Guerras de Identidad - En busca del hogar - Parte 4: El canal de bendición
Publicado Sep 02, 2013 por Adrian Ebens En Guerras de Identidad - En busca del hogar
A manera de introducción, en esta presentación queremos dar un paso más. Hemos estado hablando mucho acerca de las bendiciones que fluyen del Padre, a través de su Hijo, a la raza humana. Ahora nos enfocaremos en este aspecto: cuándo nos alcanza la vida de Dios, cómo fluye, y qué bendiciones podemos recibir mediante el aspecto humano del flujo de bendiciones.
Ayer mencionamos que cuando el agua de Dios entra en la vida del hombre, dice la Biblia que “de su interior correrán ríos de agua viva” (Juan 7:38), lo cual se refiere a una bendición. Y no hay mejor lugar para que aquel río fluya que dentro del ambiente familiar. Queremos hablar un poco de esto hoy. Quisiera que inclináramos nuestros rostros brevemente; quisiera orar nuevamente. Gracias.
Padre en el cielo, pido que al presentar el tema hoy me des claridad de pensamiento, claridad mental, y que al partir el pan de vida, me entregues aquel pan, y que, desde tu trono, me des las palabras al hablar, para que mis hermanos sean bendecidos y para que seamos alentados. Te agradecemos en el nombre de Jesús. Amén.
Esta es un foto de cuando yo tenía 3 semanas de vida. Es una foto muy, muy especial porque simboliza algo importantísimo para mí: es una foto donde estoy en brazos de mi padre, y él me está mirando con lo que yo creo que es un sentido de admiración. Hay algo poderosísimo en esta foto; incluso mientras crecía y miraba el álbum de fotos sin darme cuenta de ello, esta foto me transmitía un mensaje muy poderoso. Sé que hay muchos en este mundo que jamás llegan a tener una fotografía como esta, lo cual es una tragedia; creo que a través de fotos como ésta que he recibido he sido bendecido en una manera que realmente me ayudó a formar una mejor imagen mental de mi Padre en el cielo.
Esta es una foto del Sidney Sanitarium (el sanatorio adventista de Sidney) donde nací, antes de 1970, o alrededor de esa época. Mi madre me contó la historia de que cuando nací, mi padre, quien trabajaba allí como chef del hospital, fue corriendo por los pasillos, cantando con todas sus fuerzas: “¡Es un varón! ¡Es un varón! ¡Tengo un varón!” Hay algo en esta historia que me llena el corazón: me dice que mi padre estaba entusiasmado que yo hubiese llegado a este mundo, que estaba emocionado con tenerme – y eso es algo muy especial para mí. Atesoro esta historia. Y por eso, aunque esta foto es sólo una foto del sanatorio, me recuerda a mi padre corriendo por los pasillos cantando gozoso, dando saltos y haciéndose el payaso. Pero a él no le importó lo que los demás pensaran de su comportamiento ese día; su hijo había nacido. ¿Qué importa si los demás pensaran que estaba demasiado exuberante o desmesurado? No le importaba, porque su hijo acababa de nacer. Y eso es algo que atesoro.
Hay otras fotos que me vienen a la mente, fotos que me han construido un tesoro de recuerdos familiares que me permitieron recordar quién soy, de dónde vengo, y por qué la vida es especial. Estas fotos hacen eso por mí, junto con mi comprensión de la Palabra de Dios a medida que crecí en ella. Pero en mi edad temprana, estas fotos fueron lo que me ayudaron en mi viaje por la vida.
Aquí hay algunas fotos más. Como podrán imaginarse, me encantaba cabalgar sobre la espalda de mi papá durante las vacaciones; esto es en Sidney. La siguiente foto es de Euroa, que no queda muy lejos de aquí; estoy con mis padres, y nuevamente mi padre me está alzando en brazos, y me está mirando. Atesoro estas cosas. La última foto es de Burleigh Heads, en la provincia de Queensland. Fuimos allí de vacaciones y mi padre me llevó a una aerosilla (telesilla); estaba pasando tiempo conmigo. Debido a que trabajaba muchas horas, no podía pasar tanto tiempo conmigo como yo hubiera deseado. Este mundo ha establecido un sistema que quita a los padres de sus hijos más de lo que se debería. Sin embargo, todavía puedo tener estas fotografías. Las atesoro; son una gran bendición.
Tengo otro recuerdo en mi mente de cuando vivíamos en Warburton, justo al otro lado de Melbourne. Tenía unos 4 o 5 años de edad y vi que mi vecino (el vecino de mi papá, mejor dicho) quien estaba cortando leña en preparación para el invierno. Me acerqué a él y lo observé mientras cortaba la leña – un niño de 4 años, mirando y observando. De repente le dije: “Mi padre puede cortar leña mejor que usted; ¡mi padre puede hacer de todo!” Y él respondió: “¿En serio? Te felicito, ¡eso es fantástico!”
Un niño que cree en su padre. Cuando la relación entre padre e hijo no está amontonada de muchas dificultades en la vida, yo creería que para un hijo o una hija el padre es su héroe. El padre es un héroe, papá es poderoso, es fuerte, grande, me sostiene en sus brazos, provee para satisfacer mis necesidades, me cuida, me ayuda, me corrige cuando me desvío – lo cual sé que no siempre aprecié en su momento, pero más adelante pude ver que tenía la intención de hacer lo mejor por mí.
Es hermoso tener estas fotos. Tengo otro recuerdo: mi padre salía a correr todas las mañanas y se levantaba bien temprano. Él era muy disciplinado en su vida, muy regular. Se levantaba temprano y salía a correr. Una mañana a las 5.00, todavía temprano, todavía oscuro, le pedí a mi padre: “Papi, ¿puedo ir contigo?” Yo todavía era muy pequeño como para dar la vuelta a la cancha de fútbol. Y él corría alrededor de la cancha con sus piernas grandísimas, y yo no podía seguirle el paso. Intentaba no quedarme atrás y pensaba, “¡Mi papá es rapidísimo!” Es uno de los recuerdos que tengo de cuando pude pasar tiempo con él.
Y debo decir de que, especialmente para los que tenemos hijos (y todos somos hijos en cierto sentido), aprovechemos cada oportunidad para construir recuerdos con nuestros hijos y nuestros padres. No importa qué hagan o dónde vayan, siempre y cuando estén pasando tiempo juntos. Se puede caminar por el monte, o ir a la playa, o venir a un retiro familiar como éste, y tomen fotos para que les queden de recuerdo y puedan mirarlas y recordar los eventos familiares, porque el tiempo en familia es un tesoro y una bendición.
Tengo otros recuerdos de mi padre. Pienso en él y en la influencia que ha tenido en mi vida. Una cosa que lo caracteriza es que es un hombre honesto. Cuando yo era niño, pensaba que todos eran así. Eso me llevó a ser un poco ingenuo ya que hay gente que es deshonesta, que miente, que te mira a los ojos y dice una mentira sin cambiar la expresión de la cara. Eso para mí era completamente desconocido y yo no lo entendía, porque mi padre es honesto.
Recuerdo una vez cuando viajábamos entre Sidney y Brisbane y paramos a almorzar en Coffs Harbour. Compramos algo de comida y volvimos al automóvil. Cuando ya habíamos avanzado 10 km, mi padre de repente, por alguna razón, recordó que el cajero le había dado $2.00 de más. Regresamos a Coffs Harbour y devolvimos los $2.00 al negocio. Ahora, mi padre podría haberme dicho, “Hijo, es importante ser honesto; debes ser honesto, debes ser honesto”. Pero les aseguro que lo que mi padre hizo ese día me enseñó la importancia de la honestidad. Él me demostró el principio de la honestidad. Y lo que él hacía era mucho más poderoso de lo que él decía. Pero que combinara lo que decía con lo que hacía – eso fue poderosísimo. Jamás lo he olvidado, y siempre he aspirado a ser como mi padre en ese aspecto: ser honesto, decir la verdad, hacer lo que es correcto. Estoy tan agradecido que mi padre me enseñó estas cosas.
Otra característica que aprendí de mi padre es el principio de la determinación, de no permitir que algo te haga bajar los brazos. Recuerdo muchas veces que él trabajaba en arreglos de la casa. No es un constructor entrenado, pero quería hacer cosas. Una vez en particular estaba construyendo una gran galería alrededor de la casa. A veces le resultaba muy difícil y tenía deseos de abandonar el proyecto, pero no lo hizo. En su casa, sobre la pared al lado del teléfono, tiene un cuadro que dice: Jamás te des por vencido. Eso se fijó en mi mente. Mi padre ha ejemplificado con su vida el principio de jamás te des por vencido. Y eso ha sido una bendición para mí en muchos aspectos, y realmente lo aprecio.
Mi padre también tenía un fuerte sentido de justicia. Cada vez que él mira las noticias o programas de temas de la actualidad o algo así, como suele hacerlo, y ve injusticias en el mundo, se agita. La injusticia, especialmente cuando ve que aquellos con puestos de poder manipulan y se aprovechan de los niños o de los más débiles, lo agita mucho. Le desagrada la injusticia, la detesta, y tampoco le gusta el principio de quedarse callado y permitir que esas injusticias ocurran. Cuando hay injusticia, cree que debe decir algo. Así es como ha vivido, y esto lo ha colocado en varias situaciones difíciles. Al mirar mi vida, veo que tal vez yo también soy un poco así porque lo recibí de él.
Él se ha hallado en varias situaciones interesantes. Cuando dejó un puesto de trabajo una vez, le regalaron una enorme cuchara que tenía escrito chef stirrer (chef revoltoso – no sólo por revolver comida en una olla, sino también por revolver o conmocionar o provocar a la gente). Mi padre disfrutaba de provocar a la gente. Ese es un atributo que le he pedido a Dios que modifique un poco en mi vida, pero existe. Si todos estaban sentados plácidamente, mi padre deseaba animar la conversación y comenzar con una discusión provocadora; le encantaba el debate y la discusión – no importaba el tema, siempre y cuando uno lo hiciera con vigor. Le gusta la acción, le gusta que ocurran cosas. Esa es otra característica de él.
Mi padre me hacía reír. Podía ser muy cómico, y aprendí de él a reírme. Me enseñaba a decir cosas, y podía transformar ciertas situaciones para que fuesen muy graciosas, lo cual me ha resultado muy útil en ciertas ocasiones. La vida puede tornarse bastante estresante, así que es bueno poder ver el lado cómico de las cosas para aflojar la tensión. Realmente aprecio eso.
Sin embargo lo que más he apreciado, probablemente – y esto me doy cuenta ahora – más que cualquier otra cosa de mi padre, es que jamás, ni una vez, vi que mi padre demostrara ningún nivel de infidelidad hacia mi madre. Eso es algo que atesoro. De niño yo pensaba que todas las familias eran como la mía, pero a medida que crecí pude ver que he recibido un privilegio especial. Mi padre tampoco dio, jamás, ninguna indicación de que hubiese alguna dificultad en su relación con mi madre. Me refiero a dificultades mayores. Por supuesto que tuvieron sus desacuerdos y discusiones, lamentablemente, como sucede con muchas parejas. Pero él nunca fue infiel, ni tampoco mostró alguna indicación de interés en una persona que estuviese involucrada en actividades inmorales, ni mostró deseos hacia la inmoralidad, y eso es algo que atesoro muchísimo como su hijo.
Pienso en todas estas bendiciones que he recibido mediante mi padre. Tal vez pensarán que al contar todo esto estoy diciendo que mi padre es perfecto. No lo es. Es un ser humano como todos los demás, con sus luchas. Pero a medida que adquiero más edad y pienso en el mandamiento de honrar a nuestros padres, siento que es un privilegio para mí, frente a esta audiencia, de honrar a mi padre terrenal y contarles cuánto lo aprecio y cuánta bendición ha sido en mi vida. Y creo que el hacer esto coincide con lo que dice el mandamiento. Pero hay otra razón por la cual hago esto: por la influencia que mi padre ha tenido sobre mi vida. Hay un versículo en la Biblia que habla directamente de este asunto: Proverbios 17:6. Quisiera tomar un tiempo para analizar este versículo, porque es muy significativo, especialmente a la luz del tema del flujo de bendiciones que provienen de nuestro Padre en el cielo. Dice:
Proverbios 17:6 Corona de los viejos son los nietos, y la honra de los hijos, sus padres.
La palabra clave es por supuesto honra, la cual en algunas versiones y en el inglés se traduce como gloria: la gloria de los hijos. Pero antes de analizar esto, fíjense que dice “corona de los viejos son los nietos”. No es el hijo de uno lo que revela si uno fue un buen padre al transmitir los principios a la siguiente generación. ¿Se transmitieron a la siguiente generación los principios que el padre y la madre le enseñaron a sus hijos? Esa es la corona de los viejos, cuando envejecemos. Podemos enseñar lo que creemos que es correcto, pero si eso no se transmite como un reino familiar, si no lo toma la siguiente generación, entonces nuestro reino familiar ha sido aniquilado y desaparecerá. El éxito de un reino familiar está en los hijos de los hijos.
Ahora pasemos a hablar acerca de la gloria. ¿Qué significa gloria en realidad? Veamos otro versículo. A menudo me refiero como este versículo, Jeremías 9:23, utiliza la palabra gloria. Luego lo relacionaremos con Proverbios 17:6.
Jeremías 9:23-24 Así dice el Señor: No se gloríe el sabio de su sabiduría, ni se gloríe el poderoso de su poder, ni el rico se gloríe de su riqueza; …
Y por supuesto, a medida que leemos esto, pensemos en lo que hemos estado diciendo en cuanto al poder inherente y la vida inherente. La sabiduría que poseemos no proviene de nosotros mismos, ni la mente que recibimos proviene de nuestro interior. Y Dios dice que no nos gloriemos en estas cosas, porque no provienen de nosotros, sino de él.
24 mas el que se gloríe, gloríese de esto: de que me entiende y me conoce, pues yo soy el Señor que hago misericordia, derecho y justicia en la tierra, porque en estas cosas me complazco, declara el Señor. (Biblia de las Américas)
En lo que debemos gloriarnos es en estar conectados con el Padre, demostrando bondad, amor, juicio y justicia en la tierra. ¿Cómo hace eso? Mediante el río; mediante su Espíritu.
Veamos el significado de gloria:
Gloria = belleza, esplendor, joyas, vanagloriar
Gloria = hallar valor
Entonces cuando vemos la palabra gloria aquí, podemos sustituirla por hallar valor. Gloria significa belleza o esplendor, joyas, vanagloriarse. O sino podemos usar esta palabra en un marco moderno: hallar valor. Si introducimos este término al leer los textos mencionados, tiene sentido: “No halle valor el sabio en su sabiduría” - que el hombre sabio no se sienta bien de sí mismo porque posee sabiduría – “no halle valor el poderoso en su poder o en su mente, ni el rico halle valor en su riqueza, mas el que halle valor, que halle valor de esto: de que me entiende y me conoce.” Este solo texto nos revela el reino de Dios. En estos versículos está la diferencia entre nuestro sistema de valores basados en logros, desempeño y bienes, y el sistema de valores en base a relaciones, basado en nuestro conexión con Dios. Dios quiere que hallemos nuestro valor al conocerlo.
Ahora conectemos esto con Proverbios 17:6: “el valor de los hijos es su padre”. Dios ha establecido un sistema mediante el cual su amor, cuidado y bendiciones a nosotros nos llegan específicamente mediante nuestro padre. Nuestro padre tiene un rol importante que cumplir en nuestras vidas, pero veremos que el enemigo busca específicamente quitar al padre del hogar para quitarles el valor a los hijos, porque el valor de los hijos es su padre. Quisiera que pensaran en las implicancias de este texto en particular.
Es llamativo que la palabra hebrea para padre es Ab, y que en el diccionario Strong, la primera palabra que aparece allí es padre. Es llamativo como Dios hizo que fuera así, ¿no? La primera palabra es padre, todo comienza con padre. Eso me parece muy significativo, ¿no? Incluso en el diccionario Strong, es la número 1. Yo sólo puedo sonreír y decir: “Es asombroso, Padre, cómo haces las cosas”. La palabra no está al final, ni está en el medio, sino que es la número 1. Estoy convencido que hay un mensaje aquí para nosotros, si lo vemos.
El punto que quisiera extraer de aquí es que si rompemos o disminuimos la conexión de un niño con su padre, romperemos o disminuiremos su valor. El valor de un niño está directamente conectado con el rol del padre. Esto es lo que nos dice la Biblia.
Ahora, en algunas traducciones de la Biblia (y trataremos este tema en más detalle más adelante) dice que la gloria de los hijos son sus padres, pero la palabra hebrea es Ab, lo cual significa “padre”. Y hay una razón específica por la cual la Biblia dice esto. Entonces si tu Biblia dice “la gloria de los hijos son sus padres”, tienes una versión pervertida de la Biblia. Eso no es lo que dice el original. Es muy importante comprender este asunto en forma correcta. Decidí mencionar esto porque tal vez alguien lo lea y diga: “Pero si no es eso lo que dice la Biblia”. Pero el hebreo dice padre, y existe una razón muy específica por la cual dice así.
Lucas 12:6-7 ¿No se venden cinco pajarillos por dos cuartos? Con todo, ni uno de ellos está olvidado delante de Dios. (7) Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. No temáis, pues; más valéis vosotros que muchos pajarillos.
En una de las presentaciones anteriores mencionamos el sistema de valor del cielo. Hablamos de los pensamientos de Dios hacia nosotros, y de Lucas 12:6-7 que habla de los pajarillos y de los cabellos de nuestra cabeza que están todos contados.
Salmo 40:5 Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; y tus pensamientos para con nosotros, no es posible contarlos ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, no pueden ser enumerados.
Los pensamientos de Dios hacia nosotros, según Salmo 40:5. Si pudieras memorizar estos dos versículos y recordar personalmente que Dios está pensando en ti todo el tiempo, esto evitaría muchísimos problemas. Los pensamientos de Dios hacia nosotros no tienen fin. Él siempre está pensando en nosotros y deseando bendecirnos.
Quisiera leerles algo acerca de cómo se refleja este deseo por un padre. Encontré esto en un sitio web que se llama imissmydad.com (extraño a mi papá). Es fuerte leerlo, pero revela algo del corazón humano: el deseo del corazón humano por un padre. Fuimos diseñados para desear un padre; así fuimos creados; la gloria de los hijos es su padre. Como demostraremos, dentro del contexto del canal de bendición, el padre terrenal es un canal y un representante de nuestro padre celestial para actuar de parte de él en esta tierra, porque en última instancia todos somos hijos de Dios, ¿no es así? Le pertenecemos sólo a él, pero Dios coloca en nuestra vida figuras de autoridad para bendecirnos, para que lo representen. Y un padre es una figura básica de esto.
Veamos lo que dice (el sitio web):
Noelle de Irlanda: “Querido Papi, hoy cumplo 30 y no estás aquí – ni un abrazo, ni un beso, ni un deseo de cumpleaños este año. No hay sonrisa, ni ceja alzada, ni un canto para mí. No puedo creer que ha pasado el tiempo, no puedo creer que te hayas ido. Te amo; siempre te amé; y siempre te amaré”.
Qué dulce que todavía lo llame “papi” aunque tenga 30 años; eso me parece muy lindo. Todavía está usando la palabra Abba. No se, pero cuando escucho algo así, me emociono un poco. ¿Por qué? ¿Por qué nos emocionamos? ¿Pueden sentir el anhelo del corazón por el padre? Está buscando al padre; podemos sentirlo. El Espíritu inmediatamente nos toca – me toca a mí, y veo que a muchos de ustedes también. Es algo muy poderoso. Y sin intenciones de sobre-enfatizar lo emocional, creo que necesitamos reconocer el poder de este tipo de declaraciones. Quisiera leerles algunas más:
Paul de Estados Unidos: “Papá, te extraño todos los días y deseo tanto que pudiésemos volver a hablar. El perderte me ha hecho cuestionar quién soy y adónde voy. ¿Podré ser el padre que fuiste tú? Fuiste el mejor, y ojalá hubieses vivido más tiempo para ver mis logros y compartir aquel gozo. Incluso un año más tarde me doy cuenta que deseo tomar el teléfono y llamarte. Te amo.”
“Papá…” Lo está razonando. Esto representa un hito en su vida. Recuerdo un momento distintivo en mi vida, cuando tenía ocho años, en el que tomé una decisión ejecutiva para mí mismo: ya no llamaría más a mi padre “Daddy,” (Papi) sino que ahora él sería “Dad,” (Papá). Tomé esa decisión a los ocho años. No es que los demás tuvieran que hacerlo, pero esa fue una decisión ejecutiva mía, y fui capaz de tomarla.
“Papá, te extraño todos los días y deseo tanto que pudiésemos volver a hablar. El perderte me ha hecho cuestionar quién soy y adónde voy.” ¿Pueden ver la conexión entre el sentido de identidad de un hijo y el estar conectado con su padre? “¿Quién soy?” ¿No era que este hombre sería conocido por sus logros, sus títulos, habilidades y su propia familia? Sin embargo el perder a su padre le hizo pensar acerca de quién era. Existe una conexión directa entre nuestro sentido de identidad y nuestro padre, y Dios lo ha establecido de esa manera. Porque la Biblia dice que la gloria de los hijos es su padre.
Luego continúa: “¿Podré ser el padre que fuiste tú? Fuiste el mejor, y ojalá hubieses vivido más tiempo para ver mis logros y compartir aquel gozo.” Aquí vemos que los logros no significan nada sin la aprobación del padre. “Si tan solo pudieras estar aquí para ver lo que estoy haciendo, papá, estoy haciendo esto, estoy haciendo lo otro, y en el espíritu del Padre celestial, dime que lo que estoy haciendo es bueno. Entonces valdrá la pena el haberlo hecho. Sino, no vale la pena hacerlo.” Si el padre no coloca su mano de bendición sobre ti, no vale la pena hacer nada, porque no hay satisfacción en ello, al menos tal vez por un momento breve.
“Incluso un año más tarde me doy cuenta que deseo tomar el teléfono y llamarte. Te amo.” Son palabras muy poderosas. Aquí hay otro:
Michael de Estados Unidos: “Papá, hoy en Thanksgiving hubo mucho silencio al no tenerte con nosotros. Sentí un vacío dentro mío y sé que todos los demás se sintieron igual.”
Aquel sentido de pérdida y desconexión debido a la falta del padre. Como dice la Biblia, ninguno de nosotros vive para sí (Romanos 14:7); todos estamos conectados. Estamos conectados en formas que ni siquiera comprendemos plenamente. Entre marido y mujer, por ejemplo, debido a que son una sola carne, si se separan por muerte u otros eventos trágicos tales como el divorcio, hay dolor en el ámbito emocional que ni siquiera puede describirse, debido a esa conexión.
Y debido a que todos estamos conectados a nuestro padre, cuando las familias se desmoronan, ¿pueden imaginarse el dolor del padre? Porque todo tiene su origen en él, él puede sentirlo.
Aquí está la última declaración. No deseo seguir torturándolos, pero es importante pasar por este proceso:
La princesa de papi: Hola Papi, ¡espero que estés orgulloso de mí! Estoy muy feliz y las cosas están saliendo bien en mi vida. El trabajo me es un poco abrumador, pero supongo que firmé el acuerdo para eso. Creo que estoy haciendo todas las cosas correctas y espero que apruebes. Te extraño. Te amo siempre, Princesa.
Ni siquiera puedo terminar de leerlo en voz alta. Se llama a sí misma la princesa de papi, y eso me emociona, supongo porque he visto a muchas jóvenes que no creen ya ser princesas, sienten que no valen nada, y deseo tanto que pudiesen sentirse como esta joven, y que pudieran sentirse mejor. Esto es lo que nos falta cuando no tenemos el amor del padre y estamos desconectados con él. Creo que es muy importante el señalar esto, porque es algo poderosísimo.
¿Por qué será que estos pocos versículos pueden ser tan poderosos? ¿Es esto parte de nuestro mensaje? ¿Es este un mensaje en relación con la familia que el mundo está oyendo de nosotros?
Los mensajes del sitio web que hemos leído hoy revelan el deseo del corazón humano que añora a su Padre celestial. El deseo por nuestro padre terrenal es en realidad el deseo por nuestro Padre celestial. De eso se trata todo aquel deseo: el desear a un Padre celestial, el ser amado, el saber que somos su hijo amado en quien tiene complacencia. Y se nos ha dicho esto a través de Jesús, como les dije en la presentación anterior. Se nos ha dicho esto, y tenemos esta promesa por medio de la Palabra de Dios.
El padre es símbolo de la relación vital entre nosotros y Dios, por lo tanto el rol del padre es muy clave dentro del reino familiar de Dios. Debido a eso, ¿no les parece obvio que entonces Satanás intentara atacar el rol del padre y esposo para transformarlo en otra cosa, para mantenerlo dentro del rol de un niño, de manera que cuando una mujer se casa con un hombre, termina casándose con un niño como Nimrod? Me refiero a un tirano, a alguien que se deja llevar por las emociones, que es inestable, y no asume sus responsabilidades ni el liderazgo del hogar. ¿No sería eso mejor para Satanás, el quitar la habilidad para que los niños se transformen en hombres, de manera que no sean ejemplos del Padre celestial? Es un plan simple, ¿no? Y es exactamente lo que está sucediendo.
Esto es lo que el Padre quiere decirnos, y lo diseñó originalmente para decírnoslo por medio de nuestro padre terrenal, pero también nos está dando esto en las Escrituras, para que podamos recibir este mensaje. Quisiera que recordemos lo siguiente: como niños, podemos leer las Escrituras, pero para adquirir comprensión es mucho más fácil que nos lean las Escrituras mientras estamos en brazos de una figura masculina fuerte y poderosa - el leer las Escrituras de manera que la Palabra del Padre pueda llegarnos. Porque como niños todavía estamos aprendiendo a comprender, a pensar en forma abstracta acerca de las cosas y a comprender los asuntos espirituales. No nacemos espirituales, ¿no? Nacemos carnales, entonces necesitamos que se nos enseñen estas cosas mediante un canal terrenal, desde la niñez. Si queremos llegar a comprender estas cosas por nuestra cuenta, entonces necesitamos pasar por un viaje muy doloroso, solos, y llegamos a la adultez, y finalmente hallamos estas cosas. Pero para ese entonces, tendremos cicatrices y habremos sido dañados por la vida, debido a todas las mentiras de la serpiente, y es muy difícil.
Esto es lo que Dios quiere decirnos:
Jeremías 1:4,5 Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: (5) Antes que te formaste en el vientre te conocí …
¿No es éste un bellísimo versículo? “Te conocí antes que te formara; soñé con el día en que vendrías”. Y pensemos en esto: cuando yo estaba en el vientre de mi madre, mi padre soñaba con el día de mi llegada. Nuestro Padre soñaba con el día en que cada uno de nosotros llegaríamos. ¿Será que somos tan valiosos para Dios? ¿Somos realmente tan importantes? Satanás nos diría: “No eres tan importante. Hay seis billones de personas en el planeta. Es un lugar tan grande, y el universo es tan enorme que nadie es importante”. Pero la Biblia lo dice, y repito: aquí es donde debemos aferrarnos a la palabra de Dios. La Biblia dice: “Antes que te formaste en el vientre te conocí”. ¡Eso es poderoso! Qué palabras bellas.
Jeremías 31:3 Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.
Este es uno de mis versículos favoritos; tal vez para ustedes también lo es. Esto es lo que el Padre nos está diciendo mediante su Hijo. Quisiera que observaran este versículo en particular: es importante en cuanto a cómo funciona el sistema del canal. Me refiero a 1 Corintios 11:3. Quisiera incluir este cuadro:
Vemos que la luz sale del Padre mediante su Hijo, y la cercanía de la relación entre ambos. Son muy cercanos el uno con el otro. Luego eso fluye en forma de vida y bendición hacia el hombre y su mujer, los cuales son una sola carne. Luego esa bendición fluye hacia la familia, y hacia otras personas.
La Biblia dice:
1 Corintios 11:3 Pero quiero que sepáis que Cristo es la cabeza de todo varón, y el varón es la cabeza de la mujer, y Dios la cabeza de Cristo.
¿Pueden ver la secuencia clara de la cabeza o liderazgo? Esto es muy importante comprender, debido a la manera en que hemos sido entrenados. Al leer estas palabras, ¿las leemos dentro del contexto del reino de Dios, o las leemos dentro del contexto del reino de Satanás?
Cuando pensamos en cabeza o liderazgo en el mundo, ¿qué nos viene típicamente a la mente? A mí me viene la imagen de un jefe. Pienso en un tirano. Pienso en Nimrod. ¿Será que la Biblia está diciendo que la esposa debe someterse a Nimrod, al tirano, y hacer cualquier cosa que él le diga? ¿Que ceda y acepte lo que venga? ¿Es eso lo que dice la Biblia? No, la Biblia no está diciendo eso. El liderazgo, cuando lo pensamos y cuando leemos en Génesis acerca del río que fluía, ¿en cuántas partes se dividía? Se dividía en cuatro partes llamadas las cuatro cabezas del río. En el reino de Dios, el liderazgo es el punto desde el cual fluyen las bendiciones. Cuando te paras bajo la ducha (bajo la cabeza de la ducha), para recibir la bendición de la misma debes pararte debajo de ella; necesitas someterte a la ducha para recibir la bendición. Lo mismo sucede en el reino de Dios: Pero quiero que sepáis que Cristo es el que bendice a todo varón, y el varón es el que bendice a la mujer, y Dios es el que bendice a Cristo. ¿Pueden verlo desde ese punto de vista? En el reino de Dios, este versículo es una declaración de bendición. En el reino de Satanás, es una declaración de dominio y control.
¿Cómo leemos el versículo? Jesús le preguntó al intérprete de la ley: “¿Cómo lees?” ¿Cómo leemos las Escrituras? ¿Las leemos dentro del contexto del reino de Dios, o las leemos dentro del contexto del reino de Satanás? ¿Las leemos correctamente?
Este es un versículo hermoso. Y a la luz de lo que estamos diciendo, anoche hubo un panel donde hablamos del largo del cabello. Este es el comienzo del capítulo; vayamos más allá del tema del largo del pelo y pensemos en qué está tratando de decirnos. Se trata del principio del manto protector. Cuando una mujer tiene cabello largo, esto es símbolo de que su esposo la cubre, que es su protector, que es quien la cuida. Cuando se corta el pelo, ella está diciendo: “No estoy protegida. Estoy descubierta”. Cuando Ruth fue a Booz, ¿qué fue lo que le dijo? “Extiende tu manto sobre mí. Cúbreme. Sé un manto protector para mí”. El cabello es símbolo del manto protector. Y cuando hablamos de Cristo y su cabello, ¿no es el Padre el manto protector de Cristo? Y hablamos del cabello que llega hasta los hombros. ¿No es ese un símbolo de su manto protector en referencia con el Padre? Pensemos en estas cosas. Aquí me desvié un poquito. Es algo en lo cual pensar. Como dice Pablo, no es un mandamiento. Es algo en lo cual pensar.
Ahora, veamos el paralelo (hablé un poco de esto anoche):
Efesios 3:9 Y aclarar a todos cuál es la comunión del misterio escondido desde el principio del mundo en Dios, que creó todas las cosas por Jesucristo. (Reina Valera Gómez 2010)[1]
¿Quién creó todas las cosas, por medio de quién? El Padre creó todas las cosas por medio de su Hijo. La vida pasa del Padre a través del Hijo, y luego todas las cosas son creadas. ¿Podemos ver el paralelo?
Génesis 4:1 Conoció Adán a su mujer Eva, la cual concibió y dio a luz a Caín, y dijo: Por voluntad de Jehová he adquirido varón.
Conoció Adán a su mujer… ¿Vemos el paralelo entre ambos, el marido y la mujer que reflejan la imagen del Padre y el Hijo?
Romanos 1:20 Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.
¿Cómo dice? Su eterno poder y deidad se hacen claramente visibles… de modo que no tienen excusa. Al leer el resto de Romanos desde el capítulo 1 versículo 20 en adelante, ¿qué es lo que describe Pablo? ¿Conocemos el resto de aquel capítulo? Nos conviene darle una mirada. Quisiera que observen lo siguiente, que es llamativo: en Romanos 1 está hablando de la deidad y que las cosas creadas reflejan a Dios. Habla de Dios, y luego dice lo siguiente en el versículo 21:
Romanos 1:21-23 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias [¿Por qué no le glorificaron como a Dios? Porque aceptaron la mentira de Nimrod de que uno posee vida en sí mismo, lo cual es una negación de que Dios es en realidad la fuente de toda vida.] sino que se envanecieron en sus razonamientos, [mediante la mentira de la serpiente] y su necio corazón fue entenebrecido. [Cerraron su voluntad, y entró la oscuridad. Si la luz del ojo se cierra, entonces el cuerpo entero está lleno de oscuridad. ¿No lo dijo Jesús?] (22) Profesando ser sabios, se hicieron necios, (23) y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
Podríamos detenernos bastante tiempo en aquel versículo. Ellos transformaron a la imagen de Dios en la mentira de la serpiente. Y luego veamos qué dice:
Romanos 1:24, 26 -27 Por lo tanto también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos. (26) Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas, pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra la naturaleza, (27) de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer…
Comienza en el versículo 20 hablando de la imagen de Dios, y luego habla de la perversión de la relación hombre-mujer. ¿Podemos ver la conexión? ¿Qué está tratando de decir Pablo aquí? Yo creo que está tratando de decir algo muy importante: que la perversión de la relación entre varón y mujer pervierte a la imagen de Dios, y que fuimos creados hombre y mujer. Dios nos creó para un propósito especial, para reflejar su imagen.
Génesis 1:26-27 Entonces dijo Dios: hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.
Dios tenía dominio sobre todo el universo, y Adán y Eva recibieron dominio sobre la tierra.
(27) Y creó Dios al hombre a su imagen, …
Ahora quisiera que notaran algo: no sé cuál es su comprensión del punto y coma. ¿Qué es el punto y coma? ¿Qué significa? Significa que lo que le sigue es una explicación adicional de lo que se acaba de decir; es la continuación de lo que recién se dijo. Y prestemos atención a lo que dice este versículo:
(27) Y creó Dios al hombre a su imagen, [¿qué viene después?] a imagen de Dios los creó; varón y hembra los creó.
A imagen de Dios los creó, punto y coma, explicación adicional: varón y hembra los creó. ¿Pueden verlo ahora con el punto y coma? Creó Dios al hombre a su imagen: creó a Adán, pero luego sale Eva de Adán en la imagen de Dios, y luego hay una explicación adicional, hay más en esta historia. Eva sale de Adán y esto es a imagen de Dios. El hombre y la mujer, a imagen del Padre y el Hijo. ¿Pueden verlo en el versículo? Cuando comprendemos esto, esta realidad acerca del Padre y el Hijo, entonces podemos comprender cómo deberíamos vivir como marido y mujer. ¿Puede haber alguna verdad más vital que ésta? ¿Comprenden lo que estoy diciendo?
El conocer a Dios es saber cómo mantener el canal de bendición, o el río de vida hacia nuestras familias. El no conocer a Dios, el tener una comprensión errada de Dios, es destruir la bendición de Dios a nuestras familias. ¿Comprenden el poder de esto? Realmente oro para que lo puedan ver. Este asunto en particular es importantísimo. Necesitamos comprenderlo. Y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado (Juan 17:3). La vida eterna es conocer a Dios, conocerlo correctamente, comprenderlo; y al comprenderlo, nuestras familias reflejarán esa comprensión. Si nuestras familias no reflejan aquella comprensión, entonces no importa lo que profesemos – todavía no conocemos a Dios. Si conocemos a Dios, la bendición comenzará a fluir hacia nuestros hogares, porque estaremos reflejando aquella imagen.
El siguiente punto que quiero tratar es el proceso vital de la sumisión o sujeción. Al hablar del concepto de sumisión, recordemos desde cuál reino estamos hablando. Si Dios es la única fuente de vida, entonces todas las demás criaturas bajo aquel canal necesitan comprender el principio de sumisión, sino no podrán vivir. Es necesario someterse a aquel río, someterse a la lluvia; es necesario someterse para recibir. Si uno no se somete, ¡se muere! No hay nada de complicado en ello. La sumisión, entonces, es un principio vital; el aprender a someterse a la autoridad es un principio vital.
Santiago 1:17 Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, [¿de quién?]del Padre…
Del Padre provienen las cosas. El Hijo: vemos que el Hijo se somete al Padre, y es aquí donde el rol del Hijo es tan pero tan vital. Existe una relación, una relación muy cercana, entre el Padre y el Hijo. Jesús dice: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Vemos en el Hijo – si todo este sistema de bendición ha de funcionar en forma correcta, necesitamos un ejemplo dentro del universo de cómo someternos, porque sin la sumisión no hay vida. Jesús en su sumisión al Padre es nuestro ejemplo en todas las cosas; nos muestra cómo conectarnos con el Padre, y ése es el camino y la verdad, y así es como recibimos vida.
Por eso Cristo es todo para nosotros. Han leído en todo el Nuevo Testamento: Pedro, Santiago, Romanos: muchos hablan de la sumisión, sumisión, sumisión, porque en el reino de Dios, la sumisión y la autoridad son clave. En el reino de Satanás, la independencia y la individualidad son la clave, son las características centrales; pero no en el reino de Dios. En el reino de Dios, la clave es aprender los principios de autoridad y sumisión para mantenernos dentro del canal. Habría mucho más para decir acerca de esto, y espero poder cubrirlo un poco más a medida que sigamos con este tema.
Estamos mostrando este proceso: el hombre aparece primero. ¿Qué dice en 1 Corintios? Que Cristo es la cabeza del hombre; el hombre debe someterse a Cristo; Cristo es su ejemplo. El hombre mira hacia Cristo, come la carne y bebe la sangre del Hijo de Dios, en forma figurada, como dice. Aprende de él, recibe de él de manera que pueda ser un esposo y padre eficaz para su esposa e hijos. De Cristo aprende a someterse y a liderar, porque Cristo también es un líder.
La Biblia se refiere a Cristo como el Padre eterno, ¿no es así? ¿Dentro de qué contexto hace esto? Cristo es nuestro Padre dentro del contexto de la sumisión: nos muestra cómo vivir y es nuestro ejemplo en todas las cosas. Es por eso que el Padre le ha dado un nombre sobre todo nombre, porque el Padre dice: “Si deseas saber cómo vivir, mira a mi Hijo y escúchalo. Él es quien te mostrará cómo conectarte conmigo”. El Padre habita en luz inaccesible (1 Timoteo 6:16), a la cual ningún hombre puede acercarse, pero el Hijo es Aquel que es exaltado, la llave al reino entero de Dios. Es por eso que tiene un nombre sobre todo nombre. Es el camino, la verdad y la vida, no sólo en esta tierra sino en todo el universo.
Proverbios 17:6 Corona de los ancianos son los hijos de los hijos, y la gloria de los hijos son sus padres. (Biblia de las Américas)
La mujer entra dentro de este canal de bendición. Ella entra y reconoce que mediante su esposo pueden fluir bendiciones hacia ella mediante este canal. Entraremos en este tema un poquito más adelante, porque enseguida surge la pregunta: ¿Será que todas mis bendiciones me llegan a través de mi esposo? Bueno, no, hay bendiciones que llegan a través del padre y la madre de uno, y hay bendiciones que vienen directamente mediante la palabra de Dios. Pero dentro del contexto de la comunidad de fe y cómo vivimos como familias (porque vivimos dentro de familias) existe la bendición más poderosa que puede llegarnos a través de este proceso de sumisión - y llega a través del padre.
La Biblia dice que ambos son una carne, y dice:
Efesios 5:24 Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.
Ahora, les recuerdo que al leer estos versículos, se pregunten: ¿lo estoy leyendo dentro del contexto del reino de Dios, o de Satanás? He oído muchas veces decir lo siguiente: “No me voy a sujetar. Él no es digno de que me someta a él, no es digno de mi respeto por la manera en que me trata”. ¿Escogeremos decir eso? ¿Es eso lo que enseña la Biblia? No. Es algo muy difícil de hacer, pero todos los que estamos dentro de este canal estamos dentro del proceso de sujeción.
Todos debemos aprender a sujetarnos. No hay nadie que pueda escapar este proceso, excepto ¿quién? El Padre celestial. Es el único que no se somete a nadie, y por supuesto, por eso es que habita en luz inaccesible. No se presenta a sí mismo como el ejemplo de cómo vivir, porque no es uno que se somete. Él es uno que bendice; es el ser central que bendice, y eso es lo que es tan maravilloso de nuestro Padre celestial: de él fluyen todo el amor y bendición, y nos puede dar todo eso, y no necesita que nadie lo abrace y le diga que lo que hizo está bien. Tiene todo eso dentro de sí mismo, y eso es algo hermoso. Estoy tan agradecido por el Padre, quien puede bendecirnos de esa manera y puede bendecir a su Hijo, y bendecir a los esposos y esposas. Eso es lo que es tan maravilloso de él – que todo este hermoso gozo, amor y paz sale del Padre y fluye hacia nosotros.
Juan 5:19-20 Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que va a hacer el Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. (20) Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que éstas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis.
“Porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente…” (Fluye a través del canal). Vemos el proceso de sujeción del Hijo. Él espera la palabra de su Padre. Confía en que su Padre puede liderar. Tiene confianza implícita en la habilidad del Padre para liderar. No dice: “Mira, Padre, realmente me parece que en este caso en particular estás equivocado. Me parece que en realidad deberíamos hacerlo de esta otra manera”. ¿Hace esto el Hijo en algún momento? Nunca. Jamás vemos, dentro de su proceso de sujeción, algún momento en el cual le ofrece contra argumentos al Padre ni critica sus decisiones. Jamás lo hace. Esa es una lección importante para nosotros, ¿no es así?
1 Pedro 3:1-6 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, (2) considerando vuestra conducta casta y respetuosa. (3)Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, (4) sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. [¡Eso es precioso! Significa algo de gran valor, ¿no?] (5) Porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos; [Y Pedro sigue diciendo:] (6) como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor; de la cual vosotras habéis venido a ser hijas, si hacéis el bien, sin temer ninguna amenaza.
Cuando pensamos en nuestra cultura moderna, si pensamos en el concepto de que una esposa sea obediente a su esposo, ¿nos suena a verdad? Hay algo en la manera en que fui criado, en mi cultura, que me dice que eso no es correcto. Las mujeres no deberían obedecer a sus maridos – son iguales a ellos. Eso es lo que mi inclinación natural me dice. Pero la Biblia dice otra cosa; habla de la obediencia al liderazgo del marido. Hay algo en mí que hace que este asunto me ponga nervioso, que me haga decir: “No estoy seguro en cuanto a esto”. Pero el texto sigue diciendo: “como Sara obedecía a Abraham, llamándole señor…” ¿Cuál es la palabra “señor” en griego? Es ??????? (kurios), lo cual significa “amo”.
¿Debería una esposa llamar a su marido amo o señor? Algunos de ustedes están sonriendo. Al respetar a sus maridos de esta manera, ¿qué están haciendo? Se están asegurando que harán lo mejor que puedan para que fluya la bendición. Están imitando la sumisión de Cristo a su Padre, y están haciendo lo mejor que pueden para asegurarse la bendición. Por supuesto que necesitamos hablar de lo que el marido debe hacer para fomentar el respeto de su esposa hacia él, para que le sea más fácil a ella respetarlo; hablaremos más acerca de esto. Muchos hombres hacen que esto sea muy difícil, y debido a la cultura en la que vivimos, muchos hombres ni siquiera están intentando ser hombres; todavía son niños dentro de cuerpos de hombres. Es dificilísimo para una mujer el sujetarse a un hombre que es un niño. A las damas les digo: no necesitan decirme nada; he aconsejado a suficientes personas como para saber lo difícil que es eso – “la paciencia de los santos”. No es fácil.
Sin embargo, ese hecho no niega la realidad; no significa que porque el esposo sea un niño, la esposa pueda ignorar estos textos, ¿no? Tenemos que luchar con el texto y decir: “Señor, en mi situación, ¿cómo hago para lidiar con este texto? ¿Es correcto que yo (la esposa) tome las riendas del liderazgo en el hogar para compensar la carencia en mi esposo?” Bueno, eso no es lo que dice la Biblia. Permítanme agregar lo siguiente, desde mi perspectiva: el saber que mi esposa está esforzándose lo más posible para confiar en mi liderazgo ha hecho que, a través de los años, me vuelva más y más sensible a la necesidad de ir a Dios para asegurarme que mis decisiones no la afecten a ella en forma negativa. ¿Comprenden lo que digo? Ella confía en mí, y si me equivoco, se lo haré difícil a ella. ¿Lo ven? No deseo hacerle eso. No quiero hacerle eso a mi esposa, porque somos una sola carne. Si la lastimo, me lastimo a mí mismo, me causo dolor. Y uno podría decirlo en forma egoísta: “no me quiero causar dolor.” Pero no deseo causarle dolor a mi esposa tampoco, entonces clamaré y diré: “¿Es esto lo correcto, Señor? ¿Es esto lo mejor para mi esposa? Al hacer esto, ¿la estoy bendiciendo o lastimando? Dímelo. Dame sabiduría y comprensión en cuanto a este asunto. Deseo hacer lo correcto”. Estoy convencido que el hombre cuya esposa se sujeta a él se vuelve un hombre de más oración, si es que está abierto al Espíritu de Dios, de manera que pueda tomar las decisiones correctas. Mi esposa es la que me da confianza para actuar dentro del rol de líder. En muchos aspectos, la sumisión de la mujer a su esposo es lo que lo libera hacia la hombría. ¿Comprenden lo que les digo?
Una mujer que es madre puede, en muchas instancias, impedir que su esposo actúe como marido. Debido a que él todavía es (como) un niño ella en realidad, sin darse cuenta, puede mantenerlo en ese estado al comportarse como si fuese su madre, al decirle qué hacer, y al guiarlo. Entonces en muchos casos el marido permite que la mujer lidere el hogar. Pero un hogar así jamás podrá prosperar porque no está de acuerdo con el orden de Dios. Esa no es la manera en que Dios diseñó las cosas, y causará dolor, y el hombre jamás llegará a ser hombre y permanecerá un niño.
Vemos, particularmente en la cultura australiana, que el típico hombre australiano es alguien que bebe mucho alcohol, hace deportes, y es una especie de rufián y pierde el tiempo con tonterías mientras su mujer cuida de la familia, paga las cuentas y se encarga de todo. ¿No es esta una descripción típica del hombre australiano? Esta es una ecuación Nimrod/Semíramis, en la cual la madre está cuidando al hijo, y eso es fantástico para el hijo: no tiene responsabilidades, puede hacer lo que desea, mientras que su esposa tiene que encargarse de sus enchastres, y a él ni le importa. Y luego, diez años más tarde, él se halla divorciado y ella lo ha dejado por alguien que le demuestra amor y aprecio. Satanás lo ha sembrado todo, porque no puedes vivir año tras año sin aprecio. El corazón se siente tan deprimido y abatido que la mujer se vuelve vulnerable a las tentaciones de Satanás de encontrar amor en otro lado. Y vemos que esto sucede por todos lados, y tal vez digamos: “Oh, sí, fue terrible lo que ella hizo, eso de dejarlo y hacer esas cosas”, pero todos añoramos recibir amor. Necesitamos ser amados, y llegamos a estar expuestos a tentaciones que no nos sobrevendrían si se siguiera el orden de Dios. Sigamos.
El rol del esposo y padre (veremos esto brevemente) es de liderar o guiar. No leeré todos los versículos; ustedes pueden leer esto cuando vean el video[1] más tarde: 1 Timoteo 3:1-4 habla de gobernar a sus hijos.
1 Timoteo 3:1-4 Palabra fiel: si alguno anhela obispado, buena obra desea. (2) Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sabio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; (3) no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro; (4) que gobierne su casa, que tenga a sus hijos en sujeción con toda honestidad.
En Génesis 18:19 Dios dice:
Génesis 18:19 Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.
Este versículo es muy poderoso. Dios le prometió una bendición a Abraham, pero según Génesis 18:19, esa bendición era condicional y dependía de que la familia de Abraham se estructurara correctamente, que Abraham fuese el que la mandaría, lo que significa que la guiaría con mano firme y segura – guiaría a su familia después de sí, para que mantuvieran los caminos del Señor.
Hago un pequeño desvío del tema: si leemos 1 Timoteo 3:1-4, vemos que uno de los requisitos del anciano de iglesia se basa en este texto: debe gobernar su casa. Por lo tanto en el orden de Dios, si la comprensión de Dios es correcta, si el Padre es la cabeza y el marido representa ese rol particular, ¿qué sucede cuando venimos a la iglesia y le pedimos a una mujer que sea anciana? ¿Qué estamos diciendo? Le estamos diciendo que debe gobernar su casa, y si decimos que la mujer debe gobernar el hogar, ¿qué le hicimos al canal de bendición? ¡Lo acabamos de cortar! ¡Lo destruimos!
Temo por las mujeres que están siendo ubicadas en la posición de ancianas. Han cortado la bendición a su hogar, porque han sido colocadas en una posición de liderazgo que, según las Escrituras, nunca se les pidió que ocuparan. Y muchas lo hacen sin saberlo – y posiblemente hay veces en las cuales Dios le hace la vista gorda a esta ignorancia, pero esto no previene que sobrevenga la maldición de todas maneras, ¿no? Las familias son destrozadas y divididas debido a estos asuntos.
El rol del esposo [también] es el de bendecir. Génesis 12 habla de la bendición. Leemos de los patriarcas y cómo llamaban a sus hijos y los bendecían. Génesis 49 describe la bendición de Jacob a sus hijos. Dice al final que él bendijo a sus hijos. Y quisiera que pensaran en este concepto: es un acto en el cual cada vez que un niño nace en este mundo, el esposo tiene la semilla, le entrega esa semilla a su esposa, y ella cultiva y cuida esa semilla hasta producir un niño. Aquel proceso no termina cuando el niño nace. Las palabras de un padre son como semillas, y se las pronuncia a sus hijos, y las coloca en el suelo de la mente de ellos, y luego la madre toma esa semilla y la cultiva y la cuida, y el niño crece en estatura y sabiduría, en la gracia para con Dios y los hombres.
Así fue diseñado; el varón continúa entregando la semilla. En Proverbios dice que la muerte y la vida están en poder de la lengua (18:21). La vida proviene de la lengua; la semilla proviene de la lengua. Quiero decir, aquí a la palabra de Dios se le llama la semilla, ¿no? Y si lo analizamos, vemos que cuando estamos llenos del Espíritu de Cristo, y llenos del deseo de bendecir a nuestros hijos, ¿de quién son las palabras que salen de nuestra boca? Del Padre. Salen de nuestra boca al bendecir, y es la semilla que entra al corazón de nuestros hijos. Cuando un niño tiene la seguridad del amor de su padre, la obra de la madre se ve mucho más facilitada – la de cuidar y criar al niño y enseñarle a temer al Señor. ¿Comprenden lo que digo?
Este es un principio importantísimo para pensar a medida que el esposo y la esposa trabajen juntos para entregar la semilla con la idea de bendecir. Y esto es lo que quisiera que hagamos esta tarde en nuestra ceremonia de bendición: que coloquemos una palabra de bendición sobre una persona joven, y le digamos: “Eres especial, eres importante”. Esta semilla se alojará dentro de la mente de los jóvenes, de manera que cuando Satanás se acerque y les dice: “No eres especial, no tienes valor”, la semilla que está allí les diga: “No es verdad; soy especial”. Por lo menos los jóvenes tendrán la oportunidad de luchar contra Satanás: “No es verdad, se me ha dicho que soy especial, y lo recuerdo. Tengo recuerdos; hasta tengo fotos que demuestran que hay gente que cree que soy especial. Así que Satanás, no – no quiero tus drogas, no quiero tus inmoralidades, ni tus películas y juegos. ¡No quiero nada de eso! Quiero a Jesús, porque sé que soy especial”. Así es como fue diseñado que sean las cosas.
Otro rol del padre y esposo es el de proveer. En 1 Timoteo dice que si un hombre no provee para los suyos, es peor que un incrédulo (5:8). Y lo más importante que un hombre necesita proveer es el alimento espiritual, el bendecir – el bendecir a su hogar.
Por último, un rol del padre y esposo es la protección. He aprendido en mi experiencia que, debido al concepto del canal, yo soy el esposo del hogar, yo soy la franja protectora[2], soy el protector de mi hogar. Entonces cuando me involucro en actividades que son contrarias a la palabra de Dios, le abro la puerta a Satanás para que entre y ataque a mi familia. Ahora pensemos en lo siguiente: cuando estoy metido en una pequeña concesión con el diablo – sólo un pecadito, un asunto pequeño – entonces he abierto la puerta, porque estoy en un espíritu de rebelión contra Dios, ¿no? Aquel espíritu entonces influye sobre mi hijo, ¿no es así? Entonces de repente mi hijo comienza a rebelarse contra mí.
Luego se me acerca Satanás y me dice: “Tu hijo está desobedeciendo tu autoridad; ubícalo nuevamente en su lugar”. Entonces trato a mi hijo con dureza porque estoy desconectado del canal de bendición. No estoy actuando como lo haría Cristo, sino como un tirano. Estoy actuando como lo haría Satanás, al caerle encima con dureza a mi hijo y “darle con un caño”. Pero, ¿de quién es la culpa? Es mía, no de mi hijo. Hablamos tanto de los niños que se portan mal, pero ¿de dónde viene la maldad? Si estamos dentro del concepto del canal de bendición, ¿de dónde creemos que proviene esa maldad? Esta es la insensatez de la mentira de Satanás: miramos a nuestros hijos y a menudo decimos cuán mal se portan y cuán terribles son, pero ese es un concepto que proviene de la fuente de vida inherente. ¡Esa maldad proviene de nosotros y de la comunidad en la cual vivimos! No culpemos a nuestros hijos de esto; coloquemos la responsabilidad donde corresponde: ¡sobre nosotros, no sobre nuestros hijos!
Por supuesto que no podemos siempre asegurarnos de que nuestros hijos serán rectos y nos seguirán. Y sí, llega un momento más adelante en la vida en el cual pueden tomar decisiones en contra nuestra y salirse del canal, pero particularmente en los primeros años, en los años de la infancia, cuando están más abiertos a nosotros y poseen menos comprensión de su propia libertad de elección, tenemos la oportunidad de sentar las bases para asegurarnos de que mantendremos nuestra amistad con ellos durante el resto de sus vidas, y para protegerlos.
El mismo principio se aplica cuando el esposo dice: “Creo que deberíamos hacer esto”, y su esposa contesta: “No, creo que deberíamos hacer lo otro”. La esposa le da el ejemplo a sus hijos, los cuales llegan a pensar: “Ah, así es como se trata a nuestro padre”. Entonces cuando la madre le dice al hijo: “¿Puedes hacer esto por mí?” el hijo responde: “No”. La madre entonces se pregunta: “¿De dónde aprendió a contestar así?” De la madre.
Otro ejemplo es cuando el padre le dice que no a las autoridades establecidas en la comunidad, o le dice que no a Dios mismo; si luego el hijo se comporta en forma desobediente, empieza a disciplinarlo. Pero ¿de dónde aprendió eso el hijo? Lo aprendió en el canal de bendición. Hablamos tanto acerca de las cosas que hacemos para mantener fieles a nuestros hijos, pero la