El Modelo Divino - 15 - Un hombre conforme al corazón de Dios

Publicado Oct 31, 2012 por Adrian Ebens En El Modelo divino

15. Un hombre conforme al corazón de Dios

Las vidas de Ana y Abigail se levantan como faros de luz para aquellos que luchan bajo el peso de un liderazgo corrupto. El espíritu de Cristo en Ana preparó el camino para que un poderoso profeta reformara a la nación de Israel. La belleza fragante de Abigail estabilizó el trono del futuro monarca mediante su sabio consejo dado en un tono humilde y sumiso. Ambas mujeres atrajeron hacia sí una bendición mediante un canal corrupto para que las bendijeran no sólo a ellas, sino a la comunidad entera.

En la vida de David encontramos más lecciones claves de como el pueblo de Dios debería responder a un liderazgo fracasado o corrupto. El caso de David clama con una advertencia para todos los que se sienten llamados a la obra de Dios.

1 Sam 16:13 Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel, y se volvió a Ramá.

David fue ungido como rey por la autoridad más alta en Israel. Dios había rechazado a Saúl y David lo iba a remplazar. Lo más interesante es que David no hace ningún movimiento para asegurarse (por sí mismo) de algo que Dios le había prometido.

El gran honor conferido a David no le ensoberbeció. A pesar del elevado cargo que había de desempeñar, siguió tranquilamente en su ocupación, contento de esperar el desarrollo de los planes del Señor a su tiempo y manera. Tan humilde y modesto como antes de su ungimiento, el pastorcillo regresó a las colinas, para vigilar y cuidar sus rebaños tan cariñosamente como antes. Patriarcas y profetas, p. 641

Vemos que el Señor abre el camino para que David entienda cómo se trabaja en la corte del Rey, trayéndole a tocar ante Saúl para refrescar el alma del monarca. (1 Sam. 16:20-23). Después que David fue elevado a prominencia dentro del reino, el temperamental Saúl lo vio como una amenaza peligrosa.

Es en este punto donde vemos destellos de luz en el carácter de David. Para ese entonces David ya estaba casado con una de las hijas del rey. Él sabía que el hijo del rey, Jonatán, le amaba, y que muchos en la comunidad le cantaban alabanzas. ¿No hubiese sido este un buen momento para afirmar su liderazgo? ¿Acaso no había sido ungido como futuro rey? ¿No podría enlistar a Samuel en su causa, pararse en la capital de la nación y proclamarse a sí mismo rey? ¿Por qué tenía que huir del rey cuando tenía a la mano el poder para convertir el pueblo a su causa? Hagamos un resumen de la situación de David:

 1.Había sido ungido para ser rey por la autoridad espiritual más alta, y el ex-juez de Israel.

 2.Era un héroe nacional después de haber vencido a Goliat.

 3.Estaba casado con una hija del rey.

 4.Era amado por aquel que seguía en la línea de sucesión al trono.

 5.Era un experto general que ahora dirigía a una banda letal de guerreros, que acababan de destruir decenas de filisteos.

¿Por qué debía David correr de Saúl? Le había dado muerte a Goliat por sí solo. ¿No sería que Dios entregaría a Saúl en sus manos para que tomara el trono? ¿Cuáles son los sucesos que encontramos en las Escrituras?

1 Sam 24:2 Y tomando Saúl tres mil hombres escogidos de todo Israel, fue en busca de David y de sus hombres, por las cumbres de los peñascos de las cabras monteses. (3) Y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entró Saúl en ella para cubrir sus pies; y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva. (4) Entonces los hombres de David le dijeron: He aquí el día de que te dijo Jehová: He aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere. Y se levantó David, y calladamente cortó la orilla del manto de Saúl.

Si usted estuviera en esa cueva, y entreviendo en la oscuridad al mismo hombre que lo quiere ver muerto durmiendo profundamente después de entrar a la misma cueva dónde usted se está escondiendo, con seguridad que vería esto como algo providencial. Sin duda razonaría que ya que es el ungido de Jehová y futuro monarca, debe detener el sufrimiento de Israel y pasar por la puerta que Dios obviamente ha abierto.

1 Sam 24:6 Y dijo a sus hombres: Jehová me guarde de hacer tal cosa contra mi señor, el ungido de Jehová, que yo extienda mi mano contra él; porque es el ungido de Jehová. (70) Así reprimió David a sus hombres con palabras, y no les permitió que se levantasen contra Saúl. Y Saúl, saliendo de la cueva, siguió su camino.

¿Cómo? ¡Éste hombre loco poseído por el demonio que está gastando preciosos recursos tratando de matar al mismo hombre a quien Dios ha llamado a ser rey! ¿Cómo le llama David a éste hombre? “¡El ungido de Jehová!”

Si usted fuera uno de los hombres de David, no trataría de razonar con él? Tal vez es joven y sin experiencia. ¡Tal vez no está discerniendo la voluntad de Dios y necesita un poco de ayuda al estilo de Judas, para hacerlo que se apodere del trono que la providencia sin duda está proporcionando!

Esta historia no es solamente sorprendente por el hecho que David dice lo que dice, sino también porque los hombres que estaban con él no le respondieron ni una palabra, sino que aceptaron su consejo.

Oh Padre celestial, cómo necesitamos de hombres que estén llenos de este espíritu ahora. Por favor envía éste Espíritu para que nos ayude a ver la forma correcta de dirigirnos a un liderazgo fracasado. Te pido esto en nombre de tu Hijo Jesús. 

En caso tal que no hayamos visto este punto, David nos conduce de nuevo a través de toda la rutina, por si acaso, en 1 Samuel 26. Le invito a leer el capítulo detenidamente. Aquí aparece nuevamente el principio:

1 Sam 26:9-11 Y David respondió a Abisai: No le mates; porque ¿quién extenderá su mano contra el ungido de Jehová, y será inocente? (10) Dijo además David: Vive Jehová, que si Jehová no lo hiriere, o su día llegue para que muera, o descendiendo en batalla perezca, (11) guárdeme Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová. Pero toma ahora la lanza que está a su cabecera, y la vasija de agua, y vámonos.

Estas palabras suenan en mis oídos como truenos que retumban del Sinaí.

¿Quién extenderá su mano contra el ungido de Jehová, y será inocente? 

Amigos, ¿acaso no fueron estas historias escritas para nuestra amonestación? ¿No podemos discernir en esto una lección de cómo debemos responderle a un liderazgo fracasado? Si un hombre como David actuó de esta manera hacia un pobre hombre engañado, débil, temperamental, y poseído como Saúl, ¿Cuál es nuestra excusa?

Por si acaso nos perdemos algo del profundo significado de 1 Samuel 24 y 26, observemos la bendición enviada por Saúl a David:

1 Sam 24:17-20 y dijo a David: Más justo eres tú que yo, que me has pagado con bien, habiéndote yo pagado con mal. (18) Tú has mostrado hoy que has hecho conmigo bien; pues no me has dado muerte, habiéndome entregado Jehová en tu mano. (19) Porque ¿quién hallará a su enemigo, y lo dejará ir sano y salvo? Jehová te pague con bien por lo que en este día has hecho conmigo. (20) Y ahora, yo entiendo que tú has de reinar, y que el reino de Israel ha de ser en tu mano firme y estable.

Mediante las palabras de un rey apóstata llega la declaración de realeza a David; de la boca de alguien perverso sale una bendición para David y para Israel. Como Balaam, Saúl deseaba maldecir a Israel destruyendo a David, pero en las manos del Todopoderoso, no podía sino bendecirlo. ¡Aleluya, alabado sea nuestro Padre!

Lc 18:27 Él les dijo: Lo que es imposible para los hombres, es posible para Dios.

Pero nuestro Padre no saca agua una sola vez de este pozo pervertido, él se inclina de nuevo para mostrarnos que no ha de ser burlado y que su voluntad soberana no puede ser revocada por ningún hombre.

1 Sam 26:25 Y Saúl dijo a David: Bendito eres tú, hijo mío David; sin duda emprenderás tú cosas grandes, y prevalecerás. Entonces David se fue por su camino, y Saúl se volvió a su lugar.

Todas estas cosas que Saúl pronunció sobre David ocurrieron. David prevaleció e hizo grandes cosas, y fue hecho rey de Israel de acuerdo a la palabra del rey Saúl.

Cuán agradecido estoy por estos ejemplos bíblicos de cómo lidiar con un liderazgo fracasado. Los hijos de Belial daran todo tipo de razones por las cuales esto no se aplica a nosotros, pero estoy convencido que estas historias fueron escritas específicamente para nosotros en estos días. No pongamos nuestras manos ni digamos nada contra el ungido de Jehová. En vez de eso, esperemos que Dios restaure el camino del justo.