Un asunto de vida - 6 - El desarrollo de la fuente de vida - principios de simiente y cultivo/cuidado

Publicado Nov 06, 2012 por Adrian Ebens En Un asunto vital

6. El desarrollo de la fuente de vida – principios de simiente y cultivo / cuidado

a. El vital rol femenino de la sumisión que cuida y cultiva

Íbamos por la autopista a alta velocidad. Las contracciones de mi esposa, Lorelle, habían tomado un patrón regular. No queríamos estar desprevenidos, así que nos apuramos hacia el hospital. Todo era nuevo y emocionante; pronto tendríamos a nuestro primer hijo. Nos deslizamos hasta el ala de maternidad. La enfermera nos dio una mirada y dijo, “Ustedes están demasiado felices. Necesitan hacer una caminata.” Bueno, eso nos aguó un poco la fiesta. 45 minutos más tarde volvimos, y Lorelle ya no estaba sonriendo. Otros 30 minutos, y entramos en pleno trabajo de parto. Así es, no hay otra palabra para describirlo: trabajo- trabajo arduo. Intentamos recordar todas las técnicas del curso de preparto, pero era difícil concentrarse. Las contracciones golpearon como un tren de carga viniendo de frente. En cuanto se lidiaba con una, la próxima ya nos venía directamente encima. Finalmente, luego de 11 horas, recibimos a nuestro primogénito, Michael.

Estoy profundamente agradecido por mis dos hijos varones (así es, ¡pasamos por todo eso otra vez!) que mi esposa me ha dado, y que por supuesto no lo hubiera podido haber hecho sin ella. En la imagen del modelo divino, el origen de la vida pasó de mí a mi esposa, quien luego cuidó de esa simiente y la desarrolló en un hermoso niño. Por supuesto, cuando digo que ella lo hizo, quiero decir que Dios le ha dado todo lo necesario para cultivar mi simiente hasta desarrollarla en una vida humana.

En la sabiduría de Dios podemos observar, dentro del proceso del génesis de la vida humana, la misma clave para desarrollar una familia, una comunidad y una nación armoniosas. El proceso físico de la creación humana revela una profunda verdad espiritual con respecto a nuestra comprensión de la fuente de vida, la relación y el valor.

El proceso de la fuente de vida comienza con el padre, pero el cuidado y el desarrollo de la vida ocurren dentro de la madre. Este proceso físico refleja la realidad espiritual de la gloria de los hijos. La simiente del valor de un hijo está directamente conectada con su padre, pero aquella simiente sólo puede cultivarse y desarrollarse mediante el ejemplo y sumisión de la esposa hacia su marido, junto con su amoroso cuidado y vigilancia de sus hijos.

Necesitamos desviarnos un poquito en este momento para presentar una pregunta que recibirá mayor tratamiento más adelante, pero necesitamos tratarla en parte aquí. Muchos discutirán que la vida de un niño proviene en forma igual, equitativa, de parte del padre y la madre (recuerda la palabra “igualdad”; la trataremos en breve). Es aquí donde el informe bíblico del origen de la raza humana es muy importante. He aquí la secuencia de eventos:

1. Dios hizo a Adán del polvo y le dio el soplo de vida.

Génesis 2:7 Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.

2. Dios puso a Adán en el jardín.

Génesis 2:15 Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase.

3. Dios le advirtió a Adán en cuanto al árbol del conocimiento del bien y del mal.

Génesis 2:16,17 Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;

mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.

4. Dios declaró que no es bueno que Adán esté solo.

Génesis 2:18 Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él.

5. Dios formó a todos los animales del polvo de la tierra y se los trajo a Adán para que les pusiera nombre.

Génesis 2:19 Jehová Dios formó, pues, de la tierra toda bestia del campo, y toda ave de los cielos, y las trajo a Adán para que viese cómo las había de llamar; y todo lo que Adán llamó a los animales vivientes, ese es su nombre.

6. Adán nombró a los animales, y en el proceso, se dio cuenta que estaba solo, sin compañera.

Génesis 2:20 Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.

7. Dios hizo que Adán durmiera, tomó una costilla viviente de su costado, y con eso formó a una mujer y se la trajo a Adán.

Génesis 2:21,22 Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre.

 

Es muy importante seguir esta secuencia. Notemos varios puntos importantes:

1. Adán recibe la vida directamente de Dios.

2. A Adán se le da una ocupación (puesto en el jardín)

3. A Adán se lo educa en cuanto a su ambiente (recibe instrucción en cuanto al árbol del conocimiento del bien y del mal)

4. A Adán se le da señorío sobre la creación y bendice a las criaturas vivientes al darle nombres a cada una.

5. Adán se da cuenta que algo le falta, que no tiene a nadie que aprecie sus pensamientos, gozos y aspiraciones.

6. Dios toma la vida (la costilla viviente) de Adán y con ella forma a Eva y luego se la trae a Adán.

7. Él entonces la llama “mujer”, que significa “sacada del hombre”.

La vida física de Eva se origina a partir de Adán; todo su material de ADN vino de él. ¿Por qué es importante este hecho? Porque subraya el hecho de que por alguna razón Dios hizo al hombre como el punto de origen, el sitio del principio, la cabeza del río humano que fluiría y se multiplicaría. El mismo nombre de la mujer significa “tomada del hombre”.

Este proceso entero revela que Dios determinó que el hombre fuera reconocido como la fuente tanto física como espiritual. Ahora veremos la posición crucial del rol de la mujer. A esta altura necesitamos repetir algo que dijimos en el capítulo 4:

“Es crucial comprender que el proceso de la vida debe fluir a través del agente sumiso como un ejemplo para todos los que reciben vida bajo este proceso. Si la vida fuera dada al universo sin un agente sumiso, entonces el universo no tiene un ejemplo vital de cómo recibir y mantenerse conectado con la fuente de vida.”

El hacer funcionar un modelo de fuente de vida de relaciones dependientes que fluyen desde un punto de origen, requiere un ejemplo de cómo mantenerse conectado a la fuente de vida. La mujer juega este rol crítico, y sin él, el sistema entero fallará.

La sumisión respetuosa de una esposa hacia su marido es lo que lo establece como la fuente designada de vida humana en la familia. Digo “designada” porque Dios es la fuente verdadera, pero la ha canalizado a través de la posición del esposo y padre, primero al darle la simiente física para iniciar la vida física, y también al otorgarle la simiente espiritual, la cual se refleja en la bendición y el sentido de valor que la Biblia llama “la gloria de los hijos”.

Sin embargo, únicamente la esposa es la que puede demostrar a sus hijos cómo conectarse con esta fuente de vida designada. Su sumisión respetuosa es la forma de vida. Es una muestra poderosa para sus hijos de cómo deben relacionarse con su padre y que ellos deberían buscarlo para recibir bendiciones y protección.

Ya que la esposa juega un rol vital en construir este sistema, un esposo sabio derramará aprecio y alabanza a su esposa y buscará todo medio en su poder para bendecirla y hacer que su vida sea gozosa. Al hacer esto, él hace que la sumisión sea un gozo y algo que desear. Como estudiaremos más adelante, el fallar en esto destruirá su reino entero, pues únicamente la esposa de un hombre puede establecer su autoridad; y a pesar de todo lo que él tenga para dar, sin su autoridad, él no tiene nada y no es nada.

b. Definiendo la igualdad

Hace poco encontré esta noticia, y pensé, qué mejor manera para introducir el asunto de la igualdad entre hombres y mujeres:

“Las mujeres, ¿son más inteligentes que los hombres? Las suscripciones a las universidades parecen sugerir que sí.

El número de títulos de grado obtenido por mujeres saltó un 70% - comparado con 5% entre hombres – entre los años 1975 y 2001. En 16 países en todo el mundo, el índice de graduación de mujeres sobrepasa al de hombres, mientras que los hombres que reciben títulos universitarios sólo sobrepasan a las mujeres en número en seis países industrializados.”[1]

No lleva demasiado tiempo darse cuenta de que en este planeta hay una batalla continua entre los sexos. Por todos lados se alzan voces que comparan a los hombres y las mujeres en sus habilidades para hacer cosas. Los que desean avivar una conversación sólo necesitan inferir que un sexo es posiblemente mejor que el otro. En el capítulo que trata del origen de los modelos de fuente de vida inherente, veremos algunas de las razones por las cuales esta batalla continúa furiosamente, pero por ahora quiero echarle un vistazo a la primera relación entre un hombre y una mujer descrita en la Biblia, y ver qué nos dice acerca de la igualdad.

Cuando vimos Génesis 2 en la última sección, notamos este versículo:

Génesis 2:20 Y puso Adán nombre a toda bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; mas para Adán no se halló ayuda idónea para él.

Mientras Adán nombraba a todos los animales, se dio cuenta de que cada macho tenía una hembra. Esto se evidencia por el hecho de que Dios bendijo a los animales en Génesis 1:22 y dijo que fuesen fructíferos y se multiplicasen.

Notamos que a Adán no parecía faltarle nada con respecto a su vocación como jardinero, y no carecía de nada con respecto a su posición como la cabeza de la creación de la tierra. No tuvo problemas en nombrar a los animales, lo que revela que debe haber tenido una mente bastante extensa. Estaba en comunión con Dios y recibió instrucciones acerca de su ambiente y lo que se requería de él. Adán estuvo involucrado en todo esto antes de que Eva fuese creada. En cuanto a su posición, su intelecto, su vocación y su relación para adorar a Dios, Adán no carecía de nada. Lo único de lo cual carecía era de alguien que pudiera relacionarse con él y comprenderlos a él y su ambiente. Alguien comparable a él, dice la Biblia. Lo que a él le faltaba era el compañerismo. Su carencia era de tipo relacional.

La creación de Eva para llenar esta necesidad relacional define la naturaleza de su igualdad, y de la igualdad en general. Mientras Adán probablemente podía comunicarse con los animales en niveles mucho más profundos de lo que nosotros podemos hacerlo hoy, aquella comunicación no lo satisfacía porque ninguno de los animales realmente lo comprendía ni entendía cómo pensaba él acerca de las cosas. Lo maravilloso de Eva fue su capacidad de comprender relacionalmente a Adán, de apreciar sus alegrías y su entusiasmo, de captar los asuntos que él enfrentaba y de apoyarlo en sus decisiones.

La creación de Eva define la naturaleza de la igualdad humana. Nos dice que la igualdad es relacional, y que ésta es la igualdad a la cual la humanidad debería apuntar. Si comparamos a Adán y Eva en cuanto a lo que poseen inherentemente, como lo haríamos si sostuviéramos uno de los otros modelos de fuente de vida, entonces los hombres y las mujeres se ven forzados a entrar en esta batalla de comparación de los sexos. Empezamos a ver quién fue formado primero, quién es más fuerte, quién es más bello, quién fue el diseño más perfecto. El sólo pensar así destruye el intento original de la creación de Eva.

Cuando Adán fue creado, se le dio una herencia de su Padre celestial. Tenía amplias propiedades, un hermoso hogar, un trabajo excelente y perspectivas de carrera. Era muy inteligente, muy fuerte y por supuesto de muy buen parecer. Cuando Eva fue creada, ella heredó todo esto cuando se transformó en su esposa y tomó su nombre.

Génesis 5:2 Varón y hembra los creó; y los bendijo, y llamó el nombre de ellos Adán, el día en que fueron creados.

Dice que Dios les dio el nombre Adán. Ella tomó su nombre, y toda la riqueza, bienes y cosas que Adán poseía fueron suyas a través de la relación. Ella no se lo ganó, ni probó que era digna de ser igual a él mediante sus propias habilidades. Todo lo que ella tenía vino de Adán, por lo tanto no tenía ningún sentido pensar de esta manera. Al permitirnos ver a Eva como alguien que salió de Adán y recibió todo lo que él poseía, y al ver a Eva como alguien a quien le fue dada una mente que podía apreciarlo y comprenderlo, encontramos la verdadera base de cómo conducir relaciones y cómo verlas como iguales.

La igualdad en las relaciones no se trata de poder, control o bienes; se trata de la habilidad de comprender y conocer a alguien; la percepción de la identidad femenina de esta forma es la única manera en la que podemos definir la igualdad relacional. La mujer es la clave para un reino relacional.

Por lo tanto, el reconocer esta identidad masculina de simiente/liderazgo y una identidad femenina de cuidado/sumisión que reflejan la imagen del Padre celestial y su Hijo, es la clave vital para construir un tesoro de recuerdos familiares sobre un sistema relacional fuerte y armonioso.



[1] www.MTV.com