo del pacto de Dios, pero que si el liderazgo consideraba que eso era lo mejor para la Iglesia, ellos podían disciplinarme como les pareciera mejor.

A principios de diciembre de 2009 se me informó que mis credenciales habían sido anuladas y que ya no era un ministro de la Iglesia Adventista del Séptimo día. Yo acepto completa responsabilidad por esta decisión y no culpo en modo alguno a los líderes por ella. Ellos continúan en mi corazón y en mis oraciones. La Iglesia Adventista está en el centro de mis afectos y yo continúo orando fervientemente por ella como miembro de su comunión.

He creado un sitio web llamado www.god-head.com [ahora esta enlazado con www.maranathamedia.com] lo que explica algunas de las razones para lo que he encontrado en las Escrituras. Este sitio se actualizará en los próximos meses. También he elaborado con más detalle la historia detrás de mi manuscrito llamado "El regreso de Elías" en mi sitio web www.adrianebens.com. Mi manuscrito sólo está disponible haciendo un pedido  directo, y no debe ser pasado a los demás como una manera de socavar al liderazgo de la Iglesia Adventista, sino sencillamente como un medio para entender mi posición.

Como se pueden imaginar este ha sido un momento muy difícil. La mayoría de mis colegas y amigos se han distanciado de mí y no se han comunicado conmigo en absoluto en lo que respecta a este proceso. Entiendo completamente que al recibir esta carta, puede que les resulte como una confrontación y hasta ofensivo. Yo entenderé completamente si desean evitar tener acceso a mis sitios, o usar mis recursos, esto es totalmente su decisión. Yo sólo pido que si ustedes han encontrado algún valor o consuelo en mi ministerio o amistad en el pasado, que sigan el mandato bíblico de "probar todas las cosas y quedarse con lo bueno." Muchos se niegan a ponerse en contacto conmigo con el fin de evitar ser contaminados. Oro para que su afecto cristiano junto con su confianza en sus creencias no tenga miedo de ayudar a un hermano que quizá en su percepción ha perdido su camino. Es fácil suponer simplemente que es una tragedia terrible, y "¿Cómo pudo pasarle esto a un pastor?" Pero les ruego que escudriñen las Escrituras, que oren fervientemente por luz y prueben todas las cosas paso a paso. No dejen que el miedo de lo que otros piensan sea el factor decisivo.

A mis antiguos colegas, apelo a ustedes para que consideren su posición y responsabilidad con la grey para guiarla fielmente y solamente presentar la verdad de la Palabra de Dios. Por favor, sean fieles en su búsqueda de la Palabra y asegúrense de que ustedes están exaltando al verdadero Dios de las Escrituras. Ambos, ustedes y yo, sabemos las consecuencias de no hacerlo así.

A los miembros de la iglesia les digo, no miren a los ministros para llevar a cabo este proceso ya que ellos tienen mucho más que perder que un miembro de iglesia, ellos se enfrentan a la pérdida de su carrera y su reputación como me ha pasado a mi. El precio de poder estudiar este tema de una manera franca es extremadamente alto.

A los que he pastoreado, yo sinceramente pido perdón por la enseñanza de doctrinas falsas y por no ser diligente en presentarles la palabra pura de la verdad.

Para mis queridos amigos con quienes he trabajado en la viña del Señor, mi corazón llora para que no renuncien a su afecto por mí tan fácilmente y me aparten de sus corazones. Guardo como un tesoro los recuerdos que tuvimos juntos y su silencio es doloroso. Si ustedes sienten que he sido atacado por el enemigo y abandonado a morir en el camino a Jericó, por favor, no pasen lejos de mí en el otro lado de la calle en silencio porque usted tienen un asunto urgente en la viña del Señor. Si ustedes creen que estoy en un error, ¿dónde están sus palabras amorosas, cariñosas y delicadas? ¿Es esta realmente su póliza de disparar a los "heridos" y empujarles al hoyo? ¿Quién tiene sus corazones? Cualquier amor que sienten por mí demanda que examinen mi apelación. El hecho de no hacerlo los deja gravemente deficiente en la balanza.

Como desearía poder compartir con ustedes la inmensa alegría que he encontrado en conocer al verdadero Padre y al Hijo. Su comunión es mi constante alivio y consuelo. Las victorias espirituales ahora adquiridas, la vida cristiana más consistente, la alegría más profunda que nuestra familia experimenta en conjunto son todos fruto de seguir el verdadero CAMINO, la VERDAD y la VIDA! Humildemente y con entusiasmo apelo a ustedes: Vengan y lo verán! ¡Prueben y vean que el Hijo Unigénito es una verdadera delicia y que su yugo es realmente fácil y su carga es luz maravillosa!

Y, por último, a nuestro querido Padre en el cielo, Soberano del universo, te doy las gracias por tu entrañable misericordia por abrir mis ojos a tu verdadera identidad y a la de tu hijo. ¡Qué alegría infinita he encontrado en el hecho de saber quién eres. . A mí me enseñaron que eras un misterio, pero tú me has enseñado que no hay que confundir tú naturaleza con tú identidad. Tu identidad está clara en las Escrituras, tu eres el Padre y Jesús es tú Hijo unigénito. Mi corazón salta de alegría al pensar en ello. Me inclino humildemente ante ti y espero con anticipación el sello del nombre del Padre, en comparación con el sello de la prostituta cuya marca está envuelta en misterio.

Padre, tu triunfarás sobre tus enemigos y tu Hijo será en verdad exaltado como el nombre sobre todos los nombre para tu gloria. Que tu reino venga pronto, es mi oración - En el nombre de tu maravilloso hijo - El Señor Jesucristo.