Un asunto vital - 12 - Pruebas y triunfos de la familia terrenal de Dios en el Génesis

Publicado Nov 06, 2012 por Adrian Ebens En Un asunto vital

12. Pruebas y triunfos de la familia terrenal de Dios en el Génesis

El libro de Génesis está lleno de ejemplos didácticos de cómo el sistema familiar de Dios fue desafiado, probado y algunas veces quebrantado. Luego del colapso de la primera familia de Adán debido al comportamiento tiránico de los gigantes u hombres de renombre, Dios llamó a Noé para que recomenzara el sistema familiar, pero poco después, el sistema falló una vez más, y todo el mundo adoptó la mentira de la fuente de vida inherente. Entonces Dios llamó a Abraham para que fuese su representante y reflejara su reino. Desde Génesis 12 hasta el final del libro, tenemos el privilegio de observar los detalles importantes de tres generaciones de la línea familiar de Abraham. Al mirar de cerca las vidas de los patriarcas, descubriremos ejemplos y advertencias reales de cómo construir una estructura familiar sólida para nuestro tesoro de recuerdos.

a. El desafío de la asociación y el ambiente

En Génesis 12:1, Dios le dijo a Abraham que dejara el país en el que vivía, y que además dejara su familia extendida. La familia de Abraham era originaria de Ur en la tierra de Babilonia, donde estaba el corazón del sistema de adoración falso de Nimrod. Todo en la cultura babilónica reforzaba la mentira de la fuente de vida inherente, y era una influencia negativa para los que deseaban construir un sistema familiar basado en los principios de Dios.

Para Abraham debe haber sido difícil dejar atrás todo lo que le era familiar, y cortar con los lazos familiares cercanos que tenía. Sin embargo, escogió obedecer el mandato de Dios. Las ciudades de hoy se formaron con los mismos principios que la ciudad donde vivía Abraham: la exaltación del hombre, la auto-gratificación y niveles varios de control (trabajo, impuestos, medios, presión social, sistema educativo). El dejar la ciudad por un ambiente más rural a menudo presenta varios obstáculos que muchos no están dispuestos a vencer. El dejar atrás a los amigos y las comodidades parece demasiado difícil; así, tantas familias viven en las ciudades, exponiéndose filosófica, emocional, cultural y espiritualmente a principios que son totalmente opuestos al sistema familiar de Dios. La vida de la ciudad, en muchos casos, es una gran barrera para construir un tesoro de recuerdos familiares.

La lección del ambiente se presenta aun más en la historia de Lot. Lot era el sobrino de Abraham, y había viajado con él fuera de Babilonia. Los rebaños de ambos habían crecido tanto que se hizo imposible compartir los recursos de un área para un grupo tan grande.

Génesis 13:5,6 También Lot, que andaba con Abram, tenía ovejas, vacas y tiendas. 6 Y la tierra no era suficiente para que habitasen juntos, pues sus posesiones eran muchas, y no podían morar en un mismo lugar.

Abraham invitó a Lot a que eligiera donde quería ir. Si quería hacia la izquierda, Abraham iría hacia la derecha. Si elegía ir a la derecha, Abraham iría hacia la izquierda. Si Lot hubiera seguido el sistema de Dios de sumisión, le hubiera pedido a Abraham que orara y decidiera lo que él pensaba que sería lo mejor para ambos. Como sobrino de Abraham, Lot caía dentro del canal de bendición de Abraham, y hubiera sido bendecido al sujetarse a la sabiduría y liderazgo de su tío.

Lot estaba influido por el deseo de posesiones, riquezas y comodidad, de igual manera que los babilónicos. Tomó una decisión basada en la necesidad del poder, más que una basada en las relaciones, y eligió la tierra que era más fértil y que estaba cerca de la ciudad de Sodoma.

Génesis 13:10-13 Y alzó Lot sus ojos, y vio toda la llanura del Jordán, que toda ella era de riego, como el huerto de Jehová, como la tierra de Egipto en la dirección de Zoar, antes que destruyese Jehová a Sodoma y a Gomorra. 11 Entonces Lot escogió para sí toda la llanura del Jordán; y se fue Lot hacia el oriente, y se apartaron el uno del otro. 12 Abram acampó en la tierra de Canaán, en tanto que Lot habitó en las ciudades de la llanura, y fue poniendo sus tiendas hasta Sodoma. 13 Mas los hombres de Sodoma eran malos y pecadores contra Jehová en gran manera.

Esta decisión de Lot terminó siendo fatal para su reino familiar. Más adelante, Lot y su familia se mudaron a Sodoma, y Lot recibió una advertencia acerca de vivir en esa ciudad, al ser tomado cautivo por tribus vecinas. La historia se encuentra en Génesis 14. Esto debería haberle advertido de que debía dejar la ciudad. Tristemente, no se registra la gratitud de Lot, ni un compromiso de parte suya para abandonar Sodoma. Sus ojos se habían cegado a los peligros para su familia, y terminaría pagando un altísimo precio.

La maldad de Sodoma se hizo tan grande que Dios tuvo que intervenir. En la conversación con Abraham, el Espíritu de Cristo en Abraham, suplicando por Sodoma, muestra la reticencia de Dios para destruir la ciudad, pero había tanta inmoralidad que la identidad de los roles masculinos y femeninos se había confundido totalmente, y la estructura familiar se había destruido.

Génesis 19:4-7 Pero antes que se acostasen, rodearon la casa los hombres de la ciudad, los varones de Sodoma, todo el pueblo junto, desde el más joven hasta el más viejo. 5 Y llamaron a Lot, y le dijeron: ¿Dónde están los varones que vinieron a ti esta noche? Sácalos, para que los conozcamos. 6 Entonces Lot salió a ellos a la puerta, y cerró la puerta tras sí, 7 y dijo: Os ruego, hermanos míos, que no hagáis tal maldad.

La exposición, día tras día, a este ambiente, desgastó los fundamentos morales de la casa de Lot. Aunque hizo lo mejor que pudo para ser fiel a Dios, se colocó en un lugar donde el ambiente y la asociación con la gente malvada que lo rodeaba socavaron todos sus esfuerzos.

Lot perdió a su familia entera, menos dos hijas; todos fallecieron en la destrucción de Sodoma.

Génesis 19:14 Entonces salió Lot y habló a sus yernos, los que habían de tomar sus hijas, y les dijo: Levantaos, salid de este lugar; porque Jehová va a destruir esta ciudad. Mas pareció a sus yernos como que se burlaba.

 

Génesis 19:17 Y cuando los hubieron llevado fuera, dijeron: Escapa por tu vida; no mires tras ti, ni pares en toda esta llanura; escapa al monte, no sea que perezcas.

Génesis 19:24-26 Entonces Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; 25 y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades, y el fruto de la tierra. 26 Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal.

Tristemente, la mujer de Lot había adoptado el espíritu no sumiso de las mujeres de Sodoma, se rehusó a obedecer, con gratitud, la instrucción de no mirar hacia atrás, y murió. Es posible que incluso con su espíritu no sumiso, la esposa de Lot hubiera tenido un tiempo extendido para reconsiderar su camino, pero la actitud vacilante de Lot al vivir en la ciudad reforzó esas actitudes de desobediencia y sellaron su fin.

Hubiera sido suficiente tragedia el perder a su familia entera, pero las hijas de Lot también habían sido influidas por la inmoralidad de Sodoma. Lot había estado dispuesto a que sus hijas fueran usadas por hombres viles, y esto era evidencia de la falta de bendición que Lot proveía a sus hijas. Esto las hizo vulnerables a los afectos de hombres mundanos y asociaciones malvadas.

Bajo esta influencia, las hijas de Lot, teniendo la buena intención de mantener vivo el árbol familiar, utilizaron el principio de Nimrod de la manipulación para emborrachar a su padre, y ambas quedaron embarazadas de él. Estas jóvenes habían perdido el sentido de quién debería haber sido su padre, y la falta de respeto que habían vivido y respirado en Sodoma les permitió cruzar una puerta que resultaría ser una gran tragedia. Los hijos nacidos de ellas fueron Moab y Ben-ammi, cabeza de los moabitas y amonitas, que terminarían siendo una gran tribulación para los descendientes de Abraham, los hijos de Israel. Sin una estructura de bendición familiar correcta, estas dos tribus se volvieron malvadas y belicosas, resultaron ser una maldición para la tierra, y finalmente llenaron su copa de iniquidad a tal punto que tuvo que intervenir el juicio divino.

Todos estos eventos terribles podrían haberse evitado si Lot se hubiera sometido a la autoridad de Abraham y le hubiera pedido su sugerencia para el mejor curso a seguir. Incluso podría haberse salvado si hubiera abandonado Sodoma luego de que Abraham lo rescató, pero falló en esto. La herencia de Lot no fue una poderosa nación que fuese una bendición para la tierra, sino un ejemplo de pérdida, tragedia, incesto e iniquidad en sus descendientes.

¿Qué impacto están teniendo nuestras asociaciones y nuestro ambiente sobre nuestras familias hoy?

b. La prueba de las riquezas

La Biblia nos habla muy claramente acerca de los peligros y la seducción del dinero:

1 Timoteo 6:10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.

No es el dinero mismo la raíz de todo mal, sino el amor al dinero. Vimos anteriormente que fue Nimrod quien desarrolló una especie de sistema bancario. Las motivaciones relacionales del amor y la responsabilidad que forman las bases de las transacciones en el reino de Dios fueron reemplazadas por el sistema del dinero, donde cada transacción tenía su precio y abría la puerta para que los hombres encontraran valor más fácilmente mediante sus posesiones. En un sistema basado en dinero, el dinero es poder, y mientras más dinero tienes, más poder tienes. Por lo tanto, el amor al dinero es el amor al poder, y una de las mejores expresiones de valor según la posición y el poder. Nuestro Padre celestial declara en cuanto a esto:

Jeremías 9:23, 24 Así dice el SEÑOR: No se gloríe el sabio de su sabiduría, ni se gloríe el poderoso de su poder, ni el rico se gloríe de su riqueza; 24 mas el que se gloríe, gloríese de esto: de que me entiende y me conoce, pues yo soy el SEÑOR que hago misericordia, derecho y justicia en la tierra, porque en estas cosas me complazco, declara el SEÑOR. (La Biblia de las Américas)

Dios nos dice que no busquemos valor ni gloria en las riquezas, sino que nos gloriemos en conocerlo. La riqueza del reino de Dios es el carácter. ¿Qué precio puede ponerse sobre alguien que es gozoso, pacífico, paciente, honesto, perspicaz y sincero al defender valores justos? ¿Dónde encontramos hombres así hoy?

La mayoría de la sociedad de hoy tiene al dinero como una de las ambiciones más altas que alcanzar. Como a veces se ha dicho: “El dinero no lo es todo, ¡pero está allí arriba con el oxígeno!”

Hombres y mujeres están dispuestos a sacrificar su hogar y familia con tal de poseer riquezas, y están dispuestos a casarse con la persona equivocada simplemente porque es adinerada. Trabajarán horas extras, noche tras noche, buscando ventajas, mientras sus hijos se ven privados de tiempo con ellos. El deseo por el dinero y el deseo por una familia feliz compiten entre sí. En puntos regulares de nuestras vidas, un deseo tiene que ceder al otro.

En la vida de Abraham, vemos a un hombre que escogió a Dios y su familia primero en estas situaciones. Aunque Abraham era un hombre rico, y uno diría que él podía darse el lujo de ser generoso, en su carácter se revela repetidamente que eligió honrar a Dios primero, y que le dio un valor más alto a sus relaciones familiares.

Génesis 13:7-9 Y hubo contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de Lot; y el cananeo y el ferezeo habitaban entonces en la tierra. 8 Entonces Abram dijo a Lot: No haya ahora altercado entre nosotros dos, entre mis pastores y los tuyos, porque somos hermanos. 9 ¿No está toda la tierra delante de ti? Yo te ruego que te apartes de mí. Si fueres a la mano izquierda, yo iré a la derecha; y si tú a la derecha, yo iré a la izquierda.

La única razón por la cual Lot tenía grandes posesiones era por su conexión con Abraham. Abraham podría haber tratado a Lot como Labán trató a Jacob, intentando obtener tanto de él como podía para enriquecerse, pero no lo hizo. Podría haberle dicho a Lot que fueron sus habilidades y sabiduría lo que le habilitó tanta riqueza, que le debía gratitud, y debía pagarle por eso, pero no lo hizo. Un hombre astuto de negocios hubiera desdeñado a Abraham por permitirle a su sobrino que escogiera primero las tierras, dándole ventajas, pues tal decisión no coincidía para nada con las prácticas del mundo.

Pero Abraham no era esclavo del amor al dinero ni a las posesiones, como lo era Lot. El amor a las posesiones y la ventaja le costó a Lot su reino familiar, y perdió todo. Al buscar ventajas temporales para obtener más, se quedó sin nada.

En Génesis 14 vemos una vez más que Abraham valoraba las relaciones familiares por sobre las ventajas temporales.

Génesis 14:12-15 Tomaron también a Lot, hijo del hermano de Abram, que moraba en Sodoma, y sus bienes, y se fueron. 13 Y vino uno de los que escaparon, y lo anunció a Abram el hebreo, que habitaba en el encinar de Mamre el amorreo, hermano de Escol y hermano de Aner, los cuales eran aliados de Abram. 14 Oyó Abram que su pariente estaba prisionero, y armó a sus criados, los nacidos en su casa, trescientos dieciocho, y los siguió hasta Dan. 15 Y cayó sobre ellos de noche, él y sus siervos, y les atacó, y les fue siguiendo hasta Hoba al norte de Damasco.

Hubiera sido fácil que Abraham no sintiera lástima por Lot y lo que le sucedió, o que se permitiera sentimientos de justicia, de que Lot había recibido su merecido por ser avaro, pero Abraham no permitió que estos pensamientos lo dominaran. Lot era su sobrino, y voluntariamente arriesgó su propia vida e invirtió sus posesiones y riquezas tratando de salvarlo.

Abraham podría haber perdido su propia vida y todas sus posesiones por salvar a Lot y su familia. Desde un punto de vista mundano, esta fue una decisión insensata. Incluso podría haber encargado a un equipo para que salvara a su sobrino, pero Abraham fue él mismo y arriesgó todo.

Dios le dio a Abraham una gran victoria a pesar de las pocas posibilidades que tenía[1], y una vez más Abraham enfrentó un desafío de dinero. Abraham sabía que Dios le había dado esta victoria, y que era a Dios a quien había que alabar por su misericordia. En este momento vemos un principio que Abraham siguió para recordarse de dónde provenían todas las cosas.

Génesis 14:18-20 Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; 19 y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; 20 y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano. Y le dio Abram los diezmos de todo.

Abraham podría haber razonado que le correspondía quedarse con todo el botín de este conflicto. Habiendo arriesgado su vida y posesiones, había ganado, por lo tanto tenía derechos sobre el botín. Pero pensar de esa manera refleja la mentira del poder inherente. Abraham sabía que Dios había ganado la victoria, y que el poder, destreza y habilidad no se originaban de sí mismo, sino que provenían del Creador de los cielos y la tierra. Por lo tanto, como reconocimiento de eso, dio un diezmo, o diez por ciento, de sus ganancias al sacerdote del Dios Altísimo. Esta devolución de los diezmos era un reconocimiento tangible de parte de Abraham, de que todo lo que poseía provenía de Dios, y sirvió como una bendición en contra de la avaricia y el egoísmo. La práctica de dar los diezmos era otra manera en la que Abraham colocaba a las relaciones familiares por sobre las tentaciones de la seducción de las riquezas.

Pero la percepción de Abraham en cuanto a los peligros de las riquezas abarcaba aun más.

Génesis 14:21-24 Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas, y toma para ti los bienes. 22 Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra, 23 que desde un hilo hasta una correa de calzado, nada tomaré de todo lo que es tuyo, para que no digas: Yo enriquecí a Abram; 24 excepto solamente lo que comieron los jóvenes, y la parte de los varones que fueron conmigo, Aner, Escol y Mamre, los cuales tomarán su parte.

El rey de Sodoma no creía como Abraham, que toda la riqueza y posesiones provenían del Dios que creó los cielos y la tierra. Si aceptaba estos bienes, se podría decir que Abraham se había enriquecido gracias a las riquezas de Sodoma, que su grandeza provenía de sus propias destrezas y habilidades en combinación con la generosidad del rey de Sodoma. Abraham deseaba fuertemente proteger los principios por los cuales vivía, y honrar al Dios al cual servía. No tomaría nada de parte del rey de Sodoma.  

En estas experiencias de Abraham vemos otro secreto para construir un tesoro familiar.

1. El colocar a las relaciones familiares por sobre el deseo de riquezas.

2. El reconocer que todas las riquezas y posesiones provienen de Dios.

3. La práctica del diezmo como salvaguardia contra la mentira de que lo que poseemos proviene de nosotros mismos.

4. El rehusar aceptar dádivas que podrían quitarle a Dios su gloria como fuente de todas las cosas.

Estas lecciones tienen la misma importancia hoy, y si queremos construir una estructura familiar que bendiga a nuestros hijos, seremos sabios al seguir las pisadas de Abraham.

c. La prueba del matrimonio – liderazgo y sumisión

Dios le dijo a Abraham desde el principio que, mediante su estructura familiar, bendeciría a las familias del mundo. Para que esta bendición fluyese libremente, Abraham y Sara necesitarían tener un sentido claro de sus roles dentro de esa estructura familiar. Notemos lo que Dios prometió:

Génesis 12:2-3 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

Más adelante en Génesis, Dios detalla claramente cómo fluirían las bendiciones, y qué aseguraría la construcción de esta gran nación.

Génesis 18:18- 19 habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra? 19 Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.

En los capítulos 4 y 6 vimos la naturaleza vital de esta estructura familiar. Una de las cosas que mencionamos, que necesitamos recordar, es esto:

“La igualdad en las relaciones no se trata del poder, control y bienes; se trata de la habilidad para comprender y conocer a alguien, y la percepción de la identidad femenina de esta manera es la única forma en la que podemos definir la igualdad relacional. La mujer es la clave para un reino relacional.”

Para que todas las familias de la tierra fuesen bendecidas a través de la familia de Abraham, su sistema familiar debía ser el modelo para todas las familias. Esto permitiría que la bendición del amor, valía y valor fluyera, mediante este modelo, hacia todas las familias. El nombre “hijo” en hebreo lleva la connotación básica de “constructor del nombre familiar”. Para construir el nombre familiar, el hijo debe aprender los principios correctos de cómo funcionan las relaciones, y el lugar obvio para aprender esto es con sus padres.

i. La primera falla de Abraham en Egipto hace vulnerable a Sara

Con estos pensamientos en mente, veremos que Sara es la clave para que el reino familiar de Abraham se transforme en una gran nación. La percepción de ella acerca de su marido, y cómo ella responde a la autoridad que Dios le dio a Abraham, determinará el éxito o el fracaso del reino familiar.

Con esto en mente, observemos los eventos que ocurren en las vidas de Abraham y Sara, y los intentos de Satanás para destruir la construcción de su tesoro de recuerdos familiares.

Génesis 12:10-15 Hubo entonces hambre en la tierra, y descendió Abram a Egipto para morar allá; porque era grande el hambre en la tierra. 11 Y aconteció que cuando estaba para entrar en Egipto, dijo a Sarai su mujer: He aquí, ahora conozco que eres mujer de hermoso aspecto; 12 y cuando te vean los egipcios, dirán: Su mujer es; y me matarán a mí, y a ti te reservarán la vida. 13 Ahora, pues, di que eres mi hermana, para que me vaya bien por causa tuya, y viva mi alma por causa de ti. 14 Y aconteció que cuando entró Abram en Egipto, los egipcios vieron que la mujer era hermosa en gran manera. 15 También la vieron los príncipes de Faraón, y la alabaron delante de él; y fue llevada la mujer a casa de Faraón.

Satanás inmediatamente se puso en campaña para destruir la relación entre Abraham y Sara. Trabajó sobre los temores de Abraham cuando bajaron a Egipto, y la falta de fe de Abraham hizo que Sara se encontrara en una situación difícil. Al pedirle a Sara que escondiese la verdad completa acerca de su relación con Abraham, ella terminó en la corte del Faraón para convertirse en parte de su “colección” de mujeres. Esta falla de parte de Abraham le habrá hecho a Sara sentirse muy vulnerable. ¿Por qué Abraham, su esposo y protector, permitiría que se la llevaran al Faraón? ¿Cómo era esto una demostración de amor? Ella se había sometido a su pedido al decir que era su hermana para protegerlo, sin embargo cuando se la llevaron a ella, él no hizo nada para protegerla a ella.

Satanás estaba tratando de quebrantar la confianza de Sara en su esposo al hacer que Abraham tropezara por su temor. Este evento era un eco de cuando Adán culpó a Eva por sus acciones cuando cayó en rebelión. Si Satanás lograba quebrantar la confianza de Sara en Abraham y en su autoridad, entonces sabía que traería grandes dificultades a este canal de bendición, tal vez incluso destruyendo el canal para la simiente prometida.

Cada esposo necesita comprender que su reino familiar entero se basa en la confianza que su esposa tiene en él como líder y protector de la familia. Para proteger a su esposa de las tentaciones de Satanás, él necesita afirmarla constantemente y expresarle su amor y aprecio. Cada esposa necesita entender que Satanás se esforzará incansablemente por tentar a su esposo para que falle y así la esposa sea vulnerable a desconfiar del esposo. Ella puede ayudarle a ser el líder y protector si mantiene una actitud de respeto y sumisión santa hacia su liderazgo. Tanto el esposo como la esposa deben ser activos; el esposo con demostraciones de aprecio hacia su esposa, y la esposa manifestando respeto hacia su esposo.

Tristemente, Abraham falló en esta prueba al comienzo, y la vulnerabilidad que creó en Sara traería consecuencias desastrosas en el futuro.

ii. La segunda falla de Abraham al ceder ante la voz de Sara.

Dios le había prometido a Abraham que se convertiría en una gran nación, pero permitió una demora en el tiempo para probar el carácter de Abraham. Esta demora se transformó en años, y Abraham fue tentado a ser impaciente.

Génesis 15:1-3 Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande. 2 Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer? 3 Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa.

Esta demora reveló la mente independiente de Abraham para resolver el problema de por qué no tenía un hijo. Propuso como solución que su siervo fiel fuese su heredero. Abraham no parece cuestionar si la demora se debe a su propia falla en Egipto, que tuvo un efecto severo sobre Sara. Se necesitaría tiempo para restaurar plenamente la confianza de Sara en Abraham, para asegurar que el rol sumiso se cumpliera correctamente. Dios le prometió a Abraham que un hijo nacería de su propio cuerpo.

Génesis 15:4-5 Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará. 5 Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.

Pero en esta promesa todavía hay una prueba, porque no dice que Sara sería la que daría a luz a ese hijo; sólo menciona a Abraham. ¿Por qué Dios hizo esto? La vulnerabilidad de Sara causada por Abraham en Egipto necesitaba salir a la luz antes de que se pudieran sentar las bases del reino de Abraham con un hijo. La declaración del Señor produjo el efecto deseado, y los temores de Sara pronto se manifestaron.

Génesis 16:1-2 Sarai mujer de Abram no le daba hijos; y ella tenía una sierva egipcia, que se llamaba Agar. 2 Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai.

Este pasaje revela que Sara estaba dispuesta a hacer todo lo posible para obtener hijos. En épocas antiguas, el no poder concebir era una deshonra para una esposa. Esta deshonra había surgido por la mentira de Satanás del poder inherente para producir. Tal sentido de vergüenza y dolor se manifestó luego con mayor magnitud en Raquel, la esposa de un nieto de Sara.

Génesis 30:1 Viendo Raquel que no daba hijos a Jacob, tuvo envidia de su hermana, y decía a Jacob: Dame hijos, o si no, me muero.

Raquel se mostró casi suicida por el hecho de que no podía producir hijos. Su hermana aparentemente estaba produciendo hijos según lo deseaba, pero Raquel no podía producir ninguno, por lo tanto su “falla de desempeño” le dio tendencias suicidas.

Esta intensidad de sentimientos se nutrió en el corazón de Sara y la llevó a sugerir un plan que cualquier mujer en su sano juicio jamás sugeriría.

Génesis 16:1-2 Sarai mujer de Abram no le daba hijos; y ella tenía una sierva egipcia, que se llamaba Agar. 2 Dijo entonces Sarai a Abram: Ya ves que Jehová me ha hecho estéril; te ruego, pues, que te llegues a mi sierva; quizá tendré hijos de ella. Y atendió Abram al ruego de Sarai.

¿Qué esposa tendría la voluntad de sugerir que su esposo tuviera relaciones sexuales con otra mujer para poder darle hijos a su esposo? Esta sugerencia revela el estrés bajo el cual estaba Sara. Abraham falló en afirmarla, y esto la dejó vulnerable a la sugerencia de Satanás de que ella no era valiosa; incluso parecía que Dios la había abandonado porque ella no estaba incluida en la promesa de Génesis 15. Abraham no confió en el Señor cuando bajó a Egipto, y esta falla tuvo una influencia sobre Sara; ella tuvo dificultad para confiar en Dios al impedírsele tener hijos. Sus palabras de tristeza “Jehová me ha hecho estéril”, indican que ella creía que Dios la estaba castigando por alguna razón. Ya sea porque su sentido de valor propio era bajo, o porque sentía rebelión por querer lograr su objetivo de tener hijos, ella sugiere lo impensable y le ruega a Abraham que tome a su sirvienta para tener un hijo con ella.

Es irónico que la maldición que vino sobre la familia de Abraham en Egipto, una vez más se extendiera mediante una mujer egipcia. El reino de Egipto aceptó plenamente la mentira de la serpiente a través de los ideales del reino de Nimrod. El sugerir que Abraham tomara a esta mujer egipcia a su dormitorio, era símbolo de sugerir que la familia de Abraham adoptara la filosofía de Egipto y las mentiras del poder inherente.

Satanás estaba al borde de una gran victoria. Si lograba que Abraham cediera a Sara, entonces el reino de Dios en la tierra a través de Abraham recibiría un golpe terrible. Abraham no habría olvidado la manera vergonzosa en la que había tratado a su esposa en Egipto, y se sentiría mal por ella, por no poder concebir hijos. Sara estaba llena de dolor por sus circunstancias, pero Abraham no debería haber aceptado el consejo de Sara. Sin embargo, como su ancestro Adán, se sometió al pedido de su esposa. Al hacerlo, cedió su liderazgo. Satanás, habilidosamente, aprovechó la culpa que sentía Abraham, y su sentido de empatía hacia su esposa, para hacer que cediera su rol de liderazgo y permitiera que Sara llevara la batuta. Esta terrible decisión todavía es una de las causas principales de controversia hoy en el mundo en la guerra entre los judíos y los árabes en el Medio Oriente.

Abraham debería haber consultado con el Señor acerca del pedido de Sara, pero no lo hizo. La costumbre de tener varias esposas era común en esos días, y Abraham tal vez no estaba totalmente consciente de los peligros de esta sugerencia, pero al tomar tal decisión, tan importante, sin consultar al Señor, reveló su espíritu residual de independencia y la influencia de la mentira de la serpiente.

En esta historia vemos una serie de eventos que derriban al reino familiar de Abraham.

1. Abraham falla al no afirmar ni proteger a su esposa.

2. Esto resulta en que Sara se siente vulnerable y sin valor.

3. Esto resulta en la apertura a la tentación de Satanás para actuar independientemente.

4. Esto resulta en el triste pedido de Sara de obtener hijos a través de otra mujer.

5. Esto resulta en que Abraham cede su rol como cabeza del hogar al hacerle caso a Sara, de manera que se confunden los roles de liderazgo y sumisión.

6. Esto resulta en relaciones familiares confusas en el hogar de Abraham.

7. Esto resulta en que se bloquea el canal de bendición, además de que se dificulta la posibilidad de construir un tesoro de recuerdos familiares.

d. Dios le enseña a Abraham acerca de la naturaleza vital de la estructura familiar

Abraham falló en comprender la unión sagrada de la relación marido-mujer y su importancia para establecerlo como la cabeza de una gran nación. Esto le trajo mucho dolor. La rivalidad entre Sara y Agar que resultó de esta falla no le trajo a Sara el gozo que ella había imaginado, sino mayor dolor. Agar, aunque casada con Abraham, todavía era la sierva de Sara. Este sistema confuso de relaciones tenía que explotar en algún momento.

Génesis 16:4-6 Y él se llegó a Agar, la cual concibió; y cuando vio que había concebido, miraba con desprecio a su señora. 5 Entonces Sarai dijo a Abram: Mi afrenta sea sobre ti; yo te di mi sierva por mujer, y viéndose encinta, me mira con desprecio; juzgue Jehová entre tú y yo. 6 Y respondió Abram a Sarai: He aquí, tu sierva está en tu mano; haz con ella lo que bien te parezca. Y como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia.

Sara culpó a su marido por lo que había sucedido. En nuestro mundo moderno, nos reiríamos de tal supuesta insensatez, pero en el sistema de cabeza/sumisión de Dios, Sara tenía toda la razón. Abraham había tomado la decisión final, por lo tanto él era responsable por la hostilidad que había descendido sobre su hogar. Como el esposo, o protector del hogar, él debería haber rehusado tal pedido, y tendría que haberle solicitado a Dios gracia para consolar a su esposa y orar por ella. Parece que Isaac sí aprendió de su padre en cuanto a este asunto.

Génesis 25:21 Y oró Isaac a Jehová por su mujer, que era estéril; y lo aceptó Jehová, y concibió Rebeca su mujer.

A través de problemas y sufrimiento, Abraham aprendió muchas cosas acerca de la familia y de cómo debería conducírsela. Anteriormente mencionamos la lección de Sodoma y de cómo la completa ruptura de las unidades familiares allí, causó su destrucción. Volvamos a Génesis 18:19:

Génesis 18:19 Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.

Hay mucho contenido en la frase “porque yo sé”. La palabra “saber” significa conocimiento íntimo. Luego de muchas dificultades, tanto con sí mismo como con su sobrino Lot, Dios pudo darle a Abraham el conocimiento íntimo del sistema familiar y de los principios de liderazgo y sumisión. Se nos dice que Dios conoció a Abraham para que luego Abraham pudiera mandar a sus hijos y su familia después de sí.

Con este conocimiento, ahora estaba listo para producir un heredero verdadero que sería de verdad un constructor del reino familiar. Ismael no podía ocupar este puesto debido a la relación incorrecta dentro de la cual fue concebido. La conducta salvaje de Ismael se debió directamente a que Abraham cediera a la voz de su mujer, y pusiera a Agar en un puesto donde su hijo no podría ser verdaderamente bendecido, ni tener un sentido verdadero de valor ante Dios que lo habilitaría para ser lo suficientemente estable como para ser constructor del nombre familiar.

Génesis 16:6-12 Y respondió Abram a Sarai: He aquí, tu sierva está en tu mano; haz con ella lo que bien te parezca. Y como Sarai la afligía, ella huyó de su presencia. 7 Y la halló el ángel de Jehová junto a una fuente de agua en el desierto, junto a la fuente que está en el camino de Shur. 8 Y le dijo: Agar, sierva de Sarai, ¿de dónde vienes tú, y a dónde vas? Y ella respondió: Huyo de delante de Sarai mi señora. 9 Y le dijo el ángel de Jehová: Vuélvete a tu señora, y ponte sumisa bajo su mano. 10 Le dijo también el ángel de Jehová: Multiplicaré tanto tu descendencia, que no podrá ser contada a causa de la multitud. 11 Además le dijo el ángel de Jehová: He aquí que has concebido, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Ismael, porque Jehová ha oído tu aflicción. 12 Y él será hombre fiero; su mano será contra todos, y la mano de todos contra él, y delante de todos sus hermanos habitará.

Agar nunca podría sentirse realmente segura en su relación con Abraham porque era, primero de todo, la sierva de Sara. Sin ese sentido de seguridad, ella no podía cumplir adecuadamente con el rol del cuidado de una madre, porque el canal de bendición que le llegaba de Abraham no era legítimo. El flujo de vida de la bendición de Dios no estaba sobre esta unión, por lo tanto no podría prosperar correctamente.

Dios vino a Abraham y le informó que Sara le daría un hijo. En este mensaje, una vez más Abraham mostró su falta de confianza, y su risa en Génesis 17:17 se transmitió a Sara; cuando ella escuchó la noticia en Génesis 18, también rió con completa incredulidad. El Señor le preguntó a Abraham por qué su esposa reía, en lugar de preguntarle a Sara directamente. La pregunta le fue dirigida a Abraham porque él había iniciado esta falta de fe y había influido sobre el pensamiento de Sara. La mentira que ella dijo en cuanto a su risa reveló que todavía sentía cierto nivel de inseguridad, y esto debía enfrentarse antes del nacimiento de su hijo.

Ahora que Abraham tenía un heredero, él buscaría asegurarse que la futura esposa de su hijo podría cumplir con el rol del agente sumiso. La futura mujer de Isaac sería clave para la supervivencia del reino familiar de Abraham, y la elección debía hacerse con oración. La expedición del siervo de Abraham para encontrar la mujer adecuada revela que eran conscientes de cuán importante era esta elección. Isaac tenía 40 años, y en nuestra sociedad actual, diríamos que tenía plena habilidad como para hacer su propia elección, pero él confiaba en la sabiduría de su padre y se sometió al proceso que su padre deseaba. La actitud servicial de Rebeca al dar de beber a los siervos de Abraham así como a sus camellos, reveló el espíritu del agente sumiso que Isaac necesitaba para construir el reino familiar.

Isaac aprendió muchas cosas de sus padres en cuanto a la familia, por lo tanto evitó muchos de los errores que cometió su padre; pero Satanás trajo otra tentación a esta pareja: el favoritismo entre los hijos. Este error dividió completamente a la familia. Sin embargo, en cuanto a la elección de las esposas de sus hijos, Isaac y Rebeca tenían una clara comprensión del asunto y de cuán importante era.

Génesis 26:34-35 Y cuando Esaú era de cuarenta años, tomó por mujer a Judit hija de Beeri heteo, y a Basemat hija de Elón heteo; 35 y fueron amargura de espíritu para Isaac y para Rebeca.

Esaú no hizo caso a las advertencias de su abuelo, y tomó a dos esposas de una tribu que no seguía el sistema familiar de Dios. Esto les causó mucho dolor a Isaac y Rebeca, pues sabían que impediría enormemente la promesa de convertirse en una gran nación. En parte, es por esto que Dios indicó que el mayor serviría al menor. Su elección de esposas hizo que le fuera imposible establecer efectivamente el reino familiar.

Génesis 27:46 Y dijo Rebeca a Isaac: Fastidio tengo de mi vida, a causa de las hijas de Het. Si Jacob toma mujer de las hijas de Het, como éstas, de las hijas de esta tierra, ¿para qué quiero la vida?

 

Rebeca expresó la verdad de que si Jacob tomaba una esposa que no comprendía los verdaderos principios familiares, entonces se acabaría su reino familiar. Todos sus esfuerzos al criar a sus hijos se perderían con la elección equivocada de las esposas para sus hijos.

Hay mucha más instrucción acerca de estos principios en el libro del Génesis. Sugiero observar los principios de causa y efecto en la familia de Jacob. El reino de Israel con sus doce hijos no tuvo un comienzo perfecto. Es más, en partes la familia era bastante disfuncional, pero las lecciones están allí para que las aprendamos si estamos dispuestos.

1. Un esposo debe reconocer su rol como el dador de la simiente, y como quien está para bendecir a su esposa e hijos con palabras de aprecio y aliento.

2. La esposa debe tomar el rol del agente sumiso para recibir la bendición de su esposo y pasarla en un canal hacia sus hijos.

3. Una vez abierto este canal de bendición, el hijo recibirá la seguridad de que verdaderamente es un hijo o una hija de Dios. Esto lo protegerá de la mentira de la serpiente, de intentar obtener valor a través del poder y el logro inherente.

Antes de cerrar este capítulo, hablaremos brevemente acerca del proceso de bendición y de por qué es tan clave que un padre bendiga a sus hijos.

e. La primogenitura para bendecir

En el capítulo 5 hablamos del principio vital de la bendición: el flujo no sólo de la vida física, sino también de un sentido de valor y de propósito. Esta bendición es la única manera de verdaderamente evitar la falta de valor y la depresión. Dios volvió a conectar este canal a través de Abraham cuando declaró:

Génesis 12:2-3 Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

Esta bendición estableció a Abraham como el canal asignado para bendecir al mundo. Abraham entró en una relación de pacto con Dios. Por esta razón, aun cuando Abraham a veces falló, no le fue quitado este canal de bendición. El canal de bendición no se basaba principalmente en la habilidad que Abraham tuviera para comportarse correctamente, sino en su relación de pacto con Dios. Lo que terminaría quebrantando este pacto, y así perdiendo el canal, sería si Abraham persistía en no responder a los mandamientos de Dios. Esto sucedió luego de la época de Cristo.

Hechos 13:46 Entonces Pablo y Bernabé, hablando con denuedo, dijeron: A vosotros a la verdad era necesario que se os hablase primero la palabra de Dios; mas puesto que la desecháis, y no os juzgáis dignos de la vida eterna, he aquí, nos volvemos a los gentiles.

El canal de bendición que se estableció con Abraham no podía basarse en su desempeño, porque él necesitaba tiempo para aprender que había sido criado en un ambiente basado en la mentira de la serpiente del poder inherente. El pacto proveía un período de prueba para que Abraham percibiera su independencia y se sometiese completamente a Dios.

Génesis 15:18 En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates.

Desde una perspectiva mundana, este pacto parece extraño. Vemos la mentira de Abraham hacia Abimelec; sin embargo, se le pidió a Abraham que orara por Abimelec, y no al revés.

Génesis 20:2-7 Y dijo Abraham de Sara su mujer: Es mi hermana. Y Abimelec rey de Gerar envió y tomó a Sara. 3 Pero Dios vino a Abimelec en sueños de noche, y le dijo: He aquí, muerto eres, a causa de la mujer que has tomado, la cual es casada con marido. 4 Mas Abimelec no se había llegado a ella, y dijo: Señor, ¿matarás también al inocente? 5 ¿No me dijo él: Mi hermana es; y ella también dijo: Es mi hermano? con sencillez de mi corazón y con limpieza de mis manos he hecho esto. 6 Y le dijo Dios en sueños: Yo también sé que con integridad de tu corazón has hecho esto; y yo también te detuve de pecar contra mí, y así no te permití que la tocases. 7 Ahora, pues, devuelve la mujer a su marido; porque es profeta, y orará por ti, y vivirás. Y si no la devolvieres, sabe que de cierto morirás tú, y todos los tuyos.

Racionalmente, Abimelec debería haber orado por Abraham, por su engaño al mentirle acerca de su esposa. Sin embargo, Dios le dijo a Abimelec que Abraham oraría por él. Esto sólo tiene sentido mediante el pacto que Dios hizo con Abraham, al asignarle autoridad para bendecir.

En lugar de quitarle a Abraham su autoridad, Dios le trajo circunstancias que le recordaran su verdadero rol de otorgar bendición. El hecho de que Abimelec se sometiera a las oraciones de Abraham fue para Abraham tanto un reproche como un recordatorio de su rol. Si Abimelec hubiese atacado a Abraham por su comportamiento, el temor que llevó a Abraham a mentir se hubiera incrementado, y él se hubiera alejado aun más de su verdadera identidad como agente de bendición para las familias de la tierra.

Esta autoridad para bendecir fluiría de generación a generación mediante el concepto de la primogenitura.

Génesis 25:31-33 Y Jacob respondió: Véndeme en este día tu primogenitura. 32 Entonces dijo Esaú: He aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? 33 Y dijo Jacob: Júramelo en este día. Y él le juró, y vendió a Jacob su primogenitura.

En el reino de Dios, el honor de la primogenitura caía, por defecto, en el hijo varón mayor. La primogenitura debía usarse no sólo para que él bendijese a su familia, sino también a sus hermanos y hermanas menores. En el reino de Dios, la primogenitura conllevaba el gozo y la responsabilidad de bendecir, pero, torcida por la mentira de Satanás, se convirtió en un símbolo de poder y control. La primogenitura aseguraba que la mayor parte de la riqueza del padre pasaría al poseedor de la primogenitura – no para enriquecerse a sí mismo, sino para bendecir a todos bajo su autoridad; no para tomar, sino para dar.

Esaú no discernía la verdadera naturaleza de la primogenitura como una herencia espiritual, y en realidad no deseaba tomar la responsabilidad del sacerdote familiar del hogar. Este sentimiento hubiera sido de poca importancia para las esposas que él había escogido. Estas mujeres, educadas con los principios de la mentira de la serpiente, tenían tal falta de sumisión, al punto que la autoridad espiritual de Esaú no era respetada. Al elegir estas esposas, Esaú aseguró que no podría jamás cumplir verdaderamente con este rol en forma espiritual.

Cuando nacieron los mellizos, a Isaac y Rebeca se les hizo saber que, de alguna manera, la primogenitura pasaría a Jacob, el hijo menor.

Génesis 25:22-23 Y los hijos luchaban dentro de ella; y dijo: Si es así, ¿para qué vivo yo? Y fue a consultar a Jehová; 23 y le respondió Jehová: Dos naciones hay en tu seno, Y dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; El un pueblo será más fuerte que el otro pueblo, Y el mayor servirá al menor.

Jacob debe haber sido consciente de esto. Sin embargo, como su abuelo Abraham que no podía esperar que la promesa de un hijo se cumpliera en los tiempos de Dios, él tomó una oportunidad para asegurarse la primogenitura. Lo hizo aprovechando una de las debilidades de su hermano: el apetito.

Aunque Jacob percibía el valor espiritual de la primogenitura y su responsabilidad para bendecir, todavía no confiaba en que Dios haría las cosas. Él aun estaba actuando de acuerdo con el principio de la mentira de la serpiente, mediante pensamientos y acciones independientes. Por lo tanto, aun con los mejores deseos e intenciones de agradar a Dios, Jacob se transformó en un engañador y un manipulador. El pecado lo engañó al hacerle pensar que debemos usar la ley para demostrarle a Dios que somos dignos de él. Sin embargo, la ley no fue diseñada para eso, sino para que aprendiéramos a confiar en Dios y aceptásemos su vida y su poder. La naturaleza pecaminosa, en cambio, tuerce el propósito de Dios y nos lleva a buscar un estilo de vida dependiente de las obras – un camino que lleva a la muerte.[2] Entonces, aquello que debía ser una gran bendición, se transformó en una gran maldición.

A la larga, Dios le hizo ver a Jacob su carácter y la falsedad con la cual había actuado. Más adelante, Jacob se transformó en Israel – el vencedor. Se convirtió en el verdadero canal de bendición para sus hijos, y sentó las bases para una nación espiritual.

Antes que Jacob dejara su hogar, su padre le transfirió la autoridad para bendecir, a través del siguiente evento:

Génesis 28:1-5 Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo, y le mandó diciendo: No tomes mujer de las hijas de Canaán. 2 Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí muj