El Modelo Divino - 5 - Respondiendo a la apostasía

Publicado Oct 31, 2012 por Adrian Ebens En El Modelo divino

Sección 2. El Modelo Divino

Cuando los líderes fracasan 

 

5. Respondiendo a la Apostasía

Muchos han escuchado el proverbio familiar que dice, una onza de prevención vale más que un kilo de curación, y este es el caso cuando vivimos con las bendiciones de Dios dentro del cordón de tres dobleces. En el capítulo anterior hablamos de cómo los que están bajo autoridad son bendecidos cuando respetan y obedecen dicha autoridad. Esto plantea la siguiente pregunta: ¿qué haremos si una persona en autoridad nos pide que hagamos algo que no está revelado en la Palabra de Dios, o si ellos mismos participan en actividades que no son de Dios?

Orando por los líderes

Lo primero que debemos hacer es prevenir estas situaciones mediante nuestras oraciones y nuestro espíritu sumiso hacia aquellos en autoridad. Cuando identificamos quiénes son las figuras de autoridad en nuestras vidas, debemos orar por ellas para que Dios las bendiga y les dé sabiduría, paciencia y discernimiento para desempeñar adecuadamente su función. Este es el consejo que nos da la Biblia.

1 Tim 2:1-2 (RVG) Exhorto ante todo, a que se hagan súplicas, oraciones, intercesiones y acciones de gracias, por todos los hombres; (2) por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.

¿Oramos regularmente por nuestros padres para que Dios los bendiga, bendiga su salud y todo lo que hacen? ¿Oramos para que nuestros padres nos bendigan con sus palabras y actos de bondad? Mediante nuestras oraciones podemos atraer las bendiciones hacia nosotros y nuestros hijos y es así como nuestro Padre celestial lo prefiere.

¿Oramos fielmente por nuestros líderes de iglesia, nuestros pastores y ancianos de iglesia local? ¿Oramos para que nuestro Padre les conceda paz, gozo y el amor de Cristo? ¿Y qué de los líderes de nuestra comunidad local y líderes gubernamentales? ¿Oramos por ellos? ¿Les presentamos delante del Señor y oramos por sus familias y por su protección? Este es el deber de todo cristiano. Pero, ¿es este un deber que se practica ampliamente? No que yo lo haya visto. ¿Por qué es éste el caso? Este es otro ejemplo del falso modelo divino de Satanás que pisotea la estructura de autoridad. Cuando no vemos que estamos bajo la autoridad de un cordón de tres dobleces, no sentimos la necesidad de orar por los que están sobre nosotros, porque quizás no creemos que en realidad lo estén. Si creemos que de alguna manera tienen autoridad sobre nosotros, a menudo no los vemos como un canal de bendición.

Cuando los líderes se cansan de los ataques de Satanás, necesitamos hombres como Aarón y Hur que sostengan sus brazos, los apoyen y los animen. ¿Les enviamos tarjetas de agradecimiento a nuestros líderes cuando se presenta la oportunidad? ¿Les agradecemos por las cosas buenas que hacen? Los líderes necesitan apoyo y también nuestras oraciones. Todos los que siguen el modelo divino recordarán a aquellos que están en autoridad sobre ellos y buscarán la manera de bendecirlos a través de actos de bondad y un espíritu de agradecimiento.

Este proceso es muy importante porque si el líder cae, la gente se debería preguntar, “¿He orado fielmente por este líder?” ¿Lo he alentado? Si no podemos contestar honestamente que lo hemos hecho, entonces debiéramos de arrepentirnos de nuestro propio fallo en la tarea que deberíamos haber hecho. Es el objetivo estudiado de Satanás el hacer que los que están bajo autoridad cesen de orar por esa autoridad. Después él tienta a ese líder a pecar y luego dirige a las personas contra él con chismes, acusaciones y desprecio.

Si hemos estado orando fielmente por un líder y nuestros corazones desarrollan afecto hacia él a través de ese proceso, seremos protegidos del espíritu de rebelión y descontento cuando presenciemos su caída. Aquellos que se apresuran a señalar los pecados de un líder revelan que han sido lentos en orar y sostener a ese líder en sus afectos.

Cuando los líderes fracasan

Veamos ahora el caso de un líder caído. Recordemos algunas situaciones del modelo divino donde esto puede aplicarse.

 

Fuente - de   quién

Canal - por   quién

Referencias

Padre

Hijo

1 Cor 8:6; 1 Cor 11:3; Heb 1:1-3

Esposo

Esposa

Gén 3:16; 1 Cor 11:3; Ef 5:25;     1 Pe 3:1

Padre

Madre

Éx 20:12; Ef 6:1; Col 3:30

Madre

Hijos

1 Tim 2:15

Cristo

Esposo

1 Cor 11:3

Cristo

Iglesia

Ef 5:25

Profeta

Sacerdote

Éx 4:16; Lev 8:36

Ancianos/Pastores

Rebaño

1 Pe 5:2; 1 Tes 5:12,13

Rey/Gobernador

Súbditos/Ciudadanos

Rom 13:1-3; 1 Pe 2:13,14

Biblia

Espíritu de Profecía

RH   20 de enero, 1903 “Lesser light” (Luz menor)

Biblia

Pastor/Anciano

2 Tim 4:2; 1 Pe 5:2

Como observamos previamente, la persona del “por quién” recibe una bendición cuando se respeta y obedece a la persona del “de quién” que tiene autoridad sobre ellos. Cuando estamos en una situación donde la figura en autoridad intenta obligarnos a la fuerza a hacer algo contrario a la Biblia, muy respetuosamente le decimos que no podemos hacerlo. He aquí unos ejemplos Bíblicos:

Dan 3:14, 16-18 (14) Habló Nabucodonosor y les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado? (16) Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodonosor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este asunto. (17) He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará. (18) Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. 

Gen 39:7-8 Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo. (8) Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene.

Hch 4:18-19 Y llamándolos les intimaron que en ninguna manera hablasen ni enseñasen en el nombre de Jesús. (19) Mas Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios.

En los casos recién mencionados, se les pidió a miembros del pueblo de Dios hacer algo contrario a las Escrituras, lo cual no hicieron. En cambio estaban dispuestos a enfrentar las consecuencias de su obediencia a la autoridad superior. Esta misma prueba la enfrentará el pueblo de Dios cuando la ley dominical se haga universal.

Sin embargo la mayor parte de los casos que tienen que ver con el liderazgo no implica una orden directa a violar su conciencia, más bien es el fracaso de ese líder de llevar a cabo su papel fielmente. He aquí algunos ejemplos bíblicos de tales casos:

 

“De quién”

“Por quién”

Ejemplo

Potifar

José

Servicio Fiel

Elí

Ana

Oración en el Templo

Saúl

David

No tocar el ungido de Jehová

Elías

Acab

Corrió delante de Acab

Daniel

Nabucodonosor

Prueba de alimento/habló del sueño 

José sirvió fielmente a su amo pagano e hizo lo mejor que pudo para traer bendiciones a su hogar. En el caso de Ana, Elí la reprendió por estar ebria y ella humildemente contestó, “No mi señor,” y le explicó su situación. Ella no se volvió a reprender al sacerdote porque era indulgente con sus hijos y por causar dificultades con los sacrificios. Aun cuando David fue ungido por Samuel para remplazar a Saúl, David no alzó su mano para eliminar a Saúl. Él no tocaría al ungido de Jehová. A pesar de que Elías era un profeta y en cierta forma estaba por encima de Acab, demostró respeto por el rey de Israel corriendo frente al carruaje en medio de la lluvia. En el caso de Daniel, él demostró discreción con relación a las comidas inmundas al pedir que los pusieran a prueba, y con relación al sueño en Daniel 4 vemos la verdadera preocupación de Daniel por el rey.

Dan 4:19 Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltsasar, quedó atónito casi una hora, y sus pensamientos lo turbaban. El rey habló y dijo: Beltsasar, no te turben ni el sueño ni su interpretación. Beltsasar respondió y dijo: Señor mío, el sueño sea para tus enemigos, y su interpretación para los que mal te quieren.

El rey sabía que Daniel sentía cariño por él y como resultado confiaba en él. Aunque este fue el hombre que destruyó su hogar y lo llevó en cautiverio, Daniel le sirvió fielmente con un espíritu de sumisión, y como resultado él fue bendecido. La clave en todas estas situaciones puede expresarse a través de este consejo de un ejemplo del modelo divino:

1 Ped 3:1-4 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas, (2) considerando vuestra conducta casta y respetuosa. (3) Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, (4) sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios.

En el caso de la esposa que tiene un esposo incrédulo, ella debe servirle fielmente buscando en toda forma posible el bendecir y honrar a su esposo. A través de este proceso, el corazón del esposo se ablandará y quedará impresionado con el honor que la esposa le rinde, y le dará su corazón al Señor. Pedro también da consejos en otras situaciones:

1 Ped 2:13-16 Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, (14) ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. (15) Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; (16) como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios.

La Biblia nos aconseja tener un espíritu sumiso que honre a aquellos en liderazgo. Y a través de este proceso pondremos en silencio la ignorancia de hombres necios.

Este proceso de sumisión a un líder es una forma amable de recordarle que él es un líder y que tiene el deber de bendecir. La persona en sumisión estará orando por ese líder y pidiendo una bendición a través de él. Nuestro Padre celestial que sostiene el corazón del rey en su mano puede girarlo y persuadirlo para conceder una bendición. Un espíritu de sumisión por naturaleza nos trae una bendición, mientras que un espíritu de reprensión le envía un mensaje al líder que dice “soy igual a usted” o de hecho, “soy superior a usted pues mi evaluación de la situación es superior a la suya.” Por eso la Biblia dice: 

1 Tim 5:1 No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermanos;

Éx 22:28 (TLA) No hablen mal de los jueces, ni maldigan a sus gobernantes.

Es una violación del modelo divino que una persona bajo autoridad reprenda, vitupere o maldiga esa autoridad. Sólo uno igual o por encima de esa figura de autoridad, puede administrar una reprensión directa. Si vemos a un ministro o a un anciano enseñando algo que no es bíblico, tenemos que seguir el modelo divino y abordarles con un espíritu sumiso y amablemente apelar a que consideren lo que la Biblia enseña. No es nuestro llamado ni nuestro deber probar que están errados y exponerles frente a la congregación. Satanás está ansioso de que los miembros se eleven al nivel de la figura de autoridad que está sobre ellos y que les hablen como si ellos fueran la autoridad. Esto destruye el canal de bendición y expone a las personas a los ataques de Satanás.

Cuando una persona desafía directamente la autoridad que está por encima de ella, está faltando el respeto a esa autoridad, y la falta de respeto por la autoridad trae maldición a la persona que hace la reprensión. Recuerde lo que Dios dijo a Abraham:

Gen 12:3 Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.

Tenemos que ser muy cuidadosos de cómo nos expresamos acerca de aquellos que están en autoridad. Hablar mal de una figura en autoridad trae maldición para nosotros y nuestra familia. Como dice en Judas:

Jud 1:8 No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores.

Cuando “rechazamos la autoridad” y “blasfemamos de las potestades superiores”, rompemos el modelo divino y traemos una ola de maldición sobre nosotros y sobre los que están bajo nuestro cuidado. A medida que los que están bajo nuestra autoridad observan cómo tratamos a aquellos que tienen autoridad sobre nosotros, serán influenciados por el mismo espíritu y comenzarán a tratarnos de forma similar. Una vez que este espíritu entra a la comunidad, estallará en algún punto fracturando líneas de personalidad. Esta es la maldición de aquellos que “blasfeman de las potestades superiores” así como también blasfeman de aquellos que tienen autoridad autoridad sobre ellos.

Estos principios son de vital importancia y hemos de considerarlos en nuestra situación actual en la iglesia. Muchos estamos bajo la convicción de que nuestros líderes se han alejado del Dios de la Biblia. Debemos considerar cuidadosamente la forma en que respondemos a esta triste situación. ¿Estamos siguiendo el modelo divino al hacerle frente a estas cosas? En este punto con frecuencia surge la pregunta: “¿Qué es la iglesia?” Este es nuestro próximo tema.