El esbozo fuenterino
Publicado Dic 18, 2011 por Adrian Ebens En El Padre y el Hijo
Este artículo proporciona una visión abarcante de mi punto de vista del Dios de la Biblia y su impacto en las relaciones humanas en el conflicto de los siglos. Los enlaces insertados se unen a los artículos y presentaciones claves que explican el área resaltada con mucho mas detalle.
1.Dios el Padre es la fuente de toda vida y bendición. Es su vida la que fluye a nosotros, hace que nuestros corazones latan, provee nuestro sustento e inspira nuestros pensamientos. Su bendición es el sentido de aceptación y satisfacción con nosotros. La bendición es más poderosamente demostrada durante el bautismo de Jesús. Sal 36:9, Jer 2:13, Apoc 22:1, 2; Hech 17:28, Mt 3:17.2. Jesús es el Hijo divino de Dios, que procedió del Padre y es el recipiente divino de la bendición del Padre. En el corazón de Cristo está el pleno sentido del placer y la aceptación del Padre. Al igual que Cristo ha heredado todas las cosas, su corazón está también completamente sometido al Padre en amor, confianza y obediencia. Miq. 5:2, Prov 8:22-24; Jn 5:26; 8:42; Sal 40:8; Heb 1:2-4; Jn 5:19, 30.
3. La relación de supremacía/sumisión de Padre e Hijo forma una estructura de autoridad dual que permite que la bendición del Padre fluya a través de su Hijo al universo y vuelva en amor y alabanza a la gran Fuente de todo. La identidad de Padre e Hijo deberían ser correctamente entendidas para que esta estructura de autoridad y bendición fluya apropiadamente. 1 Cor 8:6, 1 Cor 11:3; Deseado de todas las gentes, p. 21.4. La relación entre Padre e Hijo define para nosotros nuestro entendimiento de autoridad, igualdad y valía. Cristo es la llave para cada una de esas definiciones. Su sumisión al Padre establece la absoluta autoridad del Padre. Por lo tanto el gobierno descansa sobre sus hombros. La elevación del Hijo basada en el mandato del Padre, y en la herencia concedida, coloca el sistema de valía que subyace la igualdad firmemente en la relación y no en el poder. Jn 10:29,30; Isaías 9:6; Prov 17:6; Jer 9:23,24.
5. Es la mente de Cristo conteniendo el sentido del placer del Padre y aceptación, combinada con su amante sumisión, confianza y obediencia, que fluye al universo a través del Espíritu de Dios en las mentes y los corazones de la creación inteligente de Dios. Nuestro sentido de valor y aceptación viene a través de este canal. Nuestro sentido de sumisión, amor y confianza también viene a nosotros a través de ese canal. Es el Espíritu de Cristo que clama en nuestros corazones, Abba Padre. Es el Espíritu de Cristo en nosotros que cede en obediencia implícita al Padre. En Cristo vivimos, nos movemos y existimos. 1 Cor 2:16; Gál 4:6,7; Rom 8:9,10; Jn 14:16-18; Jn 15:26.6. Esta supremacía/sumisión estructura de autoridad fue reproducida en la creación de Adán y Eva. Su creación fue una expresión única de la relación entre Padre e Hijo que daría respuestas sobre el funcionamiento de la estructura de bendición Padre/Hijo. Gen 1:26; Rom 1:19,20; 1 Cor 11:10.
7. La protección de este canal de bendición toma lugar a través de la ley tal como se expresa en los 10 mandamientos. Esta ley protege la identidad de Dios y el hombre para que estas bendiciones continúen fluyendo. Sal 1:1-3; Sal 111:7,8; Rom 7:12; Sal 119:97.8. Es la mentira de la serpiente en el Edén de “ciertamente no morirán” que choca contra el mismo corazón de la estructura de bendición de Dios. La aceptación de esta mentira cambió en la mente del hombre el sentido de su propia identidad y la identidad de Dios. Rompió el canal de bendición debido al sentido de independencia que cuya mentira crea, destruyó la verdadera identidad de Cristo en la mente del hombre y el sistema relacional de autoridad dual fue consolidado en sistema de poder singular. Gen 3:1-5; Gen 3:9; Is 59:2; Gen 4:12; Gen 6:4.
9. Satanás perfeccionó su sistema basado en el poder a través de la relación familiar de Nimrod, Semiramis y Tamuz. La identidad de tres individuos se confundió y se mistificó a través del espiritualismo y la creencia de la inmortalidad del alma. Este reino es simbolizado mediante la primera ciudad construida por Nimrod llamada Babilonia. Este sistema de adoración está directamente opuesto a la estructura de bendición familiar de Padre e Hijo y a la imagen familiar del esposo y de la esposa, y busca destruirlos eliminando la supremacía/sumisión de la estructura familiar. Gen 10:8-10; Gen 11:4; Jer 50:33,34; Is 1-3; Rom 1:16-32.10. Dios llamó a Abraham fuera de Babilonia y a través de él restableció el canal de bendición de la estructura de autoridad de supremacía/sumisión. Es a través del pacto con Abraham que todas las familias de la tierra serían bendecidas. La seguridad de este pacto descansa en la familia y su correcta estructura para asegurarse del sentido del placer y la aceptación del Padre. Entonces la amorosa confianza y obediencia del Hijo puede fluir a través de este canal de la familia humana. El proceso de Abraham de salir de Babilonia es el modelo de la salida de la iglesia de la Babilonia espiritual. Central a esta salida fue el sacrificio del cordero, el cual fue desarrollado mas tarde bajo el liderazgo de Moisés en el sistema del santuario. Este sistema es el fundamento y el pillar central del proceso de recuperación de la mentira de la serpiente. Gen 12:1-3; Gen 18:18,19; Gen 49:28, Exo 4:15, Ex 17:8-13. Rom 4, Exo 25:8; Dan 7:9.
11. La iglesia es una extensión de la unidad familiar y opera bajo la misma autoridad dual. La responsabilidad de los ancianos es cuidar a los huérfanos y a las viudas, y proporcionar un muro de protección a la familia de Dios. El papel de los ancianos reside en el hombre y su autoridad descansa sobre la confiada sumisión de la iglesia. A nivel superior, el anciano está sujeto a la palabra de Dios que es la palabra de los profetas que hablan en nombre de Dios. Si un anciano se rebela en contra de la palabra de Dios, la iglesia apela y le suplica al líder como a un padre. Los miembros no reprenden ni socavan al anciano o al líder sino que le demuestran estimación y gran afecto, y oran para que Dios continue derramando sus bendiciones por medio de ellos. 1 Tim 3:1-5; San 1:27; 2 Tim 3:16; 1 Tim 5:1,2; 1 Tes 5:12,13.12. Al igual que el Israel de antaño se acercó a la frontera de la tierra prometida y se rebeló contra el Señor, así también su iglesia del pacto hoy día ha rechazado el mensaje que le permitiría ir a la Canaán celestial. Este rechazo ha causado una perdida del verdadero conocimiento de Dios, y especialmente de la persona de Cristo como el Hijo de Dios. La relación del pacto mantiene a su pueblo unido para que vuelvan a abrir el canal de bendición que ha sido cerrado y confiesen sus pecados siguiendo el orden de la oración de Daniel 9.
El pueblo de Dios no abandona a la familia del pacto, sino que se mantiene unido bajo el pacto que promete la bendición. Aquellos que han sido formalmente separados de la iglesia se mantienen conectados mediante sus oraciones por aquellos en autoridad dentro de la iglesia. En los últimos días Dios envía a Elías para volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, a través de un despertar, reconociendo a Cristo como el Hijo de Dios, lo cual restablece el sistema de bendición de autoridad dual. Esto prepara el camino en el desierto para que el Espíritu del Señor habite en los corazones de su pueblo. Este despertar de conocimiento mediante Elías culmina con el mensaje de Apocalipsis 18 que ilumina la tierra con su gloria. Entonces la lluvia tardía de la bendición de Dios es derramada y el pueblo de Dios recibe en gran medida el placer y la aceptación de Dios combinada con la amorosa y confiada obediencia de Cristo en el contexto de los diez mandamientos. El pueblo de Dios triunfa sobre Babilonia, reclama su herencia en la ciudad celestial, y encuentra su descanso completo ante el trono de Dios y del Cordero. Núm 13 and 14; 1 Cor 10:11; Daniel 9:1-19; Mal 4:5,6; Mc 10:14-16; Is:1-6; Apoc 14:12; Apoc 22:14; Apoc 5:13,14.