Un asunto vital - 27 - viviendo en el reino familiar de Dios durante los últimos días
Publicado Nov 06, 2012 por Adrian Ebens En Un asunto vital
27. Viviendo en el reino familiar de Dios durante los últimos días
En el primer capítulo, luego de estudiar una situación trágica en una familia, hice el siguiente comentario:
“¿Qué principios están en juego en nuestra sociedad, que están causando esta interrupción en la construcción de un tesoro familiar de recuerdos? ¿Qué es lo que está impulsando el incremento del aislamiento, la depresión y el suicidio? Podríamos ofrecer una respuesta superficial diciendo que necesitamos pasar más tiempo juntos, y yo podría dar una lista de cosas para hacer (que ya todos conocen) que podrían beneficiar grandemente la construcción de tesoros familiares, pero creería que eso sería como ofrecer un trapo de piso para secar un charco en el piso, en lugar de mostrar dónde cerrar la llave de agua. Creo que el asunto es mucho más profundo que una simple lista de cosas para hacer.”
Hemos dado una mirada exhaustiva a las fuerzas que impulsan la ruptura de las familias. Ahora que hemos aclarado los principios, podemos ofrecer sugerencias y consejos para construir un tesoro familiar de recuerdos.
a. La relación marido y mujer
Como hemos demostrado claramente, todo depende de que la relación del esposo y la esposa se construya como una estructura de bendición. Esta estructura de bendición se establece cuando el esposo reconoce su rol como la cabeza, el que bendice, y la simiente del hogar, y la esposa reconoce su rol vital como agente cuidador y sumiso que atrae esa bendición. Entonces, ¿cómo llevar a cabo esto en la vida diaria?
i. El padre y esposo
Reconoce tu privilegio y responsabilidad de bendecir a tu esposa e hijos. Tienes la autoridad del cielo para orar y pronunciar bendiciones para sus vidas. Ora cada día que las vidas de tu esposa e hijos sean llenas de bendición y paz. Ora por su protección, sabiduría y éxito. Tu actitud y auto-percepción durante este proceso de oración es vital. Ora con un sentido de propósito - con el sentido de que ésta es una parte clave de tu rol en el hogar y que Dios, en efecto, bendecirá a tu familia.
Recuerda el poder de tus palabras. Tus palabras son semillas poderosas que recogerán una cosecha en tu esposa e hijos.
Proverbios 18:21 La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que la ama comerá de sus frutos.
Aprovecha cada oportunidad para dar palabras de aliento a tu esposa e hijos. Tu familia necesita oír estas palabras de siembra – dependen de ellas. Evita la tentación de retraer tu bendición cuando desafían tu autoridad. Recuerda que tu valor proviene de Dios. Enséñale a tu familia los principios bíblicos del canal de bendición, y la importancia de que ellos permanezcan en el canal.
Al final de cada día, debes interceder por tus hijos y pedirle al Señor que perdone sus errores. Este es un principio vital de liderazgo. Tú eres responsable por la conducta de tus hijos hasta que ellos lleguen a la edad en que puedan dar cuenta propia, y debes actuar en su nombre.
Recuerda que tu reino familiar se basa sobre la actitud de sumisión de tu esposa hacia ti. Haz que su vida sea dulce y gozosa. Haz todo esfuerzo para apreciar su trabajo en el hogar y para apoyarla en toda forma que puedas. Ora por tu esposa y ora por sabiduría para saber la mejor manera de guiarla. Recuerda que ella confía en que tu liderazgo será dirigido por Dios, y que ella será bendecida bajo tu liderazgo. Debes orar antes de pedirle que haga cosas, y asegúrate que lo que le pides es lo que Dios querría.
No grites ni alces tu voz en ira para con tu familia. Cuando alzas tu voz, indicas una pérdida de identidad de parte tuya. Las palabras airadas de un esposo y padre son extremadamente perjudiciales para la salud emocional de su familia. Tu palabra es semilla, y una palabra sembrada en ira cosechará un torbellino en tus hijos. Satanás te tentará regularmente a hablar con ira y a maldecir a tu esposa e hijos. Si constantemente sientes la necesidad de hacer esto, debes evaluar si realmente encuentras tu valor en tu Padre celestial y si te ves como el líder de tu hogar.
Podrías estar en una situación en la cual tu esposa busca dominarte y controlarte. En lugar de responder de la misma manera, asume tu rol de liderazgo y ora por bendiciones para la vida de tu esposa. Una mujer que controla y domina se siente realmente insegura. Necesita bendición y aprecio para ayudar a sanar las heridas que habrá recibido de su padre o de tu liderazgo defectuoso en el pasado. Esto requerirá de mucha paciencia y oración, pero las recompensas valen la pena.
Recuerda que es tu responsabilidad enseñarle a tu familia acerca de los principios del canal de bendición. Reúne a tu familia en forma regular para enseñarle los principios que están en la Biblia. Enséñales acerca de Dios, la fuente de toda vida, y cómo nos mantenemos conectados a esa fuente. Enséñales acerca de la mentira de la serpiente y los peligros de actuar independientemente.
Guarda el sábado como un día familiar especial para adorar a Dios y recordar todas las cosas maravillosas que él ha hecho por ti y tu familia. El sábado provee un recordatorio regular de que toda la vida proviene de Dios, y que sólo tenemos vida a través de una relación con él.
Enséñale a tu familia acerca del viaje del santuario, desde el atrio hasta el lugar santísimo, y cómo Dios ha prometido escribir su ley protectora, los diez mandamientos, en nuestros corazones, para que podamos estar permanentemente conectados con él.
Mantén tu hogar lo más libre posible de películas, música y programas educativos inspirados por el nuevo orden mundial - material que socavará el canal de bendición. Presta atención a los programas de televisión que socavan el rol de liderazgo del padre.[1] Mantén este texto en mente mientras evalúas el material que entra a tu hogar:
Filipenses 4:7-8 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. 8 Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad.
Las cosas que miran, ¿son verdaderas y honestas? La mayoría de los programas ficticios no califican como verdaderos. ¿Son justos, puros y amables? ¿Cuántos programas están llenos de lenguaje vulgar, conducta inmoral y violencia? Es importante recordar que, incluso si le prohíbes a tus hijos ver tales cosas, pero las miras tú mismo, el espíritu que está presente en estas películas se filtrará de ti a tus hijos de todas maneras.
En los primeros años, es fácil mantener fuera estas cosas, pero a medida que tus hijos crezcan, obra con ellos para que vean los peligros, en lugar de simplemente prevenir su acceso a ciertas cosas. A medida que los niños crecen, deben comenzar a tomar sus propias decisiones; tú no puedes tomar todas las decisiones por ellos.
Recuerda que, como líder del hogar, cuando te involucras en actividades mundanas, abres la puerta para que tu familia entera sea afectada por un espíritu mundano. Recuerda que si miras material que tiene un espíritu de rebelión, puedes sembrar un espíritu de rebelión en tus hijos. Entonces cuando se rebelan contra ti, puede ser más tu culpa que la suya. Debes ser meticuloso al discernir la importancia de tu rol como protector de la familia contra las influencias externas.
Más que nada, permanece cerca de tu ejemplo y Maestro: Jesucristo. A medida que permaneces conectado con él en oración y estudio, serás lleno de la sabiduría, gracia y paz necesarias para guiar a tu familia. Si tu trabajo no te permite encontrar suficiente tiempo para orar y meditar, busca otro trabajo. Es mucho mejor perder un trabajo que perder a tu familia. Tu familia es todo para ti.
ii. La esposa y madre
Como hemos señalado ya varias veces, la clave para el éxito del reino familiar se basa en el rol fundamental de la esposa y madre. La demostración de sumisión en el hogar establece la autoridad del marido, así como también demuestra poderosamente a los hijos el principio de sumisión. Debido a que Dios es la fuente de toda vida, la sujeción legítima es clave para la vida de la familia.
El rol de la esposa y madre es de nutrir la simiente de su marido, tanto física como espiritualmente. Una esposa sabia atraerá la bendición de su marido sobre ella y sus hijos.
La mejor manera en que una esposa puede asegurarse la bendición para ella y sus hijos es al orar por su esposo, para que él pueda liderar con sabiduría y discreción. Orar para que él tome decisiones bien pensadas que beneficiarán a toda la familia.
Una esposa sabia no cuestionará las decisiones de su esposo, ni tomará la responsabilidad de tener la última palabra. No buscará manipular a su esposo con lágrimas ni con palabras aduladoras ni favores maritales. Tal engaño y manipulación recogerá una cosecha en sus hijos y les enseñará a ser astutos para conseguir lo que quieren.
A veces el Señor te mostrará cosas que no le mostrará inmediatamente a tu esposo, así como el Señor permitió que Rebeca reconociera que Jacob era más espiritual que Esaú. Esta es una prueba para ver si orarás por tu esposo y le harás una petición sumisa, o si confiarás en tu “sabiduría superior” para lograr el cambio, así como Rebeca lo hizo, haciendo que Jacob engañara a su padre. El resultado fue que ella jamás volvió a ver a su hijo preferido.
Al sujetarte a tu esposo, te estás sometiendo al Señor, por el Señor. Si tu esposo no es creyente, aprovecha cada oportunidad para establecer su liderazgo, demostrándole tu sumisión. Como declara la Biblia:
1 Pedro 3:1-6 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, 2 considerando vuestra conducta casta y respetuosa. 3 Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, 4 sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. 5 Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; 6 como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza.
Recuerda, la sumisión no es un proceso pasivo de simplemente hacer lo que sea que diga el marido, sino que es un proceso activo de orar por la sabiduría de tu esposo, haciéndole peticiones acerca de los asuntos que son importantes para ti. Busca su consejo y guía en las cuestiones, y confía en que Dios le dará sabiduría para guiarte. Si tu esposo te pide específicamente que violes los mandamientos de Dios, con tacto suplícale que estos mandamientos son muy importantes para ti y que al pedirte que los violes, te está pidiendo violar tu conciencia, y ¿es eso lo que él quiere? Si él no cede, entonces tranquila y firmemente debes decirle que no lo puedes hacer, y debes orar para que él quite su pedido. No lo desafíes, ni le grites, ni trates de manipularlo para que cambie de pensar. Confía en que Dios no te permitirá ser tentada más allá de lo que puedes soportar.
No hables mal de tu esposo frente a otros, bajo ninguna circunstancia. No lo critiques ni lo rebajes, porque éste es el camino más seguro hacia tu propia destrucción. Si hay problemas, preséntalos a tu esposo, y más allá de esto, preséntalo a los líderes de tu iglesia o comunidad familiar para que ayuden – no como venganza, sino para lograr paz.
Si tu esposo no está asumiendo su deber sacerdotal para guiar a la familia en asuntos espirituales, no te ocupes de este rol automáticamente. Pídele permiso a tu esposo para cumplirlo, si él siente que no lo puede hacer. Y sigue orando para que él retome o comience ese rol cuanto antes.
Tú eres la reina de tu hogar, y puedes hacer mucho para lograr que el hogar sea hermoso. Mediante los dones de la hospitalidad, puedes transformar tu hogar en un lugar donde a tu esposo, hijos y amigos les encante estar. Sé alegre en tu trabajo, y recuerda que el orden de tu hogar, si bien es importante, no es más importante que la cercanía de tus relaciones familiares - el hogar fue hecho para el hombre, no el hombre para el hogar.
Busca sabiduría del Señor, y a través de tu marido, para enseñarles a tus hijos, especialmente en sus primeros años. Es tu privilegio marcar la pauta y las bases de sus caracteres. Impresiona sobre ellos la importancia de los mandamientos, el canal de bendición y la necesidad de respetar y honrar a su padre. Como dice la Biblia:
Tito 2:3-5 Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; 4 que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, 5 a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la palabra de Dios no sea blasfemada.
Hay una obra especial para que hagan las madres con sus hijas, y las mujeres espirituales con las mujeres jóvenes de la iglesia: conservar los principios de sumisión bíblica del reino familiar. El reino familiar depende de esta enseñanza, y tú estás en la mejor posición para mantener activo este reino. Es por esto que el Padre envió a su Hijo como el agente principal para salvar al reino familiar, porque nadie conoce mejor los principios de sumisión que el Hijo de Dios.
En esta edad moderna, cuando el mundo busca entrenar a las mujeres jóvenes a ser independientes y para nada sumisas, tú tienes un deber sagrado de levantar a las mujeres jóvenes para frustrar los planes de Satanás para el nuevo orden mundial. Mucho depende de esta obra vital de entrenar a las mujeres jóvenes. Así como el universo depende completamente de la sumisión de Jesús al Padre, nuestras familias dependen del desarrollo de mujeres jóvenes sabias que comprenden el poder de la sumisión para el reino familiar.
Sobre todo, mira de cerca a tu Salvador y estudia su ejemplo de sumisión. En muchos aspectos, has sido creada a su imagen, y tienes el gozo de revelar poderosamente su carácter al mundo.
b. Momentos y eventos especiales de bendición
El gozo y la responsabilidad más grandes para los padres es criar hijos felices, sabios y productivos. El éxito del reino familiar depende de que el padre plante la simiente en el corazón de sus hijos, y que la madre la nutra y la cuide. Esta obra puede hacerse día a día, pero hay ciertos momentos especiales en los que se puede realizar una ceremonia formal de bendición para sellar la simiente bendita en los corazones de tus hijos.
i. Concepción y embarazo
Aunque el niño no ha nacido aún, el canal de bendición ya está muy activo. Tu actitud hacia tu hijo que está por nacer sembrará los fundamentos de la estabilidad emocional de aquel niño. Tanto el marido como la esposa deben buscar al Señor juntos en agradecimiento por el niño que está por nacer. Aunque el hijo fuese un “accidente” de parte suya, no fue un accidente de parte de Dios. La primera bendición es la actitud del deseo y el gozo por el niño. Sería bueno tener una celebración especial del evento, en el cual se puedan tomar videos o fotos, para mostrarle a tus hijos, cuando sean más grandes, de tu entusiasmo en cuanto a su concepción y desarrollo en el vientre.
ii. Nacimiento
El nacimiento de un niño es un evento muy gozoso. No caigas en la tentación de desear ya sea un niño o una niña. Acepta el género del niño como el regalo de Dios para ti. Cualquier insinuación de desilusión fluirá inmediatamente a través del canal hacia la memoria emocional, y maldecirá al niño.
Tan pronto como sea posible, organicen una ceremonia de dedicación especial para comprometerse a criar al niño dentro de los principios del reino familiar de Dios. Puedes arreglar esto en una iglesia o en un grupo comunitario, o simplemente con tu familia extendida.
iii. Los primeros años
Provee a tus hijos de mucho amor y afecto, y de un ambiente hogareño lo mejor que puedas, libre de conflictos y discordias. Durante estos años, los niños te probarán antes de obedecerte. No les grites ni los amenaces; tal comportamiento proviene de la falta de saber quién eres. Con calma y firmeza, señálales el deber a tus hijos, y asegúrate que lo realicen. A veces esto requerirá más de lo que estás dispuesto a dar, pero es vitalmente importante. Recuerda que cuando tus hijos son tardos en obedecer, o se rehúsan obedecer, Satanás está obrando para esclavizar sus voluntades. En lugar de regañarles, ora constantemente que Dios los libere, para que puedan obedecer tus órdenes. En algunos casos Satanás intentará usar el temor en el corazón de tus hijos para hacerles desobedecer – esto sucede a menudo al comer ciertos alimentos. O sea, en algunos casos no es que los niños no quieran obedecer, sino que el temor, causado por Satanás, los ha sujetado, y les ha hecho difícil obedecer. Con paciencia, guíalos en oración acerca de tales temores, y anímales a confiar en Dios.
Durante estos años, el culto matutino y vespertino es un momento excelente para la bendición. Sugiero que en la víspera de cada sábado, cuando realizas un culto en el hogar, traigas a tus hijos hacia ti como padre, y coloques tus manos sobre ellos, y los bendigas. Diles que son especiales y que los amas, y que Dios los ama. Estos eventos ayudarán a sellar la simiente de bendición en tus hijos.
iv. La adolescencia
El comienzo de la adolescencia es una época muy importante. Señala la transición de la niñez a la adolescencia. Durante este tiempo, un niño comenzará a cambiar físicamente para transformarse en un hombre o una mujer. También, alrededor de esta época, el niño buscará una validación especial en cuanto a su identidad, propósito y destino. Durante estos años, el rol del padre llega a ser extremadamente importante. Recuerda el versículo que dice:
Proverbios 17:6 Corona de los ancianos son los hijos de los hijos, y la gloria de los hijos son sus padres. (La Biblia de las Américas)
Cuando un niño entra en la adolescencia, sugiero que se realice una ceremonia especial de reconocimiento por el hijo en presencia de familia y amigos; algo así como una confirmación o una ceremonia de Bar Mitzvah. La parte clave de la ceremonia es la declaración de amor y aprecio de parte del padre frente a los presentes. Esto plantará fuertemente las semillas del reino familiar de Dios, y ayudará a conservar al hijo de los muchos peligros que enfrentan los adolescentes a medida que buscan establecerse como adultos.
v. La adultez
Un hijo llegará a la adultez típicamente alrededor de los 18 o 21 años, pero esto varía según cada hijo. Muchas culturas reconocen la necesidad de celebrar algo así como el cumpleaños de los 21. Nuevamente el padre puede jugar un rol clave en dicha celebración, y enviar a su hijo o hija hacia la madurez o adultez. Cuando nuestro padre nos dice que ahora somos un hombre o una mujer, es muy significativo, y sería sabio tener una celebración tal en ese momento.
vi. El matrimonio
La continuación del reino familiar depende completamente de la correcta elección del cónyuge para tu hijo o hija. Si has sido diligente en bendecir a tus hijos y enseñarles los principios de liderazgo y sumisión, serán más proclives a elegir un compañero o compañera que también posee estos valores. Ora fervorosamente por tus hijos para que tomen una decisión sabia, y ora para que busquen tu consejo en cuanto a la elección de un compañero. Evita forzar tu opinión acerca de un compañero para la vida, y cuando ellos hagan una elección, ten cuidado de no criticar duramente su elección de compañero/a potencial.
Cuando tu hijo o hija toma la decisión de casarse, y luego de consultar y orar, él o ella decide seguir adelante, apoya su decisión. No los menoscabes, ya que esto podría destruir al matrimonio desde el principio.
Busca acercarte al yerno o nuera y darle la bienvenida a tu familia, y mantén abierta la puerta para ellos. El día de la boda debería ser un evento muy gozoso. Requiere mucha oración y esfuerzo para que lo sea. Bendice a tus hijos cuando se casan, porque sin tu bendición, su matrimonio tendrá luchas. Incluso si sientes que hay problemas, maldecirlos sólo provocará su rebelión una vez que se hayan decidido, y te privará de estar cerca de ellos. Haz todo para mantener abierto los canales de bendición, porque tus hijos todavía necesitan tu bendición cuando tienen sus propios hijos.
vii. Los nietos
Un abuelo o abuela tiene un rol que cumplir en la bendición. Recuerda que la corona de los ancianos son sus nietos. Si tienes una relación cercana con tu hijo o hija, nuestra esperanza es que ellos vengan a ti por consejos sobre cómo lidiar con su hijo en ciertas situaciones. Porque nuestros hijos son como nosotros mismos, los abuelos tienen una perspicacia especial para ver los rasgos de carácter de un nieto. Evita el ofrecer consejos acerca de la crianza de los niños cuando no te los pidan. Bendice a tus nietos en cada oportunidad, y anímalos en las cosas espirituales. Los nietos pueden ser una gran bendición para los abuelos, y pasar tiempo con nietos que te aman puede ser la bendición más grande.
c. Vida rural
Recordarás que hemos hecho varias comparaciones entre las filosofías de Abraham y Nimrod. Aquí está el cuadro nuevamente:
Abraham |
Nimrod |
1. Estructura familiar (Génesis 18:19) |
1. Tirano/dictador individual (Génesis 10:10) |
2. Moradores rurales nómadas (Hebreos 11:8-10) |
2. Constructores y defensores de ciudades (Génesis 11:4) |
3. La identidad a través de la bendición paternal (Génesis 12:2) |
3. La identidad a través del renombre (Génesis 11:4) |
4. Observar el sábado y los mandamientos (Génesis 26:5) |
4. Seguir deseos personales (Romanos 1:21-32) |
5. La creencia en la muerte y la resurrección (Hebreos 11:17-19) |
5. Creencia en la inmortalidad del alma (Génesis 3:4) |
6. El Salvador como el humilde restaurador de la vida – revelado en el cordero inmolado (Juan 11:25) |
6. El salvador como el libertador orgulloso y el dominador que recibe su poder del sol y del culto a la naturaleza |
7. Enfoque de adoración en lo invisible |
7. Enfoque de adoración en lo visible |
Uno de los puntos que señalamos fue que un reino familiar funciona mejor en un ambiente rural, rodeado de las cosas de Dios. Las ciudades fueron primero construidas por Caín, luego Nimrod extendió esos principios. Las ciudades generalmente están llenas de crímenes, violencia y una multitud auto-complaciente, amante del placer. La ciudad no es un lugar donde criar niños dentro del reino familiar. La Biblia nos dice, “Estad quietos, y conoced que yo soy Dios”. Es difícil estar quietos si vivimos en una ciudad con mucho movimiento.
Cuando estás rodeado de árboles y montes, montañas y ríos, constantemente recuerdas el sistema del canal de bendición de Dios. En lugar de depender del hombre para tu agua, dependes de la lluvia del cielo. Tus hijos estarán más cerca de la naturaleza y aprenderán a apreciarla. Si no vives en un ambiente rural, te animo a que ores acerca de mudarte en cuanto sea razonablemente posible. Tampoco querrás estar totalmente aislado de la gente; vivir en un pueblo pequeño sería preferible. Al orar, que Dios te dé sabiduría en estos asuntos, mientras buscas construir tu reino familiar.
d. Un tesoro de recuerdos familiares
Mientras buscas en oración aplicar los principios expuestos en este libro, tengo la esperanza y la confianza de que construirás un gran tesoro de memorias para ti y tus hijos. Una cosa en la cual soy diligente como padre es en grabar en cámara y video los eventos familiares especiales en nuestras vidas, y mostrárselos a mi familia durante momentos especiales, como por ejemplo, durante las fiestas de fin de año.
Regularmente tengo fotos que aparecen en mi computadora como protector de pantalla, y a menudo veo que mi esposa e hijos se detienen y las miran. Es bueno recordar los momentos felices que hemos pasado juntos a lo largo de los años. Estos recuerdos quedarán con tus hijos y los protegerán contra la terrible tragedia que le sucedió al pobre joven del capítulo 1. También los protegerán contra la necesidad de tantos de los vicios y rebeldía en los cuales se involucran los jóvenes hoy, cuando enfrentan las maldiciones que han venido a sus vidas mediante la mentira de la serpiente del poder inherente.
Quiero orar por tu familia, para que sea bendecida, gozosa y resistente contra los ataques de Satanás mediante la elite global. Te animo a que hagas tu parte en guardar los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. También ansío el momento cuando todos, como hijos de Dios, estemos alrededor de su trono para adorarle, a Aquel que es la fuente de toda bendición.