El Misterio del Dios Triuno – Lección del cuarto trimestre del 2012
Publicado Oct 12, 2012 por Adrian Ebens En Articulos Generales
La lección de escuela sabática del martes (9 de octubre) de esta semana se trata del tema del Dios triuno. Comienza refiriéndose a varios pasajes que nos son familiares:
Génesis 1:26 Entonces dijo Dios: hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza.
Se requiere hacer un esfuerzo grande para evadir la simplicidad de este versículo, si se lo lee tal cual está escrito. La clara evidencia bíblica de que lo que se creó a imagen de Dios fueron dos seres, donde uno salió del otro, parece ser lo suficientemente obvia para el lector sincero. Sin embargo, por si todavía se tienen dudas en cuanto a la simplicidad de esto, consideremos los siguientes pensamientos de Elena de White:
“Luego que la tierra fuera creada, y las criaturas en ella, el Padre y el Hijo llevaron a cabo su propósito, el cual había sido diseñado antes de la caída de Satanás, de hacer al hombre a su propia imagen. Habían trabajado juntos en la creación de la tierra y de cada cosa viviente en ella. I ahora Dios le dice a su Hijo: ‘Hagamos al hombre a nuestra imagen.’” 1 Spiritual Gifts [Dones Espirituales] página 24.
“Dios, en consejo con su Hijo, formó el plan de crear al hombre a la misma imagen de ellos.” Review and Herald, 24 de febrero, 1874.
El siguiente versículo que se menciona de pasada es Juan 17:3, en el cual Jesús dice claramente que el Padre es el único Dios verdadero. El trinitario responde horrorizado, “¿Me estás diciendo con esto que Jesús no es Dios?” A lo cual respondo: estoy diciendo exactamente lo que dijo Jesús. El Padre es el único Dios verdadero en que es el origen de todas las cosas. Jesús heredó todas las cosas, y por lo tanto es nuestro Dios por su herencia, como está dicho claramente en Juan 5:26 y Hebreos 1:1-4.
Luego se nos introduce a los versículos que hablan de la unidad de Dios en Deuteronomio 6:4 y Marcos 12:29. Marcos 12:30-34 explica claramente de qué se trata Deuteronomio 6:4:
Marcos 12:32-34 Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; 33 y el amarle con todo el corazón, con todo el entendimiento, con toda el alma, y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, es más que todos los holocaustos y sacrificios. 34 Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dijo: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle.
Si la trinidad fuese verdad, sería un engaño que Jesús le dijera al escriba que no estaba lejos del reino (lo que entiendo que estaba yendo por el camino correcto) cuando este escriba utiliza el pronombre singular “él” para referirse al único Dios. Como judío, sabemos que el escriba se refería a un único ser cuando hablaba de Dios. ¿Cómo podía ser que no estaba lejos del reino si estaba presentando una visión completamente falsa de Dios?
Lo que más preocupa es que se está anulando la lectura simple de la Escritura acerca de la unidad de Dios, al utilizar un término llamado “el ser interno de Dios”[1]. Les sugiero que busquen la frase “ser interno de Dios” [“inner being of God”] en la Internet y vean de dónde proviene este término. Mediante el uso de este término ser interno de Dios nos estamos introduciendo al Dios Único que tiene una naturaleza tri-partita. ¿Dónde aparecen estos términos en la Escritura? Luego, para confirmar estas tristes declaraciones, la lección busca advertir en contra de hacer justamente lo que se acaba de hacer al utilizar estos términos:
“El aspecto triuno de Dios es un misterio, entre muchos, con el cual tendremos que aprender a vivir. La información que la Biblia nos da acerca de Dios, incluyendo su naturaleza tri-partita, no nos es provista para que nos dediquemos a filosofar en forma especulativa…” (Lección de Escuela Sabática, Martes 9 de octubre)
La misma frase “su naturaleza tri-partita” es filosofía especulativa; no se encuentra en la Escritura y no puede defenderse con la Biblia. Por favor veamos que este proceso de razonamiento requiere retorcerse bastante. Prestemos atención al término su naturaleza tri-partita. El pronombre singular “su” [“his” en inglés][2] se acopla al término naturaleza tri-partita, el cual podríamos comprender que significa las tres personas “internas” de la supuesta entidad única “externa” llamada Dios.
El utilizar el término “su” [“his”] como una referencia colectiva del Padre, Hijo y Espíritu produce el simple efecto de borrar la clara distinción que hay entre ellos, y esto es exactamente lo que nuestros pioneros advirtieron que no debía hacerse. Cuando nos referimos al Padre, Hijo y Espíritu como “su” [“his”], nuestras mentes entran en tal confusión que o rechazamos esta idea, o rechazamos la lectura simple de la Escritura; no se puede tener ambas cosas.
Que nuestro Padre ayude al pueblo adventista a decidir formar sus doctrinas únicamente sobre la Palabra de Dios.