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Convicción vs. preferencia

Publicado Feb 01, 2012 por Frank Klin En Articulos Generales
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Un Sermón de Dallas Roberts

Era el año 593 antes de Cristo. La ubicación era Dura, una planicie ubicada al sureste de la ciudad de Babilonia. Todos los gobernadores del reino, príncipes y gobernantes se reunieron por orden del rey, para la ceremonia de inauguración de su más reciente creación - una estatua de oro, que se alzaba en la llanura a una altura de 60 codos por seis codos de ancho por 6 codos de profundidad (aproximadamente 90x9x9). [Nota: cuando sólo se da el ancho, la profundidad es la misma que la anchura]. La orden fue dada a los que estaban reunidos que al oír el sonido de la música, tenían que inclinarse y adorar la imagen que el rey Nabucodonosor había levantado.

Ahora bien, entre estos gobernantes reunidos había tres hombres que eran diferentes del resto. Mientras la música sonaba a través de la llanura de Dura, la multitud cayó de rodillas a la vez, con excepción de tres figuras solitarias, de pie, y erguidos entre sus compañeros.

Inmediatamente algunos caldeos fueron corriendo a informar al rey sobre la violación de su ley. Esta noticia despertó la ira del rey y ordenó que trajeran a los tres hebreos. A pesar de que estaba muy enojado, el rey amaba la justicia. Los tres acusados ??hebreos eran sus oficiales de mayor confianza y para él eran dignos de sumo respeto. El rey esperaba poder mantener su dignidad y al mismo tiempo salvar a los funcionarios hebreos. Tal vez ellos cederían cuando fueran llevados a su presencia. Ante él reyes y príncipes conquistados se habían hundido en terror cobarde, pidiendo misericordia y benevolencia.

Pero estos tres jóvenes estaban calmados y no tenían temor. A pesar de su ira ciega, el rey reconoció la verdadera nobleza y valentía. Su corazón se ablandó y decidió darles otra oportunidad. Pero Nabucodonosor ya había sido expuesto a su estándar y era muy consciente de sus creencias religiosas. Supuestamente parecía querer darles una segunda oportunidad, pero era sólo un sutil intento para que accedieran a su exigencia. ¿Era su fe preferencia o convicción?

Al ofrecimiento de misericordia del rey y la amenaza de castigo se añadió un desafío a su Dios. "¿Quién es ese Dios que os librará de mis manos?" (Daniel 3:15) El faraón en los días de Moisés había dicho precisamente lo mismo: "¿Quién es el Señor para que yo oiga su voz?" (Éxodo 5: 2) y las diez plagas fueron la respuesta. Senaquerib provocó y desafió al Dios de Ezequías, y como respuesta el ángel de la muerte visitó a su ejército y destruyó a 185.000 hombres. Este mismo Dios escuchó y aceptó el reto de Nabucodonosor.

Los tres hebreos se dieron cuenta de lo que estaba en juego y sin pensar dos veces en su peligrosa situación le informaron al rey que no necesitaban una segunda oportunidad, que habían entendido el decreto. Habían tomado una decisión y su respuesta estaba lista. Su decisión no había sido momentánea. Era el resultado de un propósito formado desde su niñez, de una multitud de decisiones que condujeron a esta crisis. Habían aprendido a decir "no" a lo que estaba mal, incluso en las pequeñas cosas de la vida. ¡Habían desafiado deliberadamente el decreto del rey, y su decisión era irrevocable.

Esto enfureció al rey, quien ordenó que fueran atados y echados al horno de fuego que había sido calentado siete veces más de lo acostumbrado. Para los babilonios, al igual que para los hebreos, el número siete representaba perfección, era el número perfecto. El horno había sido calentado hasta su máxima capacidad. En realidad, esto sería en beneficio de los condenados, porque los matarían rápidamente. Un pequeño incendio habría hecho mucho más prolongada la intensificación de su sufrimiento: Los rebeldes desafiantes serían entregado en manos de Gira, Gibil, y Nusku, los tres dioses de fuego de los babilonios, ¿y donde estaba el Dios que podría librarlos de estos dioses babilónicos?

Los hombres poderosos que el rey ordenó echar los tres jóvenes en el horno, eran sin duda los guardias especiales del rey. Al igual que los famosos guardias de los reyes persas, fueron seleccionados por su estatura y fortaleza física y les llamaban "los inmortales". Estos "valientes" perecieron debido al calor del horno. La muerte de los verdugos fue una manifestación de la eterna y justa ley. “Los que tomen la espada, a espada perecerán”. Mateo 26:52 (Quien mata con el fuego, perecerá por el fuego).

Cuando el rey miró en el horno, vio que no sólo las cuerdas que ataban a los jóvenes se habían quemado, sino que además ellos estaban caminando en medio del fuego, ilesos, y se les había unido un cuarto hombre. Este cuarto hombre tenía la apariencia del Hijo de Dios.

Para entender algunos de los puntos revelados en esta historia, es necesario remontarse algunos años hasta el año 605 antes de Cristo. Estos tres hebreos habían sido llevados a Babilonia como cautivos desde la ciudad de Jerusalén. Ellos eran adoradores del verdadero Dios, el Creador. En Daniel 1:8 estos hombres se habían "propuesto" en sus corazones que no contaminarían sus cuerpos con la comida del rey. Vencieron la tentación del apetito al rehusar la comida del rey y solicitar una dieta vegetariana a cambio. Ahora bien, en la situación en que estaban, rechazar la comida del rey era ponerse en una posición peligrosa. No sólo iban en contra de la orden directa del rey, sino que estaban peligrosamente cerca de insultarlo. A pesar de todo, se dieron cuenta de que el comprometerse aceptando sus órdenes, sería ir en contra de lo que Dios mandaba hacer. Al tomar dicha posición en esa prueba anterior, demostraron el carácter necesario para soportar la prueba futura, y que tenían más que una preferencia, ¡Tenían convicción! Si se hubieran comprometido en la primera prueba, no habrian tenido la convicción de pasar la segunda. ¡Ellos habrían demostrado que sus creencias eran sólo una preferencia!

En Apocalipsis 13: 11-18 tenemos una descripción de los Estados Unidos y la cercanía de la ley dominical en este país. Solemos pensar en los libros de Daniel y el Apocalipsis como dos libros separados. Pero, en verdad, el libro de Apocalipsis es una revelación del libro de Daniel. Las historias en el libro de Daniel son "parábolas dramatizadas" que describen las características del remanente y los eventos que lo rodean al final de los tiempos. Cada historia añade una descripción más y construye sobre las historias anteriores.

Al comenzar la historia de Daniel 3:1-4, tenemos un rey, un poder político, gobernando al mundo, el rey de la única superpotencia mundial en ese tiempo. El reúne a todos los gobernantes y príncipes del mundo entonces conocido para la dedicación de su imagen. Así también, en Apocalipsis, capítulo 13, tenemos una nación o un reino, un poder político, la única superpotencia mundial, llamando a todo el mundo a adorar la imagen que ha creado.

En el capítulo 3 de Daniel la imagen es creada para honrar a Nabucodonosor, rey de Babilonia, que en el capítulo 4 pierde su mente y se vuelve como una fiera del campo. Por lo que en realidad tenemos aquí una imagen de la bestia. En Apocalipsis 13 tenemos los Estados Unidos formando una imagen a la primera bestia, Roma, que es la Babilonia espiritual.

En Daniel 3, hay una imagen cuya medición numérica 60x6x6 codos y en Apocalipsis 13 el número de la bestia es 600, 60 y 6. En el estudio de códigos numéricos llamado gematría, los ceros no tienen ningún significado y se limitan a llenar un lugar. Por consiguiente, tanto la imagen de Daniel 3 como el número de la bestia en Apocalipsis 13 se pueden expresar como 666. En ambos textos el no obedecer las leyes de la tierra resulta en la pena de muerte.

Cuando los notables hebreos se negaron a adorar su imagen, el rostro de Nabucodonosor, cambió. Cuando el rey vio que su voluntad no era recibida como la voluntad de Dios, se “llenó de furor", y demudó su semblante contra estos hombres. Atributos satánicos hicieron parecer su rostro al de un demonio. (Signs of the times, 6 de mayo de 1897.)

En Apocalipsis 13 la segunda bestia que se parece a un cordero, cambia y habla como un dragón.

Así como los tres hebreos fueron arrojados al horno de fuego – así también el pueblo de Dios al final será arrojado al "fuego de la persecución". Y mientras los tres hebreos tenían cuerdas físicas que se quemaron en el fuego, el remanente quemará los últimos vestigios de sus ataduras con el pecado en el "fuego de la persecución", ya que es la persecución lo que los purifica y los hace aptos para el cielo. Y al igual que el Hijo de Dios se unió a los hebreos en el horno de fuego, de la misma forma El estará con su pueblo durante la crisis final.

Es interesante notar que Sadrac, Mesac y Abed-nego son los elegidos para representar al pueblo de Dios durante los eventos finales. Sin embargo, para entender el significado completo de su historia, tenemos que ver lo que significan sus nombres en hebreo. Porque sus nombres babilónicos se centran alrededor de dioses paganos. El nombre hebreo de Sadrac era Ananías que significa - Yah ha favorecido (doblarse o agacharse en señal de bondad a un inferior). El nombre hebreo de Mesac era Misael que significa - ¿Quién es Dios? Y el nombre de Abed era Azarías, que significa – Yah ha ayudado (rodear, proteger, ayudar).

Estos nombres describen las características del remanente en los últimos días. El remanente en estos últimos días será un pueblo favorecido por Dios, que reflejará su imagen y carácter, y será escudado y protegido y por él.

Ananías, Misael y Azarías, no tuvieron éxito porque salieron del horno de fuego, ¡tuvieron éxito debido a que entraron en él! Dios los sacó, pero ellos, ¡al negarse a obedecer una ley opuesta a la ley de Dios entraron en él!

Al igual que los tres hombres en la llanura de Dura fueron llamados a dar testimonio sobre su convicción, así también nos llamarán a nosotros algún día, en un futuro no muy lejano, para responder por nuestras creencias. Así como ellos fueron los únicos tres de los muchos hebreos que se mantuvieron firmes mientras que el resto de los hebreos se comprometió y obedeció el decreto del rey, pronto, muy pronto vamos a tener que pararnos firmes en la verdad aunque la mayoría de nuestros antiguos hermanos y miembros de familia se conviertan en nuestros peores enemigos.

La pregunta: "¿Es su creencia convicción, o preferencia?"

De acuerdo con la Corte Suprema de los EE.UU., "Cada creencia religiosa es una de dos tipos. No importa cuál sea su estructura de creencias, o quién sea usted, cada creencia religiosa es una de dos tipos. Puede ser una convicción o puede ser una preferencia.

Ahora bien, usted se preguntará: "¿Qué importa?" Es importante porque en un caso de referencia en 1972 (Wisconsin v. Yoder), los EE.UU. la Corte Suprema de los Estados Unidos dictaminó que las únicas creencias religiosas protegidas (al menos en ese tiempo) bajo la Primera Enmienda son convicciones. Las preferencias no lo son. Tampoco parece que es diferente en el sistema judicial de Dios.

Echemos un vistazo a una preferencia. Una preferencia es una creencia muy, muy fuerte. Puede ser tan fuerte que usted esta dispuesto a invertir todo su tiempo y dinero en ella. Usted puede ser un ministro del evangelio, un maestro de escuela cristiana, o un misionero. Usted puede ir y dar testimonio a los demás y tener celo en gran medida por la causa. Usted puede criar a sus hijos compartiendo su misma creencia. Usted puede hacer todo esto y aun sólo tener una preferencia. ¿Por qué? Debido a que una preferencia es una creencia muy fuerte, pero es una creencia que usted va a cambiar. Usted la prefiere, ¡pero bajo ciertas circunstancias usted la cambiará!

Los tribunales han revisado esta situación y han encontrado que algunas circunstancias hacen que la gente cambie sus creencias.

Primera circunstancia

La primera circunstancia se llama "presión de sus iguales". Si sus amigos, otras personas en la congregación, los ministros, los empleadores, o compañeros de trabajo, pueden hacer que usted se doblegue o cambie, entonces su creencia es una preferencia. Usted desea hacerlo, decidió hacerlo, prefiere hacerlo, ¡pero usted cambia su posición!

Segunda circunstancia

La segunda circunstancia es "la presión familiar" Si su cónyuge o sus hijos pueden hacer que usted se doblegue o que cambie su creencia, entonces es una preferencia.

Tercera circunstancia

La tercera circunstancia es la amenaza de una “demanda legal”. Si el estado le demanda y le lleva a la corte, ¿cambiaría usted su creencia? Si usted cambia por temor a una demanda legal, entonces su creencia es una preferencia.

Cuarta circunstancia

La cuarta circunstancia es la cárcel. A mucha gente le gusta pensar en la cárcel como un hotel donde les ofrecen alojamiento y comida gratis, pero se olvidan de que en la cárcel van a estar aislados de toda influencia cristiana. Se les indicará cuándo deben ir a la cama, cuándo levantarse, cuándo comer, cómo comer, cuándo estar de pie y cuándo sentarse. ¡Otros gobiernan su vida! Y de pronto le lanzan a usted en medio de un grupo de hombres brutales. Hombres que se deleitan con la idea de hacer pedazos a cualquiera que lleva la Biblia “debajo del brazo” Si en esta circunstancia, usted va a cambiar sus creencias, entonces son simple y llanamente preferencias.

Otra cosa que los tribunales decidieron es que usted debe estar preparado para morir por lo que usted cree. Si la amenaza de muerte puede hacer que usted cambie sus creencias entonces esas creencias son sencillamente preferencias.

La Corte Suprema dijo que por el contrario, una "convicción" es una creencia que usted no va a cambiar. ¿Por qué? ¿Qué es lo que crea una convicción? El tribunal simplemente dijo una cosa: "Un hombre cree que su Dios así lo requiere. ¡Una creencia que es ordenada por Dios es una convicción! Cuando usted cree que su Dios ha requerido algo de usted, ¡usted puede soportar todas las pruebas mencionadas!"

En la historia de los tres hebreos, ellos fueron los únicos que se mantuvieron firmes. El tribunal dice que si usted requiere que otras personas se paren firmes con usted, entonces su creencia es una preferencia.

Cuando los hebreos respondieron al rey, le estaban diciendo: "Este asunto de nuestra fe no es negociable" El tribunal dice que "si es posible discutir la negociación de su fe, entonces su fe es una cuestión de preferencia y no una convicción, ¡porque las convicciones no son negociables!" ¿Por qué? El tribunal dice que no se puede negociar algo que Dios ha ordenado. Así que si es posible entrar en un diálogo para negociarlas, entonces serán una preferencia y no una convicción.

Ahora bien, el tribunal dijo que existía otro problema. ¿Cómo saber cuando una persona está diciendo la verdad acerca de su convicción? Por lo que se les ocurrió una prueba. Dijeron que la convicción será siempre demostrada en el estilo de vida de una persona. Lo que está en el interior de un hombre siempre se mostrará en el exterior. Usted no tiene derecho a decir que tiene una convicción a menos que se pueda observar que usted vive esa convicción con algún elemento de consistencia.

¿De dónde sacamos las convicciones? De la Palabra de Dios. ¡No hay preferencias en la Biblia! De principio a fin, ¡es convicción! Cuando un niño llega a la Escuela Sabática le enseñamos que desobedecer la Palabra de Dios es pecado. El tribunal dice que lo contrario de convicción es pecado. Si la Biblia lo requiere, entonces es ordenado por Dios. Si es ordenado por Dios, es una convicción. Si se trata de una convicción y es algo ordenado por Dios, entonces ¿por qué no hacerlo? No hacerlo es un pecado, porque es desobediencia a lo que Dios ha ordenado. Así que antes de decir que algo es una convicción, usted debe estar preparado para tomar una posición firme y decir que hacer lo contrario a su convicción es pecado. Por ejemplo: Si usted dice: "Tengo la convicción de que Dios creó la tierra en seis días literales" - tiene que decir que lo contrario, la teoría de la evolución y el Big Bang (supuesta explosión inicial) es pecado - o no es una convicción. Una persona que dice "Yo creo que tengo que hacer algo, pero creo que debería ser más tolerante, tener una mentalidad mas abierta acerca de esto", en realidad está diciendo que la suya es una preferencia, y el tribunal dice: “¡Decídase sobre lo que usted cree!"

El tribunal dice que el conocimiento acerca de sus creencias es crítico en la sala. Usted debe ser capaz de determinar lo que usted cree y por qué. 1 Pedro 3: 15 dice: “sino santificad a Cristo como Señor en vuestros corazones, estando siempre preparados para presentar defensa ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros, pero hacedlo con mansedumbre y reverencia”.

Ahora bien, si su creencia en la Creación es una convicción, el tribunal va a analizar su vida para ver si usted vive de acuerdo a su convicción. ¿Envía sus hijos a la escuela pública, donde se les enseñará el "pecado" de la evolución? Si es así, usted ha probado a la corte mediante sus acciones, que su creencia en la creación no es una convicción, ¡sino una preferencia!

¿Qué hace con la mayordomía? Usted dice: "Tengo la convicción de que el dinero que tengo es prestado de Dios y que tengo que pagar fielmente el diezmo y que lo debo utilizar para ayudar a construir el reino de Dios." Entonces el tribunal le preguntará, "¿Alguna vez ha jugado? ¿Ha comprado un elemento innecesario, tal vez, un barco, un cuarto coche, un abrigo de piel?

Bien, usted tiene la convicción de que el séptimo día es el día de reposo y que no se debe trabajar durante esas horas. Entonces el tribunal le preguntará, "¿Alguna vez ha seguido trabajando sólo un poco después de la puesta de sol el viernes por la noche para terminar su trabajo porque tenía un plazo que cumplir? ¿Ha llevado a su familia a almorzar a la cafetería local después de la iglesia? ¿Tal vez ayudó a su amigo trabajar en su coche la tarde del sábado porque quería usarlo sábado por la noche? Después de todo, está ayudando a su prójimo, ¿y no es eso lo que supuestamente debemos hacer? Si es así, ¡su creencia es una preferencia y no una convicción!

Usted tiene la convicción de que no se debe cometer adulterio. Entonces el tribunal le preguntará, "¿Alguna vez ha visto pornografía? ¿Ha sido un poco demasiado amable con su secretaria? ¿Ha visto adulterio en la televisión? ¿Ha usado un bikini en la playa, o tal vez llevaba una falda corta? ¿Qué es lo que muestra su vida acerca de usted?

Los tres hebreos habían mostrado con su vida pasada, que la suya era una convicción y que estaban dispuestos a morir por ella.

Como en los días de Sadrach, Mesach y Abed-nego, en el período final de la historia de esta tierra, el Señor obrará poderosamente en favor de aquellos que se mantengan firmemente por lo recto. El que anduvo con los notables hebreos en el horno de fuego acompañará a sus seguidores dondequiera que estén. Su presencia constante los consolará y sostendrá. En medio del tiempo de angustia cual nunca hubo desde que fue nación, sus escogidos permanecerán inconmovibles. Satanás, con toda la hueste del mal, no puede destruir al más débil de los santos de Dios. Los protegerán ángeles excelsos en fortaleza, y Jehová se revelará en su favor como "Dios de dioses," que puede salvar hasta lo sumo a los que ponen su confianza en él. Profetas y Reyes p. 376

“La mayor necesidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni se compren; hombres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus almas; hombres que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombre que se mantengan de parte de la justicia, aunque se desplomen los cielos” (La Educación, p. 54)

La historia de este mundo está llegando rápidamente a su fin. ¿Y usted? ¿Son sus creencias convicción, o preferencia?